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De carne y hueso

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La más afectada por la crisis ha sido la clase media española, que tuvo que cambiar sus hábitos de vida y acudir a diversas ayudas sociales para llegar a fin de mes. Este tipo de programas ha tenido que multiplicar su atención y enfrentarse también a los recortes resueltos por el gobierno, y, según denuncian, se encuentran al borde del colapso.

Las últimas cifras de 
desempleo difundidas por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo (Ocde) muestran que en España, la cuarta economía de la Eurozona, tiene los valores más altos del continente, con una tasa que llegó a 24,6% en mayo -contra 11,1% de promedio general en el bloque-, y se estima que superará el 25%.

La franja más afectada es la de los jóvenes. El desempleo en los menores de 25 años asciende a 52,1% y contrasta con el de otros países del bloque, como en Alemania, donde es de 7,9%. Otro dato alarmante es que 68% de las personas de entre 15 y 35 años cambiaría de país para trabajar, de acuerdo a un estudio de la Obra Social de La Caixa.

Según consigna el diario El País, a fines de 2011 era casi de 16.000 el número de familias españolas que recibía la Renta Mínima de Inserción, una prestación que paga el gobierno a quienes tienen dificultades económicas y lo solicitan, que puede ir desde 400 hasta 500 euros. De acuerdo con lo que dijo el Consejero de Asuntos Sociales, Salvador Victoria, a Europa Press, el perfil de los madrileños que reciben el beneficio cambió en los últimos años, y se situó en personas del entorno de los 40 años y desempleados de larga duración.

Según informa el periódico madrileño, una categoría que surgió a partir de la crisis fue la de los “pobres energéticos”, en referencia a las personas que tienen dificultades para costear necesidades básicas de energía. Los programas sociales que ofrecen ayuda para el pago de ese tipo de recibos han duplicado su atención en lo que va de 2012.

El testimonio de una auxiliar de enfermería desocupada es ilustrativo: cobra 1.100 euros, de los cuales más de 500 se le van en alquiler, 300 en facturas y más imprevistos; le quedan unos 130 para comer. La Cruz Roja denuncia el encarecimiento de estos servicios en los últimos dos años: 22% el gas y 34% la luz.

Muchas familias dejaron de alquilar apartamentos y optan por habitaciones en otras casas, donde se les limita el acceso a la energía y a la higiene. De acuerdo con El País, el Colegio Oficial de Trabajadores Sociales de Madrid advirtió que los servicios sociales en la capital están al borde del colapso, con más de 5.000 solicitudes por día. Otro de los programas cuya aplicación creció es la entrega de alimentos, principalmente a la clase media: ante era usufructuado sobre todo por extranjeros, pero en Madrid ahora 60% son españoles.

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