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Eduardo Pazuello, ministro de salud, durante el lanzamiento del plan nacional de vacunación contra el Covid-19, en el Palacio Planalto de Brasilia, el 16 de diciembre. Foto: Evaristo Sa, AFP

La vacunación contra el coronavirus en Brasil podría empezar en febrero, dijo el ministro de Salud

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El jerarca cuestionó la “angustia y la ansiedad” que hay respecto del tema; en tanto, Rodrigo Maia, presidente de la Cámara de Diputados, lo tildó de incompetente.

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Leído por Abril Mederos
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Este miércoles se llevó a cabo en el Palacio de Planalto, en Brasilia, el lanzamiento del Plan Nacional de Vacunación contra la Covid-19, evento en el que participaron, entre otras altas autoridades, el presidente brasileño, Jair Bolsonaro, y el ministro de Salud, Eduardo Pazuello. Si bien la administración del mandatario ultraderechista ha minimizado la pandemia, la actitud proactiva en el tema de varios gobernadores, sobre todo del paulista João Doria –quien pretende comenzar a vacunar en su estado en enero– llevó al gobierno a actuar en este tema sensible a la población del país, uno de los más golpeados por el coronavirus, con más de 181.000 personas fallecidas a causa de este.

Durante la conferencia de prensa que ofreció luego de la presentación del plan, Pazuello cuestionó la “ansiedad y la angustia” que existe entre la población por este tema. “Vamos a levantar cabeza, tenga confianza. El pueblo brasileño tiene la capacidad de tener el sistema único de salud más grande del mundo, de tener el programa de inmunización más grande del mundo, y además somos los mayores fabricantes de vacunas de América Latina. Entonces me pregunto: ¿por qué esa ansiedad, esa angustia? Somos referencia en América Latina y estamos trabajando en el tema”, afirmó.

Posteriormente, el general, que está a cargo del Ministerio de Salud desde mayo, dijo que la vacunación en el país podría comenzar a mediados de febrero. Mencionó los inmunizantes que están elaborando el laboratorio inglés AstraZeneca y el chino Sinovac, pero afirmó que todas las vacunas que lleguen al país y sean registradas por la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa) serán utilizadas, sin excepciones, durante el plan de vacunación. “Si conseguimos mantener lo planeado por el Instituto Butantan y por la Fundación Oswaldo Cruz (Fiocruz) de presentar la fase 3 de los estudios y toda la documentación de las fases 1 y 2 en diciembre, y Anvisa solicita el registro, ya tendremos en enero el análisis de Anvisa y posiblemente a mediados de febrero tengamos esas vacunas recibidas y registradas para comenzar con el plan”, agregó Pazuello, según informó la agencia de noticias Reuters.

La Fiocruz, una prestigiosa entidad de investigación, desarrollo y análisis de ciencias biológicas con sede en la ciudad de Río de Janeiro, tiene un convenio con AstraZeneca para la producción brasileña de su vacuna contra el coronavirus, en tanto que el Butantan, otro centro de reconocida calidad en la materia, ubicado en San Pablo, ya comenzó a envasar dosis de la Coronavac, la vacuna desarrollada por el laboratorio chino Sinovac.

Pazuello agregó que el gobierno federal no establecerá la obligatoriedad de la vacuna y dijo además que, para los casos de vacunas registradas por la Anvisa, no será necesaria la firma de un consentimiento deslindando al gobierno de responsabilidades, algo que había afirmado el presidente Bolsonaro en el comienzo de esta semana. El ministro dijo que la firma de este consentimiento será necesaria en caso de la autorización de un uso de emergencia de alguna vacuna, dirigida a algún grupo específico de riesgo, que esté por fuera del plan de vacunación del gobierno federal.

Pero la politización del tema de la vacuna ya está instalada desde hace rato en Brasil. En la mañana del miércoles, un rato antes de la presentación del plan, el presidente de la Cámara de Diputados, el centroderechista Rodrigo Maia, integrante del partido Demócratas, dijo que Pazuello es un desastre para el país y para el gobierno, además de dejar mal parado al Ejército brasileño por su “incompetencia”. En el marco de un encuentro con periodistas en el Congreso brasileño, Maia afirmó que la gestión del ministro ha sido muy mala y que su manejo de la pandemia fue totalmente equivocado.

“Creo que el ministro de Salud es un desastre. Va a ser un desastre primero para el país y después para el gobierno”, dijo el legislador, quien agregó que la sociedad en general y los médicos en particular ya tienen claro este tema. “Por cómo está funcionando el Ministerio de Salud en este momento de la pandemia, quien pagará la factura primero es la sociedad, que es más importante que el gobierno, que también la pagará factura”, dijo Maia, según informó Folha de São Paulo.

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