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Cortejo por la Avenida 18 de julio, el 6 de diciembre.

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Una multitud despidió a Tabaré Vázquez, el primer presidente de izquierda de Uruguay

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Del Centro a La Teja, decenas de miles homenajearon al ex mandatario.

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El sonido del silencio se apoderó de la explanada de la Intendencia de Montevideo (IM). Incluso los domingos, en 18 de Julio y Ejido suele haber un mínimo rumor ciudadano, pero en el soleado mediodía de este domingo dominaba la calma. La gente esperaba en fila, a ambos lados de la avenida, el cortejo fúnebre con los restos del doctor Tabaré Vázquez, el primer presidente del Frente Amplio (FA) que tuvo Uruguay. También fue el primero de la coalición de izquierda que estuvo a cargo de la IM, así que su despedida empezó donde arrancó su carrera política y terminó donde empezó su vida, en La Teja.

De golpe, el silencio se transformó en aplausos, que luego fueron acompañados por bocinazos. La gente se seguía arrimando, ondeaba banderas del FA y algunas de Uruguay. El cortejo todavía no había salido de la funeraria Martinelli, que queda a pocas cuadras de la IM, pero por la emoción cargada de tristeza de algunos de los que esperaban parecía que ya estaba ahí.

“Porque esto es del pueblo y para el pueblo, porque esto es de todos los montevideanos”. Tabaré Vázquez durante su discurso de asunción en la Intendencia de Montevideo.

“¡Gracias, Tabaré!”, gritó muchas veces una señora, cuando el cortejo por fin empezó a bordear 18 de Julio, subiendo por Santiago de Chile. Una joven que estaba dentro de un auto se refregaba los ojos para contener su llanto, una imagen que se repetiría a lo largo del recorrido. A los pocos metros, un señor levantó su puño izquierdo. Un poco más arriba, en todo el largo del balcón del Palacio Municipal estaba desplegado el gabinete de la intendenta de Montevideo, Carolina Cosse.

Cortejo por la Avenida 18 de julio, el 6 de diciembre.

Foto: .

Una vez en 18 de Julio, el cortejo avanzó bastante rápido; la gente trataba de acompañar el paso al trote, alguno en bicicleta. Cuando los restos de Vázquez terminaron de pasar por la esquina de Yi, donde está el bar Facal, una mujer abrazó a una señora que lloraba desconsolada. Al llegar al Palacio Legislativo, donde las banderas flameaban a media asta, el paso se enlenteció y con él todo el tránsito.

“Uruguay justo, humano y solidario, el Uruguay social y productivo, con libertad y dignidad, la esperanza ya venció al miedo”. Tabaré Vázquez, al cierre de la campaña de 2004

“No te rindas, que la vida es eso: continuar el viaje, perseguir tus sueños; destrabar el tiempo, correr los escombros y destapar el cielo. No te rindas, por favor, no cedas; aunque el frío queme, aunque el miedo muerda, aunque el sol se esconda y se calle el viento, aún hay fuego en tu alma, hay vida en tus sueños...”. Estas palabras son parte de un poema que Vázquez recitó el 28 de febrero de 2020 en la plaza Lafone, en un acto organizado por el FA como homenaje a su segunda presidencia, dos días antes de que terminara su mandato.

Las palabras de Vázquez salían a todo volumen por la radio de un auto parado en Carlos María Ramírez y Luis Batlle Berres, manejado por una muchacha que también estaba emocionada. Cuando el cortejo llegó a La Teja, además de aplausos, se escuchaba el ladrido de algún perro y una cuerda de tambores, que era pequeña pero retumbaba. “Olelé, olalá, si esto no es el pueblo, ¿el pueblo dónde está?”; “y ya lo ve, y ya lo ve, el presidente es Tabaré”; “¡Uruguay, Uruguay!”, cantaba la gente del barrio que lo vio nacer. “Hasta la victoria siempre, Tabaré”, se podía leer en un pasacalle. Se notaba el abrazo barrial.

“Dentro de la Constitución y la ley, todo; fuera de ellas, nada”. Tabaré Vázquez

Te doy mi último adiós

A las 14.30 los restos de Vázquez llegaron al cementerio de La Teja, donde también descansa María Auxiliadora, su esposa, que falleció el 31 de julio de 2019. El sepelio del ex presidente fue una ceremonia muy íntima, para familiares, al que la prensa sólo pudo acceder para tomar imágenes. El féretro estaba cubierto con una bandera de Uruguay y fue cargado por sus familiares, con dos de sus hijos al frente. El pabellón nacional luego fue doblado como manda el protocolo y entregado por una autoridad militar a Álvaro Vázquez, uno de los hijos del ex presidente.

Cortejo por la Avenida 18 de julio, el 6 de diciembre.

Foto: Mariana Greif

Él, también oncólogo, fue quien se encargó de brindar los partes médicos sobre la salud de su padre en los últimos días. Este domingo a las siete de la mañana anunció, mediante su cuenta de Twitter, que el ex presidente Vázquez había fallecido cuatro horas antes, “mientras descansaba en su hogar, acompañado de algunos familiares y amigos, por causa de su enfermedad”. Luego de la oración de un cura, el ataúd fue abrazado por dos banderas: la de Fernando Otorgués (FA) y la del Club Atlético Progreso.

“Tabaré no es sólo del Frente; es del pueblo uruguayo, de La Teja, de los postergados”. José Mujica

Mientras, en el bar que está en la esquina de Carlos María Ramírez y Gobernador del Pino, dos parroquianos estaban parados, como estatuas, frente a un televisor, mirando el sepelio del ex presidente. Uno volvió a la barra y siguió con su vaso de whisky; estaba muy serio, no quería hablar. “¿Qué puedo decir? Somos vecinos de La Teja y hace muchos años que lo seguimos. El barrio debe estar en una profunda tristeza, porque hay mucha gente que lo quiere mucho a Tabaré, que lo conoce desde siempre”, comentó una señora.

Cortejo por la Avenida del Libertador, el 6 de diciembre.

Foto: Sandro Pereyra

“Fue el mejor presidente que tuvo la república y también el que tuvo el club”, dijo un joven que tenía la camiseta de Progreso. En 1989, cuando el equipo amarillo y rojo salió campeón por única vez, con Vázquez como presidente de la institución, el muchacho todavía no había nacido, y nunca llegó a hablar con él. Emocionado, contó que se crio mirando a sus familiares saliendo a la calle para apoyar al FA y viéndolos mal cuando perdían. “2004 [el año en que Vázquez ganó su primera elección] fue una fiesta, y eso fue un motor de la política para muchos jóvenes”, agregó.

“Un hombre que fue del Frente Amplio desde el principio y un héroe hasta el final; un héroe de nuestro pueblo”. Carolina Cosse

De repente, frente al cementerio de La Teja, cuando el sepelio de Vázquez ya había terminado, varias personas empezaron a cantar el Himno Nacional. Desde atrás de las vallas amarillas por las que minutos antes había pasado el cortejo, un policía le dio un clavel rojísimo a una mujer, que lo tomó con mucho ahínco y emoción. “Guardé una rosa de [Liber] Seregni y ahora guardo un clavel de Tabaré”, comentó. La señora, del barrio Abayubá, dijo que es un gran símbolo porque Vázquez fue el presidente que “sacó” a los uruguayos “de muchísimo”. Su marido, un señor veterano con la tristeza dibujada en la cara y al borde de quebrarse, dijo unas pocas palabras que apenas pudo terminar: “A la gente de mi época le cambió la vida”.

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