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Quiosco en Asunción del Paraguay. (archivo, junio de 2012)

Foto: Sandro Pereyra

Directores y gerentes preocupados por el futuro de los medios de comunicación, según informe del Instituto Reuters y la Universidad de Oxford

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Menos de la mitad tiene confianza en las perspectivas económicas de futuro: más costos, menos publicidad y un debilitamiento en las suscripciones son las principales preocupaciones.

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Leído por Mathías Buela.
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La pandemia de covid-19 que comenzó en 2020 significó la breve interrupción de una tendencia marcadamente negativa para los medios de comunicación. La avidez de las personas por las noticias, en particular por este tema, hicieron crecer el consumo de medios y las suscripciones. Pero según el informe publicado esta semana por el Instituto Reuters y la Universidad de Oxford, parece haber sido sólo un respiro, ya que las perspectivas en materia de sostenibilidad de los medios siguen siendo negativas. El aumento de los costos debido a la inflación, con la consiguiente retracción del gasto en los hogares, sumado a una caída general del tráfico (la cantidad de personas que visitan los portales digitales), son materia de preocupación para los medios de comunicación de todo el mundo.

Para el informe, titulado “Periodismo, medios y tecnología: tendencias y predicciones para 2023”, se consultó a 303 directores, jefes de redacción y gerentes de áreas digitales de medios de 53 países en todos los continentes, entre ellos, la diaria. Más de la mitad de los participantes en la encuesta trabaja en medios con antecedentes impresos, alrededor de una cuarta parte (24%) representa a nativos digitales, un quinto (20%) a emisoras privadas o de servicio público y 3% a agencias de noticias.

Menos de la mitad (44%) de los consultados manifestó sentirse confiado en las perspectivas comerciales de sus medios para el año próximo. Incluso aquellos que se mostraron optimistas pronosticaron que este año habrá despidos y otras reducciones de costos en las empresas que lideran. De todos modos, a pesar de la contracción del gasto de los consumidores, más de la mitad de los encuestados (68%) aún espera cierto crecimiento en las suscripciones y otros ingresos por contenido pago este año.

En particular, se apuesta a las suscripciones digitales. Se proyecta para este año que más periódicos detengan su producción impresa diaria debido al aumento de los costos de impresión y al debilitamiento de las redes de distribución. “La televisión y los noticieros estarán al frente de los despidos periodísticos a medida que las audiencias se vean afectadas por el cansancio en relación a las noticias y por la competencia que suponen los streamers. Más locutores de televisión hablarán abiertamente sobre un momento en que las transmisiones en línea podrían apagarse. El cambio parcial de Netflix a un modelo basado en anuncios aumenta aún más la presión sobre los ingresos publicitarios”, advierte el informe.

La “fatiga informativa”

Hay un elemento adicional de preocupación para los medios: se está notando una tendencia de gran parte de los públicos a evitar las noticias por considerarlas deprimentes, en particular aquellas vinculadas con la guerra en Ucrania y el cambio climático.

Al mismo tiempo, tras décadas de continuo crecimiento, se empieza a verificar una caída en la cantidad de tiempo que pasamos online, de acuerdo con datos de GWI, una empresa de investigación de audiencias, según señala el informe. “El tiempo total en internet ha disminuido 13% después del uso récord durante los confinamientos por la pandemia. Se trata de un cambio muy significativo que podría vincularse naturalmente a la saturación del mercado, pero GWI sugiere que también puede reflejar la ansiedad que siente la gente al utilizar las redes sociales y los medios online”, advierte el documento.

La mayoría de los editores (72%) están preocupados por esta tendencia, y ya proyectan formas de contrarrestarla. Por ejemplo, profundizar en el denominado “periodismo de soluciones”, que no se limita a exponer los problemas, sino que brinda elementos para imaginar alternativas posibles, o en los formatos explicativos del periodismo, que ayudan a entender los problemas, así como en las “historias inspiradoras”.

El informe menciona algunos ejemplos en este sentido. En Alemania, la Deutsche Welle, RTL News y Rheinische Post se unieron para crear el Bonn Institute for Journalism and Constructive Dialogue, con la misión de promover debates más positivos y poner más énfasis en la responsabilidad social del periodismo. A su vez, la Red de Periodismo de Soluciones recopiló por todo el mundo más de 14.000 ejemplos de reportajes que plantean soluciones. La BBC gestiona un portal llamado Uplifting Stories (historias inspiradoras) y The Guardian tiene The Upside (el lado positivo), aunque son “contenidos que rara vez ocupan portadas o se convierten en el centro de las reuniones editoriales”, advierte el informe.

Incertidumbre en relación a las redes sociales

El informe muestra cómo Twitter y Facebook ya no están entre las prioridades de los medios a la hora de invertir y de generar contenido. Ese lugar lo ocupan otras redes, como Tik Tok, Instagram y Youtube, donde además se concentran las audiencias jóvenes. Esta es, a su vez, otra de las grandes inquietudes de los medios: cómo renovar sus públicos, que en general son envejecidos. Por eso se apuesta, por ejemplo, a la generación de contenidos audiovisuales dinámicos y a los podcasts.

Ante la incertidumbre que supuso la llegada de Elon Musk y los cambios que implementó en Twitter, se consultó a los editores y directores de medios si la eventual desaparición o debilitamiento de Twitter sería negativa o positiva para el periodismo. La mitad de los encuestados (51%) consideró que sería malo para el periodismo, pero 17% lo entendió como algo positivo, entre otros motivos, porque hoy “se presta demasiada atención a élites poco representativas”, y porque Twitter “ha reducido el tráfico de los sitios web, ha contribuido a la difusión de desinformación y ha contaminado los debates”.

A la mayoría de los editores y directores (54%) les preocupa la legislación que en distintos países establece restricciones al contenido “dañino” en redes sociales; en particular temen que estas nuevas reglas puedan dificultar las cosas para los periodistas y organizaciones de noticias y sirvan en los hechos como una excusa para que los gobiernos persigan a la prensa por publicar contenido que los cuestiona.

Hay también una apuesta de los medios a la utilización de mecanismos de inteligencia artificial, para formular recomendaciones pero también para redactar notas sencillas y para hacer videos con contenido periodístico. Casi tres de cada diez encuestados (28%) dijeron que la inteligencia artificial es una parte regular de sus actividades, y otro 39% respondió que está realizando experimentos en esta área. Nuevas aplicaciones, como ChatGPT (un prototipo de chatbot de inteligencia artificial desarrollado por OpenAI) y DALL-E 2 (un sistema de inteligencia artificial que crea imágenes y diseño a partir de una descripción), “también ilustran oportunidades para la eficiencia productiva y la creación de nuevos tipos de contenidos semiautomáticos”, destaca el informe. Hay en este caso, como en todos los temas vinculados con la inteligencia artificial, discusiones éticas a dar. Por ejemplo, si es necesario avisarles a los públicos que el contenido ha sido generado con inteligencia artificial, si la intervención humana para confirmar la información sigue siendo necesaria en todos los casos, o hasta qué punto no se está yendo en contra del trabajo periodístico al impulsar la utilización de estas tecnologías.

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