Agosto es el mes previsto para que el senador Mario Bergara haga el lanzamiento oficial de su precandidatura para la interna del Frente Amplio (FA) en una instancia de Convocatoria Seregnista que tendrá “dos componentes”, comentó Bergara a la diaria.
Primero, “uno de carácter programático”, puesto que se están “discutiendo y revisando las bases programáticas” de cara al congreso de diciembre. El programa que se discuta según estas bases está pensado para que “después cada espacio haga sus énfasis programáticos” que “de repente marcan un perfil diferente de cada uno de los espacios”.
La segunda parte de esta instancia “fungiría de lanzamiento de la precandidatura de Convocatoria Seregnista”. Si bien Bergara ya compitió en la interna de 2019, donde quedó en último lugar con 9% de las preferencias, y de un tiempo a esta parte se ha dedicado a apuntalar este segundo round, las primeras encuestas de cara a 2024 no pintan un buen escenario.
El último informe de Equipos Consultores, por ejemplo, marca una clara competencia entre el intendente de Canelones, Yamandú Orsi, y la jefa comunal de Montevideo, Carolina Cosse –aunque con diez puntos de diferencia entre uno y otro–. Detrás viene Bergara, con 12%, y por último el intendente de Salto, Andrés Lima, con 3%.
Luego, en otra encuesta de Cifra, en la que la consulta fue “qué candidato representa mejor al FA”, el expresidente del Banco Central cosechó 4% de las menciones. Consultado por estos números primarios, Bergara sostuvo que el análisis de Convocatoria pasa más en “por qué es necesaria una precandidatura seregnista”.
“Tiene un fundamento político”, señaló. “El FA es diversidad, por supuesto condicionada a la unidad de acción política, pero es diversidad, y la diversidad es riqueza”; en este sentido, puso como ejemplo la última elección para la presidencia de la fuerza política, en 2021.
En esa instancia “los frenteamplistas votaron básicamente a tres bloques: uno alrededor del Partido Comunista, otro alrededor del MPP y otro alrededor del espacio seregnista con diferencias muy chicas desde el punto de vista cuantitativo”; para Bergara, de esto se desprende “que es necesario que el Frente Amplio en su oferta electoral ponga sobre la mesa todas estas perspectivas”.
“El objetivo central es que el FA vuelva a gobernar, ¿cuál es la mejor forma que nosotros tenemos para contribuir a ese objetivo? Desde nuestra perspectiva, tener un fuerte espacio seregnista”, insistió.
Respecto a si es una posibilidad bajarse de la contienda y apoyar a otro candidato, Bergara consideró que eso sería “diluirse”, y a lo que se aspira es “a fortalecer este espacio y contribuir, en el marco de la interna y después en el marco de la elección nacional, para un frente más amplio”.
En la última elección el FA “perdió electores en dos grandes bloques”; por un lado, “en los sectores más vulnerables de la población que históricamente apoyaban al MPP o al Partido Comunista y que fueron seducidos por Cabildo Abierto”; por otro lado, está “el centro político, las capas medias, sectores profesionales, grupos de trabajadores que históricamente apoyaban al seregnismo, al Frente Liber Seregni, y que fueron seducidos por los planteos de Talvi y del wilsonismo”.
“Hoy Talvi está fuera de la Troya y el wilsonismo es cada vez más minúsculo dentro del Partido Nacional, al punto tal que Alianza Nacional está apoyando a una candidata herrerista”; es aquí donde, según Bergara, se necesita “ser potentes para ir al diálogo con todo ese espacio de la sociedad y es necesaria una precandidatura”.
Los resultados fiscales “no son nada maravillosos”
La Cámara de Diputados discute, en la Comisión de Presupuestos integrada con Hacienda, el proyecto de Rendición de Cuentas 2023, el último antes del año electoral. Si bien no ha llegado a la cámara alta, el análisis primario que hace Bergara es que “mantiene la tónica de una obsesión por el resultado fiscal a pesar de que los resultados fiscales no son nada maravillosos”.
“Hoy tenemos un déficit fiscal de 3,8% del producto [interno bruto], comparemos con el cierre del gobierno anterior, que con las cifras actuales del producto fue de 4,4%”; por eso, este resultado para el senador no es algo destacable, “sobre todo a la luz de que venimos de un proceso de recorte significativo de los salarios, de recorte de pasividades, de recorte de inversiones”.
“Obviamente esta Rendición de Cuentas mantiene tónicas de no volcar recursos a un montón de políticas tan necesarias”; el proyecto, señaló, “habla de la transformación educativa, pero el presupuesto para la educación prácticamente no se mueve; se habla de que hay que mejorar infraestructuras y cuestiones vinculadas a la seguridad, pero los presupuestos en esa materia tampoco se mueven”.
Al mismo tiempo, de acuerdo al dirigente, “hay algunos gastos que se están haciendo por fuera de la registración fiscal que le quitan transparencia a la discusión” y se “hacen mecanismos que implican una menor transparencia del gasto público” como “los proyectos público privados, los contratos Cremaf en infraestructura de carreteras, que comprometen gasto para el próximo gobierno y no están siendo registrados hoy, por lo tanto el déficit que se muestra subestima el déficit real”.