El presidente Luis Lacalle Pou y su par brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, mantuvieron un intercambio durante la LXIV cumbre del Mercosur, que culminó este lunes con la asunción de Uruguay de la presidencia pro témpore del organismo. Los mandatarios conversaron sólo durante algunos minutos para concretar la compra de seis aeronaves de combate A-29 Super Tucano, a estrenar, para la Fuerza Aérea Uruguaya (FAU), según informó El País este martes.
Los presidentes acordaron la compra de los aviones a la empresa brasileña Embraer por un monto de alrededor de 100 millones de dólares, que se pagarán en un plazo de entre diez y 15 años, de acuerdo al matutino.
La empresa del país vecino describe este tipo de aeronaves como un “multimisión”, un equipo con “amplia flexibilidad operativa y maniobrabilidad”. También destaca que es el “único avión de ataque ligero diseñado desde el principio para satisfacer las exigencias del combate aéreo y las operaciones austeras”. Entre sus características, Embraer subraya su “sistema integrado” y “velocidad, altitud y alcance excepcionales”.
Ministro de Defensa: “Es un antes y un después en la FAU”
En una rueda de prensa este lunes, después de su comparecencia ante la Comisión de Defensa Nacional del Senado, el ministro de Defensa Nacional, Armando Castaingdebat, se refirió a la compra de los A-29 Super Tucano. Al respecto dijo que se está “en conversaciones bastante avanzadas con la empresa Embraer” y aseguró que la adquisición de estos aviones implica “un antes y un después en la FAU” para “tratar de blindar lo más posible la frontera uruguaya”.
“Esto va a ir acompañado de un paquete tecnológico, se están viendo distintas propuestas de radares. Así que, en caso de poder concretar [esta compra], es de las lindas noticias no sólo para la Fuerza Aérea, sino para todo Uruguay”, expresó.
A su vez, Castaingdebat anunció que el Ministerio de Defensa Nacional también está por adquirir un nuevo “avión Brasilia”, como el que ya dispone la FAU, pero “con la diferencia de que se espera poder adaptar la puerta trasera para traslados sanitarios”. El jerarca manifestó que todas estas acciones se enmarcan en el “plan de renovación” que fijó este gobierno para las Fuerzas Armadas.
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Por su parte, el exministro de Defensa y ahora senador nacionalista Javier García dijo que se trata de “una muy buena noticia”. “Creo que en este período de gobierno se va a llevar adelante el mayor proceso de modernización del equipamiento de las Fuerzas Armadas que se tenga conocimiento en Uruguay, en un solo período”, dijo en diálogo con la prensa este martes, según consignó Telemundo.
García dijo que esta inversión del gobierno “significa mayor seguridad para Uruguay”. “Desde la coalición de gobierno nos comprometimos a llevar adelante un proceso de reequipamiento de las Fuerzas Armadas”, afirmó.
Con relación al monto de la compra, el exministro alegó que “el narcotráfico tiene un poder de destrucción y de corrupción infinitamente superior” a 100 millones de dólares. “Al narcotráfico no se lo enfrenta con escarbadientes, se lo enfrenta con poder de fuego, con capacidad policial y militar en las fronteras y con inteligencia. Si no lo enfrentás, las consecuencias no son 100 millones de dólares, son gravísimas”, agregó.
Frente Amplio: gastos al final del período de gobierno generan “sorpresa y preocupación”
En tanto, el senador frenteamplista José Carlos Mahía consideró, en una rueda de prensa este martes, que se trata de “un gasto enorme que va a trascender este gobierno y que naturalmente no lo va a pagar la administración que hace el gasto”, citó el noticiero. En ese sentido, señaló que la compra generó “sorpresa y preocupación”.
“Se agrega a todo lo que este gobierno le va a trasladar al que venga en materia fiscal, porque han excedido largamente desde el punto de vista de sus decisiones económicas los gastos. Va a ser una pesada herencia para la próxima administración”, agregó Mahía.
A su vez, el legislador del Frente Amplio dijo “hay otras prioridades que se podrían haber puesto en marcha”. A modo de ejemplo mencionó que “hay una gran cantidad de centros CAIF que están sin funcionamiento porque no tienen la mínima cobertura de docentes y más funcionarios que requieren”. “Plantear este tipo de gasto sobre el final del gobierno es realmente una señal muy preocupante”, remarcó.