La victoria del derechista José Antonio Kast ante la comunista Jeannette Jara en las elecciones presidenciales de Chile, el domingo, motivó algunos comentarios positivos en filas del Partido Nacional (PN). El senador blanco Sebastián da Silva (Espacio 40), por ejemplo, dijo a la diaria que la victoria de Kast lo lleva a dos reflexiones. La primera es que “confirma la liviandad de una generación de izquierda posmarxista, que piensa que hablando en forma pegajosa puede llegar a hacer las cosas”. “Es un rotundo fracaso de esa generación. Eran buenos tirando piedras, pero pésimos gobernantes”, agregó. En segundo lugar, Da Silva señaló que Chile “siempre tuvo una derecha muy fuerte, que ha variado en el transcurso de los últimos 50 años, pero nunca de esta forma, tan fuerte”.
“La derecha chilena o Kast es irreplicable a la derecha uruguaya que algunos queremos construir, porque es bastante más dogmática y conservadora en temas que en Uruguay están harto discutidos”, precisó Da Silva; mencionó, a modo de ejemplo, “todo lo que tiene que ver con el aborto y la mar en coche”.
No obstante, el senador del PN dijo que no pasa lo mismo con los temas económicos y de seguridad, y subrayó que “hay un fracaso rotundo de las izquierdas en materia de seguridad”, del que “este gobierno” de Uruguay “no es la excepción”. En cuanto a la parte económica, dijo que “las izquierdas no han sacado a gente de la pobreza, sino más bien la han utilizado para consolidar votos, y las derechas siempre son más prósperas”.
Por lo tanto, para Da Silva, a partir de la victoria de Kast probablemente en Chile haya un “milagro económico” que, junto con “Argentina y otros países, nos quiten posibilidad a Uruguay de recibir inversiones”, sobre todo, si se siguen discutiendo “estupideces como ponerle el 1% al 1% más rico del país para combatir la pobreza infantil”, en referencia a la propuesta del PIT-CNT.
Da Silva insistió en que, a su modo de ver, a Chile “por supuesto” que ahora le irá bien económicamente, porque “desde Patricio Aylwin [presidente entre 1990-1994], que fue el transformador liberal de la sangrienta dictadura chilena, siempre les ha ido mejor”.
Consultado por la reivindicación que ha hecho Kast del dictador Augusto Pinochet, Da Silva contestó que él no es chileno, y subrayó que la elección de este domingo era entre “una comunista y alguien que reivindica el pinochetismo”. “¿Cuál es peor? No sé, no tengo idea”, señaló. Ante la pregunta de si le cae en gracia que el presidente electo de Chile reivindique a Pinochet, el senador blanco dijo que no, así como “tampoco reivindicar el comunismo”.
Rodríguez: “Después de que dejaste pasar el tren, es bravo alcanzarlo”
A su vez, el diputado blanco Juan Martín Rodríguez (Herrerismo) dijo a la diaria que en Chile en los últimos seis ciclos electorales “se ha dado la alternancia en el poder de conglomerados políticos de izquierda, centroizquierda y derecha y centroderecha”, como Michelle Bachelet y Sebastián Piñera, “lo cual demuestra que las cualidades democráticas rigen plenamente”.
En cuanto a la reivindicación de Pinochet por parte del presidente electo, el diputado blanco dijo que le llama la atención cómo “algunas agencias de noticias hablan del ultraderechista y la centroizquierda, y no dicen que Jara es comunista”. “Se ve que la hemiplejia ideológica hace que se quiera menospreciar la actitud política del presidente electo de Chile; sin embargo, resulta que Jara era candidata de centroizquierda. O sea, se ve que había que ocultar que era comunista”, expresó.
El diputado del PN señaló que, si se escucha el discurso del presidente electo de Chile de este domingo, “lejos está de todos los temores o los miedos que se han sembrado”. “Yo escuché a un presidente electo que pedía respeto por su adversaria, que pedía que no se la abucheara. Si eso es lo que la izquierda quieren condenar, está en un problema”, apuntó.
Rodríguez subrayó que para él “todas las dictaduras son malas”, pero “también es verdad que hay dictaduras útiles e inútiles”, y la “línea económica que instaló Pinochet la siguieron todos los gobiernos posteriores de Chile, incluso el gobierno socialista de [Ricardo] Lagos”. “Por supuesto, es condenable y reprochable desde todo punto de vista en lo que tiene que ver con los derechos humanos; sin embargo, la política económica fue la misma que siguieron Aylwin, [Eduardo] Frei”, etcétera, agregó.
Por último, el diputado blanco señaló que a él no le cambia si el presidente de Chile “es de arriba, de abajo, de izquierda, de derecha, del centro o de adentro”, y “ojalá que le vaya muy bien”, porque “si le va bien a Chile, le va bien a la región”. Pero agregó que hay que estar atentos, porque Uruguay se enfrenta a una realidad regional en la que “los países como Argentina, Paraguay y Chile están mucho más decididos a apostar por el libre mercado, y si Uruguay pone el pie en la retranca, después de que dejaste pasar el tren, es bravo alcanzarlo”, finalizó.