Desde 2011 se juntaron más de 5.000 historias clínicas en papel de usuarios de los espacios de consulta de la Facultad de Psicología de la Universidad de la República. Esta realidad ya no podía sostenerse, por eso desde el decanato del servicio se comprometieron a llevar adelante el paso hacia la historia clínica electrónica, algo que lograron poner en práctica la semana pasada. Según explicó en diálogo con la diaria la decana de la facultad, María José Bagnato, son varias las ventajas que permite este nuevo formato, una de las más importantes es protocolizar los datos que deben figurar en el registro, ya que hasta ahora, más allá de algunos datos básicos, la información quedaba a criterio de cada profesional.
Bagnato explicó que “lo que sucedía era que a una persona que ingresaba a la atención clínica psicológica se le abría una historia clínica con una primera hoja de datos que los docentes debían completar, pero después había una infinidad de formas de poner la información en esa historia, no había un formato estandarizado; entonces, en algunos casos podría faltar alguna información y en otros la información que se ponía no siempre era relevante”.
Una de las mejoras que implica esta nueva herramienta son los campos obligatorios que se deben completar con la información de cada paciente, algo que surgió del diálogo entre profesionales. Bagnato ejemplificó: “Para nosotros, que trabajamos en la temática de la discapacidad, nos pareció importante que esa información pudiera aparecer en la historia clínica; en general, en las historias aparecían datos generales de la trayectoria de salud de la persona, pero no estaba la referencia a si estaba en una situación de discapacidad o no, cuál era su núcleo familiar, cuál era su contexto, si había violencia familiar o temas vinculados a otras especificidades”.
Por otra parte, la historia clínica electrónica será también un insumo para la investigación, ya que se generará una base de datos que pueden aportar a la construcción de conocimiento sobre diferentes patologías, pero también tener datos en general sobre la población que consulta en los espacios de la facultad: “en qué áreas viven, dónde atienden su salud, el nivel educativo, con qué frecuencia consultan sobre determinados temas”, enumeró la decana.
Este resultado es parte del proceso que está haciendo todo el Sistema Nacional Integrado de Salud para que sus registros pasen a ser electrónicos. En este sentido Bagnato destacó que es “muy importante la interoperabilidad más adelante de esta historia clínica con la nacional”. Agregó que parte de su valor está en que es la primera herramienta informática destinada al registro clínico de la salud mental en Uruguay. Al igual que el servicio a nivel nacional, la Agencia de Gobierno Electrónico y Sociedad de la Información y del Conocimiento (AGESIC) garantizó “el resguardo de la información”, ya que la seguridad de los datos fue una pieza clave del proceso; de hecho, la historia se completará en una computadora de forma online, pero sólo se podrá ingresar por los servidores de la facultad, que “están totalmente protegidos y aprobados”.
La herramienta digital fue diseñada en conjunto entre los desarrolladores de la Unidad de Informática de la facultad, la encargada del archivo de historias clínicas, los docentes de las prácticas preprofesionales y la AGESIC. Según Bagnato, es muy intuitiva para usar, pero de todas formas se hicieron capacitaciones para los profesores, que van a tener los permisos de acceso a la historia para que la supieran manejar y para los estudiantes avanzados de la carrera, que también son parte de las prácticas. En esas instancias, “los docentes mostraron gran interés y muy buena disposición para utilizar esta herramienta, que genera una conducta de registro sistemático y sistematizado que da garantías del trabajo clínico que se hace en la facultad”, sostuvo Bagnato.