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Reinauguración del instituto Tiburcio Cachón.

Foto: Mara Quintero

Luego de varios años se reinauguró el centro de rehabilitación para personas con discapacidad visual Tiburcio Cachón

2 minutos de lectura
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El servicio, que este año cumple su 60º aniversario, atiende a más de 100 personas y recientemente incorporó un servicio para niños de entre 0 y 5 años.

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Editar

Este miércoles autoridades nacionales, entre ellas el presidente, Luis Lacalle Pou, y el titular del Ministerio de Desarrollo Social (Mides), Martín Lema, inauguraron la remodelación edilicia del centro de rehabilitación para personas con discapacidad visual Tiburcio Cachón, ubicado en Montevideo.

El centro se fundó en 1962 “a partir de la necesidad, interés e impulso de las propias personas con discapacidad visual”, recordó el Mides en un comunicado. Desde la creación de la cartera, el centro depende de su Dirección de Discapacidad. El objetivo del servicio es la inclusión, autonomía e independencia de quienes viven con discapacidad visual.

Tras décadas en funcionamiento, el centro requería una remodelación para poder continuar con el servicio. En marzo de 2022 el Mides y el Ministerio de Transporte y Obras Públicas (MTOP) firmaron un convenio que implicó una inversión de unos 20 millones y medio de pesos para empezar a reacondicionar el lugar.

El proceso

En diálogo con la diaria, la egresada del centro e integrante de la comisión de negociación, la psicóloga Veronica Orrico contó que el lugar atiende a personas que perdieron la visión o la tienen disminuida. Se les enseña a realizar las mismas actividades cotidianas que realizaban antes y otras que la discapacidad requiere aprender, como movilizarse por la vía pública con bastón.

Orrico estuvo en el centro en 1993 durante más o menos un año, como casi todos los usuarios, y luego fue docente de informática en la institución, con la cual sigue vinculada hasta el día de hoy. Recordó que en el año 2009 el servicio comenzó a desmejorar, ya que “faltaban algunos docentes y se habían cerrado el comedor y el gimnasio” por los problemas edilicios.

En ese momento se manejó la posibilidad de que el servicio se trasladara del edificio original, cerca de General Flores y bulevar Batlle y Ordóñez, al local del Instituto Nacional de Ciegos General Artigas, en camino Maldonado y Libia. Esa opción “no era favorable porque la accesibilidad del lugar era compleja para las personas ciegas”, señaló Orrico.

Pese a que los usuarios se movilizaron en diferentes oportunidades, ocuparon el centro durante 71 días y recurrieron al ámbito parlamentario, el traslado se concretó en 2019. Luego de un año y medio el centro volvió a funcionar en su antigua ubicación, pero “compartía el lugar con otra institución” y tenía varios problemas edilicios por “falta de mantenimiento”, detalló la psicóloga.

Orrico destacó que las reformas son “un gran logro” obtenido “gracias al esfuerzo de muchas personas ciegas y de baja visión” que lucharon “por tener un centro de rehabilitación de calidad en una zona accesible de la ciudad”. Agregó que “cuando alguien pierde parcial o totalmente la vista necesita aprender a hacer las actividades de otra manera”, por ejemplo, a utilizar dispositivos con lector de pantalla o simplemente a mantener su cuidado personal, y en paralelo necesita apoyo psicológico, “porque perder la vista significa un duelo”. La situación lleva a que muchos “pierdan su trabajo y roles en su familia”, por eso el principal objetivo de la rehabilitación es fomentar la independencia.

Al centro “en general” concurren mayores de 12 años, aunque en 2022 se agregó la atención para niños de hasta cinco años. “La idea es llegar a más gente y a más lugares”, destacó Orrico. Además de Montevideo, hay un técnico en 11 de los 19 departamentos del país y la idea es “ampliar las sedes”.

Por último, mencionó como “un pendiente” conseguir la expropiación del local en el que funciona el centro de Montevideo, que es alquilado. En la última Rendición de Cuentas la senadora Gloria Rodríguez, del Partido Nacional, agregó un aditivo para lograr el proceso, que fue aprobado. Ahora depende del Poder Ejecutivo, específicamente del Mides, ejecutarlo.

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