Luis León hace 34 años que se dedica a la venta de flores. Tiene su puesto en la esquina de 18 de Julio y Convención. En la zona es el vendedor más viejo; recuerda cómo han ido cambiando los comercios y esa esquina con el paso de los años.
Cuenta que lo que más se vende en estos días son los jazmines (el ramo de tres flores cuesta 60 pesos), pero también rosas, claveles, clavelinas, lisianthus y astromelias. Los precios varían entre 70 y 140 pesos.
Los meses más difíciles para el puesto de Luis son los del verano. En enero y febrero no hay nadie: las vacaciones, las licencias y el calor merman las ventas.
En el resto del año se vende bien. Las flores son un producto que a la gente le gusta llevar: las compran los enamorados, pero también salen para hacer un regalo o para adornar la casa o la oficina.
¿Qué fue lo más difícil y lo más fácil que te tocó vivir en la pandemia?
El primer mes, 18 de Julio quedó vacía. Estuve parado un mes. El arranque después del parate costó mucho, porque las cuentas se juntan y te vas atrasando. Había que pagar el Banco de Previsión Social y el piso a la Intendencia de Montevideo, más las cuentas del hogar. Fácil en la pandemia no hubo nada, a mí me salvó un grupo de clientes que tengo desde hace años: algunos me compran flores desde hace 20 años.
¿Cómo ves el futuro?
La cosa en estos momentos está cambiando, se está volviendo casi peor de cuando arrancó. Espero que no siga empeorando, porque si sigue así nos liquida. Yo dentro de todo me revuelvo; no vendo como antes, pero las flores son un producto barato y se consume. Por ejemplo, una rosa está a 70 pesos; es accesible al bolsillo para un regalo. Pero hay comercios en la vuelta que no sé si van a seguir bancando esta crisis, ya hay varios que cerraron sus puertas.
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