¿En qué rubro te desempeñás?
Desde chico me desempeñé en el turf. Hace seis años que estoy radicado acá. Vengo de mi padre y mi abuelo carreristas, llevo 14 años trabajando en este mundo y actualmente soy capataz de este stud.
¿Cómo afectó tu vida la pandemia?
No me afectó. Llueva o truene, nosotros trabajamos igual. Cuando el hipódromo cerró, nosotros trabajamos a puertas cerradas como si nada. Económicamente nos afectó un poco, y sobre todo a los caballos, que no podían correr carreras. Hay comisiones que cobramos los que trabajamos con esto que, al no correr, no se cobran.
¿Qué te complicó y qué fue lo más sencillo?
Sencillo no hubo nada. Se nos complicaron los primeros días, cuando el hipódromo estaba cerrado y no podíamos llevar a los caballos a varear. Eso duró siete días durante los cuales perdieron un poco de forma física y hubo que reacondicionarlos.
¿Qué te parece que va a pasar?
No sé qué va a pasar, pero lo que espero es que no llegue el momento en que tengan que cerrar el hipódromo por la pandemia. Si pasa eso, nos quedamos todos sin trabajo, desde el peón hasta el cuidador.
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