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Cosecha de caña de azúcar en las tierras arrendadas por ALUR.

Foto: Sandro Pereyra

Ancap y sindicato enfrentados por decisión de la empresa de no continuar con cosecha de caña de azúcar en pueblo Belén

3 minutos de lectura
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El ente estatal aseguró que garantizará las 38 fuentes de trabajo; Fancap cuestiona que en tiempos de crisis se corte “el único emprendimiento productivo” de la localidad.

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Leído por Abril Mederos.
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Distintas autoridades del gobierno, incluido el presidente Luis Lacalle Pou, participaron el 12 de junio en un acto en Bella Unión con motivo de la inauguración de la zafra de caña de azúcar. Esta producción tiene directa relación con Alcoholes del Uruguay (ALUR), firma subsidiaria de Ancap que produce biocombustibles, como el caso del etanol a partir de la melaza —derivado del azúcar—, para mezclar con las naftas y bajar el nivel de contaminación ambiental por la menor emisión de dióxido de carbono.

Entre los cambios que pretende implementar el gobierno en el mercado de combustibles y en busca de mayor eficiencia por parte de Ancap, está el de hacer modificaciones en el proyecto de ALUR. Este punto lo enfrenta desde hace meses con la Federación Ancap (Fancap), el sindicato de trabajadores.

La última noticia en torno al tema surge de un comunicado de Ancap, que informó que ALUR resolvió “no renovar el arrendamiento de un campo de 135 hectáreas propiedad de un particular”, ubicado en Pueblo Belén (Salto) y donde se plantaba caña de azúcar con destino a la planta de Bella Unión. El ente explicó que la cosecha actual será la última y los ocho empleados permanentes que allí trabajan “serán reubicados en tareas de ALUR en Bella Unión”, mientras que a los 25 cañeros que trabajan zafrales “se les asegura poder trabajar en las siguientes zafras” en la zona.

Además, Ancap señaló que “se dispuso ofrecer, a todos los trabajadores involucrados, el transporte a costo de la empresa para su traslado diario desde Belén a Bella Unión”. También recordó que en 2012 y 2016 se habían tomado “decisiones similares”, dejando de arrendar campos en las localidades de Constitución (Salto) y Baltasar Brum (Artigas).

En el comunicado, la petrolera estatal lamentó “que trascendidos y expresiones públicas de terceros hayan generado incertidumbre y preocupación” en la zona norte del país.

Tres días después de la visita del presidente a Bella Unión, la Coordinadora de Sindicatos de Ancap —que integran Fancap y otros gremios vinculadas al ente— convocó una “asamblea ciudadana” en Pueblo Belén y emitió una declaración en la que cuestionó “el cierre del emprendimiento productivo de ALUR”.

“El subsidio del emprendimiento de Belén de 15.000 dólares mensuales está comprendido en la lógica del proyecto social de ALUR y es el sustento de 40 familias. La implicancia del cierre de Belén trasciende a sus trabajadores, afectando a familias que viven del comercio interno del pueblo. La batalla por Belén es estratégica, ya que se enmarca en la reforma del mercado de los combustibles, que busca sustituir un modelo de desarrollo solidario por un proyecto empresarial cuyas únicas reglas las impone el mercado”, señaló la coordinadora sindical.

En diálogo con la diaria, Gerardo Rodríguez, presidente de Fancap, dijo que “no es ninguna seguridad” el compromiso hecho público por Ancap de mantener las fuentes de trabajo. “Estamos cansados de ver resoluciones donde primero se acuerda algo y luego se desconoce porque vienen restricciones de la OPP [Oficina de Planeamiento y Presupuesto] o alguna política de recorte”, sostuvo. Además, dijo que los 25 cañeros que no trabajarán más en Belén pasarán “al final de la fila, entre todos los que luchan cada año para ingresar a la zafra” en Bella Unión, ya que hay más trabajadores que puestos y suele quedar un grupo de entre 80 y 100 personas “como retén”.

”El período asistencialista en ALUR se terminó”

El presidente de Ancap, Alejandro Stipanicic, se refirió este miércoles en una entrevista con En perspectiva, de Radiomundo, a los planes para ALUR y la zona de Bella Unión. Valoró que la caña de azúcar tiene “mucha relevancia” en la economía de la zona, pero aclaró que “el período asistencialista se terminó”. Con esto hacía referencia al modelo de negocios de ALUR, que, según planteó, viene con ineficiencias desde la época de Calnu, lo que genera sobreprecios en los biocombustibles, que luego debe comprar Ancap y que al final termina encareciendo el valor en surtidor.

Si bien señaló que hay aspectos que no se modificarán, en virtud del compromiso asumido por el gobierno de no afectar fuentes de trabajo en Bella Unión, subrayó que se insistirá con los productores para “mejorar los rendimientos agrícolas”. En busca de eso, Ancap les ofreció un contrato a cinco años por el cual “en lugar del precio a partir de cubrir los costos [esquema actual]” se les fijó valores en función de “incentivos para mejorar la producción”.

En paralelo, Stipanicic comentó que hay planes del gobierno para impulsar el trabajo en la zona norte con la construcción del puente entre Bella Unión y la localidad argentina de Monte Caseros, y la promoción de la plantación de cáñamo.

Esto busca “diversificar las fuentes de actividad” y, a mediano plazo, que “los trabajadores de la cosecha [de caña de azúcar] puedan migrar” a otros puestos, dado que “el trabajo que hacen no es del siglo XXI”. Stipanicic complementó al respecto: “Hoy hay incentivos económicos equivocados. Al tener toda la actividad [en torno a ALUR] subsidiada allí van todos los trabajadores, pero planeamos diversificar” y que surjan otros “sectores con mano de obra” en Artigas.

Acerca de estos planes del gobierno, el presidente de Fancap expresó que “cualquier emprendimiento que dé trabajo lo vamos a saludar, pero son promesas, y mientras tanto cierran Belén”. Aceptó que “el trabajo en la caña no es amigable” y que “se necesitan emprendimientos productivos complementarios” en la zona, pero “primero que estén las fuentes de trabajo y ahí la gente irá sola, pero no cerrar algo y decir que a futuro se hará una cantidad de cosas”.

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