“Existe una vinculación muy fuerte entre estar en un trabajo informal y vivir en la pobreza”, dijo Roxana Maurizio, especialista regional en Economía Laboral de la Oficina de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) para América Latina y el Caribe, en las Jornadas de análisis de mercado de trabajo, políticas de formalización y transición justa, que se desarrolla esta semana en Santiago de Chile.
Según una nota publicada en la web de la OIT, Maurizio informó que se estima que “al menos 80% de trabajadores pobres están en condiciones de informalidad”, más teniendo en cuenta el impacto del aumento de la inflación en el ingreso de los hogares.
La especialista señaló que existen estrechos vínculos “entre informalidad y dimensiones extremadamente importantes para la región, como los bajos niveles salariales, la segmentación salarial, la pobreza y la desigualdad”. Agregó que para un trabajador pobre “implica que tener un empleo no es garantía para no ser pobre. La elevada inflación en un contexto de alta informalidad hace que este fenómeno sea un riesgo creciente en la región”. La OIT advierte que uno de cada dos personas trabaja en condiciones de informalidad, y tienen dos a cinco veces más probabilidades de ser pobres.
Según la OIT, la pandemia por covid-19 generó en 2020 pérdidas significativas de empleos e ingresos que se concentraron básicamente en el sector informal, sin embargo, con la recuperación económica que empezó en 2021, las tasas volvieron a subir hasta llegar a un promedio regional de 50% de informalidad.
Maurizio aseguró que la informalidad deviene en una “penalidad salarial” que se hace visible en menores ingresos laborales por hora y que oscila entre 20% y 35% menos.
Para la OIT, la situación es más compleja aun debido a la suba de la inflación en la región. Según el Informe Mundial sobre Salarios de la OIT, publicado la semana pasada, el salario real cayó -1,4% en 2021 y -1,7% en el primer semestre de 2022.
Maurizio expresó que la informalidad “tiene múltiples causas y múltiples consecuencias”, y por lo tanto requiere de soluciones integrales, como políticas públicas específicas para los sectores afectados.
La especialista dijo que en la región hay que avanzar en el fomento a la creación de más empleos formales, coordinando con políticas activas, formación profesional (transición digital, transición justa) y políticas sectoriales. También hay que avanzar en el fortalecimiento del salario mínimo y la negociación colectiva, en el marco del diálogo social, tomar medidas de apoyo a las empresas, en especial a las más pequeñas, y promover el acceso universal a la protección social y el mantenimiento de los ingresos.