Hace unos días en el programa Seré curioso de VTV conducido por César Bianchi, estuvieron los senadores Jorge Gandini, del Partido Nacional (PN), y Oscar Andrade, del Frente Amplio (FA), para debatir sobre la propuesta de la reforma de la seguridad social impulsada por el PIT-CNT.
En el marco de la discusión sobre la presión del sistema de seguridad social en las arcas públicas, Andrade señaló que el FA “triplicó” las jubilaciones mínimas durante sus tres gobiernos. “Y el déficit también”, replicó Gandini, lo que motivó que el senador del Partido Comunista señalara que el déficit fiscal actual se encuentra “igual” al nivel de 2019. “Eso no es verdad”, reprochó el nacionalista. Sin embargo, la afirmación de Andrade es correcta.
De acuerdo a los datos del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), el déficit público global en abril de este año fue de -4,2%, mientras que al cierre de 2019 fue de -4,7%. No obstante, en octubre de 2020 el gobierno decidió cambiar la base de cálculo del PBI, dejando atrás la serie con base en el año 2005 para pasar a utilizar la serie 2016, que implicó modificaciones en todos los números, como el nivel de endeudamiento o de déficit. El estudio CPA Ferrere calculaba que el indicador de déficit fiscal tendría una mejora con este nuevo criterio del entorno de unas cuatro décimas.
Consultada por la diaria Verifica, la economista Gabriela Mordecki, del Instituto de Economía de la Universidad de la República, señaló que “dado el ajuste” a la base de cálculo que utiliza el gobierno actual, el déficit de 2019 fue de -4,2%. Esta cifra es idéntica a la informada por el MEF en su último comunicado sobre el resultado del sector público en el mes de abril. En ambos casos, el cálculo corrige el aporte extraordinario recibido por el fideicomiso de la Ley 19.590 de los llamados “cincuentones”.
Luego del aumento extraordinario del déficit público global producto de la pandemia, que llegó a alcanzar el -5,9% a finales de 2020, hubo una reducción al -4,1% en 2021 y a -3,4% en 2022. Esta tendencia se rompió en 2023, cuando el déficit global del sector público cerró en -3,6%. Según los economistas, esa suba se debió a la caída de ingresos debido a la sequía. En los últimos meses continuó su aumento hasta el último dato de -4,2%.
A fines de febrero, la ministra de Economía y Finanzas, Azucena Arbeleche, realizó su balance anual de la situación macroeconómica del país, en el que presentó los resultados del déficit del Gobierno Central y el Banco de Previsión Social (GC-BPS), que excluye empresas públicas e intendencias, así como el Banco Central de Uruguay. En ese entonces señaló la dificultad de mantener las metas fiscales previstas inicialmente. Por ejemplo, en la última modificación de febrero de este año, se estimó un alza de siete décimas del déficit GC-BPS respecto a la rendición de cuentas de junio de 2021, equivalente a 500 millones de dólares.