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Ilustración: Ramiro Alonso

Apuntes del día: Lo deseable y lo esperable

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Buenos días. Les comento algunas noticias que pueden leer hoy en la diaria.

Durante tres décadas el Mercosur se ha mantenido, pese a su nombre, muy lejos de ser un mercado común, e incluso le falta mucho para ser una zona de libre comercio. Esto no significa, por supuesto, que el funcionamiento del bloque haya carecido de beneficios para sus integrantes. En el vaivén de las discusiones sobre sus problemas, cada tanto aparece la aspiración de que Uruguay mantenga sus ventajas actuales, pero no las desventajas, mediante una autorización de los demás socios para realizar acuerdos comerciales con otros países.

Uno de los problemas obvios que traería esa “flexibilización” es que perforaría el criterio de arancel externo común, con claros perjuicios y peligros para los demás Estados miembros, y convertiría al Mercosur en mucho menos de lo que ha logrado ser. Sin embargo, el planteamiento resurge, y estuvo presente ayer en el encuentro informal del presidente Luis Lacalle Pou con su par brasileño, Jair Bolsonaro.

Mejor futuro pueden tener las ideas manejadas por ambos mandatarios sobre obras de infraestructura, aunque sería interesante analizar, por ejemplo, si a Uruguay realmente le conviene que parte de sus exportaciones se embarque en Porto Alegre y no en Montevideo. En cuanto a la hidrovía del río Uruguay, hace muchos años que se habla de sus posibles beneficios (y de sus posibles estragos en términos ambientales). Veremos.

En las cuestiones relacionadas con el Mercosur es prudente tener conciencia de que una cosa es lo que a uno le gustaría que ocurriera, y otra lo que realmente puede ocurrir. Es una distinción similar a la que planteó el Ministerio de Industria, Energía y Minería (MIEM) en su mensaje al Parlamento con propuestas para el mercado de combustibles. El MIEM señaló su deseo de que esos cambios hagan posible una disminución de los precios, pero no está en condiciones de asegurar que vaya a ser así y deja constancia de ello, entre otras cosas porque carga con el peso de las promesas de campaña electoral en la materia.

En otro terreno, es sin duda deseable que, cuando las personas reciben tratamientos médicos, estén informadas acerca de sus posibles efectos adversos. A la vez, es esperable que, en lo referido a la vacunación contra la covid-19, el requisito de un consentimiento formal –que no existe para las actuales vacunas obligatorias, y mucho menos para las que no lo son– atemorice a mucha gente y la incline a no vacunarse. Quizá la firma de ese consentimiento sea una exigencia de los proveedores, amparada por cláusulas de confidencialidad.

Dicho sea de paso, Lacalle Pou dijo a su regreso de Brasil, sobre la compra de vacunas, que “veremos” cuáles se adquieren, en qué cantidad y a qué precio. Esto no contribuye, por cierto, a instalar la convicción de que ya está todo arreglado.

Por último, ante la noticia de que 13 investigadores uruguayos figuran en una lista de los científicos más citados en el mundo, parece muy deseable que nuestro país avance por los caminos que llevaron a ese resultado. Sin embargo, está dentro de lo esperable que esto no suceda si se retacean recursos al desarrollo de la ciencia.

Hasta mañana.

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