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Ilustración: Ramiro Alonso.

Apuntes del día: Corriendo de atrás a la pandemia

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Buenos días. Les comento algunas noticias que pueden leer hoy en la diaria.

La atención prestada en algunos medios de comunicación y en redes sociales a un cruce entre los presidentes de Uruguay y Argentina el viernes podría dar la impresión de que el tema central para nuestro país en la actualidad es la muy lejana posibilidad de abandonar el Mercosur. Sin embargo, la dura realidad es que estamos en una crisis por la acelerada propagación de la covid-19.

El riesgo de que se vea desbordada la capacidad de brindar cuidados intensivos está en “nivel rojo”, según la escala definida por el Grupo Asesor Científico Honorario (GACH). Instituciones y especialistas coinciden en señalar, con alarma, que fueron insuficientes las medidas para reducir contagios anunciadas por el Poder Ejecutivo el 16 y el 23 de este mes, y reclaman con insistencia nuevas acciones para evitar “la catástrofe sanitaria inminente”.

El Ministerio de Salud Pública informó que después de Turismo habrá 119 camas de CTI más y eso es sin duda una buena noticia, pero está claro desde hace tiempo que no basta.

Por un lado, faltan meses para que los efectos de la vacunación puedan desacelerar el incremento de los casos graves, y parece inviable que el aumento de la disponibilidad de camas se mantenga a la par. Por otro, las camas y los respiradores son insumos necesarios para brindar cuidados intensivos, pero estos requieren también, en forma indispensable, personal especializado.

Los trabajadores de la salud con formación y experiencia para desempeñarse en un CTI no sobran, están sometidos a un creciente estrés, y falta tiempo también para que los efectos de su vacunación disminuyan en forma significativa las ausencias por contagios o cuarentenas. La capacitación de emergencia a otras personas implica, inevitablemente, un descenso del nivel de atención.

Además, el sistema sanitario está disminuyendo incluso su capacidad de monitorear la gravedad de la situación, porque las sobrecargas causadas por el aumento de casos afectan también la precisión y la eficiencia de los reportes que brinda el Sistema Nacional de Emergencias.

Con tendencias evidentes desde mediados de febrero, y recomendaciones muy claras del GACH sobre lo que consideraba necesario hacer desde el 7 de ese mes, tuvimos dos deliberaciones sucesivas del Poder Ejecutivo, cinco y seis semanas después de esas recomendaciones, que las tuvieron muy poco en cuenta. Ahora se anuncia una tercera instancia de deliberaciones gubernamentales para considerar si en estos días se impondrán mayores precauciones. Veremos también –hay que decirlo aunque las esperanzas sean escasas– si se brindarán apoyos adecuados a quienes deban interrumpir sus actividades, y si el presidente Luis Lacalle Pou cambiará de opinión sobre la pertinencia de procurar acuerdos amplios para potenciar el cumplimiento de lo dispuesto.

De todos modos, cualquier medida nueva que se pueda adoptar hoy, por más eficaz que resulte, comenzará a mostrar resultados dentro de un par de semanas, durante las cuales se seguirán manifestando las consecuencias de lo que no se hizo hasta hoy. Eso significa más casos graves y más fallecimientos.

Hasta mañana.

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