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Ilustración: Ramiro Alonso

Apuntes del día: Otra vez lo que no dio resultado

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Buenos días. Les comento algunas noticias que pueden leer hoy en la diaria.

Las medidas anunciadas ayer por el presidente Luis Lacalle Pou ya se habían aplicado antes, y no hay evidencia de que basten para frenar la acelerada propagación actual de la covid-19.

Pese a las recomendaciones del Grupo Asesor Científico Honorario (GACH), no hubo novedades significativas en lo relacionado con la limitación de los contactos sociales, y tampoco con el apoyo a las personas más afectadas por la crisis. Se van a cuidar en mayor medida quienes puedan hacerlo.

El propio presidente señaló que los brotes y contagios en centros de enseñanza han sido poco relevantes, pero contra la opinión del GACH, y sin atender las demandas de los involucrados, se vuelve a suspender la obligatoriedad de las clases. Ya sabemos que esto afecta mucho más la asistencia de los alumnos en peor situación socioeconómica, aumentando desigualdades que el sistema educativo siempre se propuso disminuir.

Parece que, por el momento, Lacalle Pou apuesta a que los meses que faltan para que la vacunación pueda tener efectos importantes transcurran sin costos demasiado altos. La experiencia acumulada en Uruguay y en el resto del mundo indica que eso es poco probable.

El alarmante ascenso de los indicadores a fines de 2020 se revirtió durante enero, pero luego retomó la tendencia anterior y hace días que superó los récords previos. No es difícil entender que para cambiar esta realidad hay que apelar a medidas distintas.

Durante febrero y lo que va de este mes estuvo vigente la limitación del derecho de reunión, para que la Policía evite lo que considere son aglomeraciones peligrosas desde el punto de vista sanitario. Eso no evitó el fuerte crecimiento de los contagios, y cuesta entender por qué el presidente de la República supone que prorrogar el acotamiento de lo dispuesto en la Constitución, como propone en un nuevo proyecto de ley, va a cambiar las tendencias.

Tampoco hay evidencia conocida de que la propagación del virus se haya producido especialmente por la práctica de deportes en forma no profesional, que se suspendió. O en los vestuarios de clubes y gimnasios, que se cerrarán. O en los espectáculos públicos, que seguirán muy restringidos.

Lacalle Pou afirmó que “ya todo el mundo sabe lo que tiene que hacer” y “puede manejar sus propias perillas”. Alegó que, por más medidas que adopten las autoridades, el resultado depende de “la conducta de la gente”, y volvió a criticar el “relajamiento” de quienes van a fiestas clandestinas o a “asados de veinte personas”.

Lo que no parece ver el presidente es que, a la inversa, hay contextos sociales en los que la gente sabe lo que tendría que hacer, pero no está en condiciones de hacerlo sin más apoyo estatal. Y que el peligro de contagio para esa gente no proviene de fiestas y asados, sino de ganarse la vida u ocuparse de quienes están a su cargo. Además, este invierno va a ser más difícil que el del año pasado para quienes vienen acumulando problemas.

En este marco, cabe pensar que el Partido Nacional elige un mal momento para tensar sus relaciones con Cabildo Abierto. Pero quizá son los cabildantes quienes eligen muy bien cuándo marcar su distancia de los nacionalistas.

Hasta mañana.

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