El tablado del Museo del Carnaval es particular porque funciona dentro de la red de escenarios populares, pero es parte de la institución que administran en fideicomiso tres entidades estatales: el Ministerio de Educación y Cultura (MEC), la Intendencia de Montevideo (IM) y el Ministerio de Turismo (Mintur).
El escenario abrió sus puertas al público en 2010 en manos de privados, siempre con gran presencia de la comunidad barrial, y luego se transformó en un tablado popular. El año pasado no recontrataron a la organización vecinal con la que trabajaban desde hacía 12 años, lo que generó rispidez entre las autoridades y la comunidad.
Este año la situación volvió a cambiar y por primera vez el tablado del Museo del Carnaval está gestionado exclusivamente por gente del barrio. Héctor Torres, integrante del colectivo de vecinas y vecinos que llevan adelante el escenario, contó a la diaria que en octubre de 2022 José Cozzo, integrante de la Comisión Supervisora del museo por el MEC, se contactó y les planteó un convenio.
Foto: Gentileza Museo del Carnaval
Quienes hablaron con Cozzo hicieron una convocatoria abierta a organizaciones sociales y a vecinas y vecinos: “Si bien hay organizaciones sociales que como tales no participan, muchos vecinos y vecinas están de forma independiente dentro de la gestión del tablado”. Las que sí forman parte son la radio y el canal comunitarios del barrio. Además, “la red de escenarios populares, la Gerencia de Festejos y Espectáculos de la IM y el municipio B tuvieron mucho que ver en que los vecinos volvieran y gestionaran el tablado por primera vez”, aseguró Torres.
El museo se encarga de poner la infraestructura, horas de funcionarios y un fondo del MEC para el programa Formación de Nuevos Espectadores. Los vecinos y vecinas gestionan el tablado: arman las grillas, manejan la compra de conjuntos para cada noche con Daecpu, difunden, llevan adelante los servicios de boletería, cantina y animación.
Torres destacó que la escenografía también fue hecha por vecinas y vecinos del barrio: “Representa la realidad del barrio, de casas vacías y gente sin casas, la playa de contenedores en la escollera, el espacio público que no se puede disfrutar, la venta del patrimonio y, en el medio de todo eso, la Plaza de Deportes N° 1 como símbolo de vecinos y vecinas organizadas que seguimos resistiendo”.
Gestionar el tablado del barrio, en palabras de Torres, “es un anhelo que hemos cumplido, que lo veníamos buscando hace tiempo. El año pasado la movida a la que nos sumamos como vecinos organizados fue Más Carnaval, hicimos dos tablados, es otra modalidad, pero fue nuestro primer paso hacia un tablado como el de ahora, donde se puede ver la misma programación que en cualquier tablado comercial de la misma calidad, pero con más accesibilidad en cuanto a costos y precios”.
Foto: Gentileza Museo del Carnaval
Para funcionar en régimen de tablado popular y barrial, quienes organizan deben declarar qué van a hacer con la plata en caso de que haya excedentes. “Nosotros hemos optado por comprar audio y un escenario desmontable para que las organizaciones sociales del barrio tengan independencia y autonomía a la hora de hacer eventos y no dependan de solicitarle al municipio”, dijo Torres.
El barrio “está muy contento, necesita esto, este es el único tablado popular del municipio B. Lo ha recibido con brazos abiertos y el fin era ese: accesibilidad para todo el barrio más allá de lo económico. Que la gente pueda ir con poco dinero y pasar una linda noche es para nosotros el premio mayor de todo esto, nos damos por cumplidos con que el tablado esté abierto y el barrio lo pueda disfrutar”.
El Tablado del Barrio del Museo del Carnaval, como decidieron llamarlo, abre los viernes y sábados. En carnaval va a funcionar de viernes a martes. Las entradas cuestan $ 100, como en todos los escenarios populares. Menores de diez años entran gratis.
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