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Un familiar de una persona fallecida filma para otro que vive en Israel, mientras un sacerdote da la última bendición, en un funeral celebrado en el cementerio de Bolgare, Lombardía, Italia, el 23 de marzo. Foto: Piero Cruciatti, AFP.

¿Qué tan mortal es el coronavirus que provoca la covid-19?

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Como dije en el inicio de la nota que publiqué en la diaria el 28 de marzo, cabe aclarar que quiero hacer este aporte desde mi experiencia en manejo de datos y en la correlación de fuentes de información.

Mucho se ha dicho sobre los niveles de mortalidad de la covid-19. Definimos mortalidad como la proporción de personas que mueren en un sitio y tiempo determinado por causa de una determinada enfermedad. Algunos han llegado a afirmar que la covid-19 es menos fatal que enfermedades más comunes, como la gripe.

Se ha intentado estimar la mortalidad de la covid-19 a partir de la tasa entre número de muertes y número de contagiados, pero ese cálculo adolece de varios problemas. El primero de ellos es el denominador de esa tasa: el número de contagiados, cuya estimación es muy imprecisa y depende de cómo hacen los reportes los diferentes sistemas de salud del mundo. El número que se conoce públicamente es el de casos contagiados que se ha certificado por algún procedimiento; pero ese número es menor que el total de casos reales. Además, ¿qué se debe comparar: los números de muertes y contagiados para un mismo día, los números acumulados hasta cierta fecha? Es necesario tener en cuenta que las muertes se deben a contagios ocurridos por lo menos cinco días antes.

Como se observa en la figura 1a, la razón entre el número de muertes y contagiados confirmados acumulados hasta una misma fecha ha tenido variaciones importantes en el tiempo y para diferentes países, con valores que van desde 2% a 13%.

Si consideramos el cociente entre el número de muertes y contagiados confirmados acumulado hasta el 10 de abril para la totalidad de los países (figura 1b), vemos que los valores están en el rango entre un muerto cada 10 hasta un muerto cada 100 contagiados confirmados. Pero, como señalábamos más arriba, es una estimación de este parámetro con gran nivel de incertidumbre.

Figura 1: a) Tasa entre el número acumulativo de muertes y de casos confirmados para algunos países. b) Número total de muertes versus número de casos confirmados. Rectas de 1%, 2%, 5% y 10% de muertes sobre confirmados. Escalas logarítmicas en ambos ejes.

A nivel mundial se ha ido acumulando una cantidad de información que puede usarse para analizar la mortalidad de la covid-19 en una perspectiva de más largo plazo. ¿Cómo se compara la mortalidad a causa de covid-19 con las tasas históricas de mortalidad en las diferentes sociedades?

1) La mortalidad en el tiempo

Diferentes bases de datos recolectan el número de muertes por año y por mes para un gran número de países. Para este estudio usamos las bases de datos de la División de Estadísticas de Naciones Unidas y del Banco Mundial.

La mortalidad en cada país tiene principalmente tres modulaciones: una variación de largo término, causada generalmente por la caída en la tasa de muertes por el aumento de la expectativa de vida asociada al mejor nivel de vida; variaciones estacionales, especialmente en los países fuera de los trópicos; eventos puntuales que pueden causar un repentino aumento en el número de muertes, como guerras, cataclismos naturales, pandemias, etcétera.

Todos estos efectos se ven reflejados en la figura 2, donde se muestran algunos ejemplos concretos. En la figura 2a tenemos a países como Argentina, España y Japón, que han tenido una tasa baja y casi constante en los últimos 60 años, mientras que países como Bolivia y Malí han tenido una pronunciada caída. Bielorrusia ha tenido un leve incremento, luego de la disolución de la Unión Soviética. La guerra civil en Camboya en la década de 1970 y la guerra en Ruanda en la de 1990 aparecen como grandes picos en la mortalidad de esos países.

Figura 2: a) Tasa de fallecimientos de largo plazo. b) Tasa de fallecimientos con variaciones mensuales.

La variación estacional se observa en la figura 2b para cuatro países: Francia y Bulgaria, del hemisferio norte; Chile del hemisferio sur; y Costa Rica, un país tropical. Nótese el desfasaje estacional entre los países del norte y del sur. Se observa una modulación con picos en el invierno, y caídas en el verano para los países fuera de los trópicos. Para un país tropical la modulación es menor. Esta variación estacional queda más patente si graficamos la variación porcentual de la tasa de fallecidos por mes respecto del promedio anual, para tres tipos de países (figura 3a): países boreales (latitud mayor a +23,5◦, en azul), países australes (latitud menor a 23,5◦, en rojo) y países tropicales (latitud entre 23,5◦ y +23,5◦, en verde). Se pueden observar incrementos cercanos a 15% en los meses de invierno, y caídas de 10% en los meses de verano respecto del promedio anual en los países con variaciones estacionales, mientras que los países tropicales muestran pocas variaciones a lo largo del año.

“El conteo diario de muertes a causa de covid-19 es una novedad de estos tiempos de masificación de la información”.

Las epidemias pueden producir incrementos en la tasa de muertes a nivel regional y mundial en escalas de meses y años, tal como se describe en la nota “Las grandes epidemias de la historia” publicada en la diaria del 23 de marzo, donde se listan las grandes epidemias de los últimos 2000 años.

Cabe destacar que los datos con tasas de fallecimientos arriba analizados se recolectan con uno a dos años de retraso. No existe información en tiempo real sobre este dato. El conteo diario de muertes a causa de la covid-19 es una novedad de estos tiempos de masificación de la información.

2) La mortalidad relativa de covid-19

La mortalidad a causa de la covid-19 ha ido variando entre países con el paso del tiempo. Como se observa en la tasa de fallecimientos por día asociadas a la covid-19 que se presenta en la figura 3b, sacando el caso de Hubei y Corea del Sur, el resto de los países ha tenido su mayor número de muertes a partir de inicios de marzo de 2020 (día 60). Vamos a considerar el número de fallecimientos asociados a la covid-19 en el período comprendido entre el 13 de marzo y el 12 de abril y compararlo con el promedio histórico de fallecidos para cada país donde la pandemia está más desarrollada. Se podría hacer, en los casos en que se cuentan datos, un estudio comparando específicamente la tasa de fallecidos históricos en ese período; pero como se observa en la figura 3a, al corresponder este período al cambio de estación, las variaciones respecto del promedio anual son menores a 5%.

Figura 3: a) Diferencia porcentual de la tasa de fallecimientos a lo largo del año para países según regiones. b) Número de muertes por día, suavizado con una ventana de siete días. Escala logarítmica en el eje y.

En la figura 4 se compara la tasa de fallecimiento por covid-19 entre 13 de marzo y el 12 de abril versus la tasa de fallecimiento promedio histórico para ese período; y la tasa máxima de fallecimiento por covid-19 en un día versus la tasa de fallecimiento promedio histórico para un día para una serie de países. Cabe una precisión: no conocemos la tasa actual de muertes por otras afecciones, pero hay factores que pueden producir variaciones tanto al alza como a la baja en este particular período; como por ejemplo: al haber medidas de aislamiento social, disminuye el número de accidentes de tránsito y laborales, pero al haber dificultades en la atención médica por servicios saturados, tampoco se pueden atender de forma adecuada otras afecciones. Por tanto, asumimos que en este período las tasas de fallecidos por otras causas son aproximadamente las mismas que en los promedios históricos.

Figura 4: a) Tasa de fallecimiento por covid-19 entre 13/3 y 12/4/2020 versus la tasa de fallecimiento promedio histórico para ese período (31 días). b) Tasa máxima de fallecimiento por covid-19 en un día versus la tasa de fallecimiento promedio histórico para un día. Escalas logarítmicas en ambos ejes.

De la figura 4a concluimos que la covid-19 produjo en España un aumento de las muertes en cerca de 50% respecto del promedio histórico en el período comprendido entre el 12 de marzo y el 11 de abril. Y posiblemente este valor aumente, ya que todavía estamos por encima del promedio diario. Países como Italia, Bélgica y Francia ya superan un aumento por encima de 30% de muertes por covid-19 respecto de su promedio histórico. En la figura 4b se muestra la tasa máxima de muertes producidas por covid-19 en un día. Vemos que el 9 de abril en Bélgica murieron más personas por covid-19 que por cualquier otra afección. Francia y España tuvieron días similares.

La situación en comunidades más pequeñas, como una ciudad o región, puede ser aún más grave; tal como se desprende de un artículo sobre las fatalidades en la ciudad de Nueva York publicado por el periódico The New York Times. Si bien en Estados Unidos el número de muertes por covid-19 en el período analizado no alcanza a 10% de la tasa histórica, según lo reportado en este artículo se estima que las muertes en el último mes, dentro de los límites de la ciudad de Nueva York, son más del doble del total habitual.

Resumiendo, habiendo superado las 115.000 muertes a nivel mundial, la mortalidad por covid-19 ha pasado a ser la principal causa de muerte durante marzo y abril en varias sociedades. El registro histórico de tasas de fallecimiento para estos meses de 2020 mostrará un pronunciado incremento. Todavía es una incógnita cómo responderán otras sociedades como la nuestra, y qué sucederá en los próximos meses. Estamos frente a un problema sanitario a escala mundial, con perspectivas de que se siga extendiendo, y sus consecuencias pueden ser peores a lo hasta ahora acontecido. 2020 será recordado como un año con aumento de la tasa de mortalidad a nivel mundial, debido a una pandemia de escala planetaria.

Gonzalo Tancredi es profesor titular del Departamento de Astronomía de la Facultad de Ciencias de la Universidad de la República e investigador grado 5 del Programa de Desarrollo de las Ciencias Básicas y nivel II del Sistema Nacional de Investigadores.

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