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CTI del hospital Pereira Rossell, en Montevideo (archivo, mayo de 2016).

Foto: Pablo La Rosa, adhocFOTOS

Covid-19 y consecuencias de las medidas sanitarias: nacimientos prematuros aumentaron 21% en población vulnerable entre marzo y setiembre de 2020

6 minutos de lectura
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El estudio, llevado adelante en el Hospital Pereira Rossell, arrojó además que aumentó la cantidad de recién nacidos con bajo peso al nacer.

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Leído por Abril Mederos
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Leonel Briozzo, Giselle Tomasso, Stephanie Viroga, Fernanda Nozar y Ana Bianchi, todos de la Facultad de Medicina de la Universidad de la República, publicaron recientemente en la revista Journal of Maternal-Fetal & Neonatal Medicine el artículo “Impacto de las medidas de mitigación de la pandemia de covid-19 en los resultados perinatales de la maternidad de referencia en Uruguay”.

Allí dan a conocer los resultados de un estudio retrospectivo de cohorte transversal en que hacen un análisis comparativo entre los nacimientos registrados en la maternidad del hospital Pereira Rossell durante el semestre del 15 de marzo al 30 de setiembre de 2019 y el mismo período de 2020. Para ello, tomaron en cuenta tres variables de los recién nacidos: bajo peso al nacer (entendiéndose por ello recién nacidos con un peso menor a 2,5 kilos), parto prematuro (anteriores a la semana 37 de gestación) y pequeño para la edad gestacional (aquellos con un peso inferior al del precentil 10).

Los editores de la publicación Journal of Maternal-Fetal & Neonatal Medicine señalan al pie del artículo que “debido a la naturaleza urgente y en desarrollo del tema, este documento fue aceptado después de un proceso de revisión por pares acelerado”.

Enfermedades socialmente transmisibles

El ginecólogo Leonel Briozzo, profesor titular de la Clínica Ginecotológica A de la Facultad de Medicina de la Universidad de la República y jefe de la maternidad del Centro Hospitalario Pereira Rossell, planteó que el estudio partió de la idea de que “los grandes síndromes obstétricos tienen un fuerte componente social”. Esta es la base conceptual de un modelo de investigación que el equipo comenzó a desarrollar en 2012 y que implica atender “las consecuencias a corto, mediano y largo plazo del entorno desfavorable para el desarrollo del embarazo” por determinantes sociales. Los efectos inmediatos en el recién nacido son el nacimiento pretérmino, el bajo peso al nacer o el desarrollo de la “reprogramación epigenética del fenotipo ahorrativo fetal”, sostuvo.

La reprogramación epigenética es un mecanismo que desarrolla el feto para “aprovechar al máximo la poca energía disponible”, una forma de protegerse de la “baja capacidad de acceso a energía por la disminución de transporte de sustancias nutricionales y de oxígeno a través de la placenta”, explicó Briozzo. El problema es que si no se modifican las condiciones de vida y de salud después del nacimiento, durante la adolescencia y la adultez, las niñas y niños nacidos en estas condiciones tienen mayor riesgo de desarrollar enfermedades crónicas no transmisibles. De hecho, Briozzo y otros colegas plantean el concepto alternativo de “enfermedades crónicas socialmente transmisibles”, porque afirman que son “transmisibles por la pobreza y la inequidad”.

Consecuencias importantes y rápidas

Las poblaciones estudiadas en 2019 y 2020 presentaban “características similares” en la edad materna, visitas prenatales y hospitalización, por lo tanto, los investigadores encontraron que “lo único que había cambiado fue la declaración de emergencia sanitaria y las medidas de mitigación para la pandemia”, planteó Briozzo. ¿Por qué excluyen en este análisis las propias consecuencias de la covid-19? Porque dado que todas las pacientes que ingresan a la maternidad son hisopadas, Briozzo afirmó con certeza que “no hubo ni una sola infección por coronavirus en nuestra maternidad”.

En el artículo los investigadores plantean que entre marzo y setiembre de 2019 hubo 3.225 nacimientos, mientras que en el mismo período de 2020 hubo 3.036. Para las variables estudiadas, los autores encontraron que en 2020 la incidencia de peso prematuro, bajo peso al nacer y pequeño tamaño para la edad gestacional fue mayor en relación al mismo período de 2019. En el contexto de pandemia por covid-19, la incidencia de nacimientos pretérmino fue de 14,5%, de bajo peso al nacer, 12% y pequeño tamaño para edad gestacional 6,9%, mientras que en 2019 los valores se ubicaron en 12,2%, 9,8% y 5,5%, respectivamente. Los autores destacan que en el caso de los partos prematuros hubo un “aumento estadísticamente significativo de 21%”.

Al respecto, Briozzo afirmó que “la crisis socioeconómica y el estrés generado por la pandemia” tuvieron impactos “absolutamente devastadores en el proceso reproductivo”, lo que genera no sólo que estos recién nacidos requieran cuidados muy específicos, sino que además tendrán más riesgo, a largo plazo, de padecer una “enfermedad crónica y problemas de salud” que los bebés que no tuvieron esta afectación.

“Se trata de una prueba empírica fuerte de que nuestro modelo de los entornos desfavorables es correcto”, manifestó Briozzo, señalando que al contrastar los resultados de Uruguay con los de países desarrollados ‒donde hubo una disminución de los partos prematuros‒ “hay un claro perfil de afección de acuerdo a la situación socioeconómica que tenga la población”. “No es lo mismo comer en una olla popular que comer en la casa de uno. No es lo mismo el estrés de no saber lo que va a pasar que quedarse en casa mirando Netflix. No es lo mismo ir a la policlínica y que estén cerradas que tener acceso seguro a centros de salud. Por eso creemos que esto ha afectado fuertemente a nuestra población. Realmente nos sorprendió mucho que los impactos fueran tan rápidos y tan notorios”, expresó el ginecólogo.

¿Qué se podría hacer?

Para Briozzo una de las medidas “fundamentales” que deberían adoptarse es la implementación de un “apoyo socioeconómico” a las mujeres embarazadas en contextos desfavorables y sus familias. También sostuvo que es necesario “mejorar los cuidados en ese sector” y “para eso es fundamental profundizar las capacidades a nivel de atención no sólo en el hospital Pereira Rossell y la red de hospitales públicos, sino en el primer nivel de atención”, incluyendo a “ginecólogos, ginecólogas, parteras, médicos de familia, psicólogos, asistentes sociales”. Para Briozzo, todo el equipo multidisciplinario “debe ponerle foco a la atención del embarazo y tomar estos servicios como servicios absolutamente esenciales que no pueden ser sustituidos por consultas remotas”.

Además, para el especialista es imprescindible detectar más rápido “las situaciones de alta vulneración de derechos”, como “situaciones de violencia de género, consumo problemático de sustancias y patologías relacionadas con salud mental”. “Todo eso es una inversión económica absolutamente fundamental en este momento. Vamos a ver sus resultados ahora, pero también en los próximos 15 a 40 años en la mitigación del incremento exponencial de las enfermedades crónicas”. Siguiendo en esta línea, Briozzo manifestó que es prioritaria “la protección y la promoción de la salud durante el embarazo”, ya que “si actuamos en la primera infancia llegamos tarde, porque la impronta epigenética se produce durante el desarrollo fetal en el embarazo y, por lo tanto, hay que actuar desde esa etapa”.

Con el aumento de los contagios por coronavirus y la posibilidad de que la crisis socioeconómica se profundice este año, Briozzo señaló que es posible que se “siga afectando el proceso reproductivo en los sectores más vulnerados en sus derechos”. Ante ello, sostuvo que si no establecen “políticas específicas de protección y promoción” para este grupo poblacional “es probable que los efectos perinatales se profundicen”, lo que traería consecuencias futuras en las enfermedades crónicas.

Covid-19 y embarazo

Si bien durante el semestre en que se realizó el estudio no se identificaron casos de covid-19 en la maternidad del Pereira Rossell, desde setiembre se han registrado al menos “una docena de casos”, dijo Briozzo. De todas formas, ninguno presentó complicaciones desde el punto de vista médico, lo que “es esperable” porque “el SARS-CoV-2 afortunadamente tiene un impacto bastante escaso sobre la mujer embarazada y el recién nacido”, señaló. “En el departamento de maternidad de ASSE del Pereira Rossell, que es el centro de referencia de todo el sistema sanitario, tenemos un personal altamente entrenado y la disponibilidad de equipos de protección personal que han llevado a que no haya mayores problemas. Incluso tenemos prevista la atención de estas pacientes con acompañantes designados por las madres, para que puedan tener el apoyo y el soporte en el proceso del nacimiento”, sostuvo.

No se han registrado casos en que la madre pueda transmitir durante el embarazo la infección por coronavirus al bebé, pero sí es posible el contagio entre madre e hijo o hija después del nacimiento. Por ese motivo, Briozzo señaló que son importantes las medidas de prevención para que esto no ocurra. Cuando la madre es un caso positivo “no hay necesidad u obligación de separar al recién nacido” o de “proscribir la lactancia”, pero sí es necesario tomar medidas como el uso de tapabocas e incrementar las condiciones de higiene.

Sindemia y pansindemia

“La sindemia global es la suma de tres epidemias: el cambio climático, la obesidad y la desnutrición”, dijo Briozzo. Esta sindemia, explicó, impacta principalmente sobre los sectores sociales más vulnerados en sus derechos y afectados por determinantes sociales de la salud como la pobreza, la exposición a ambientes insalubres, la educación, las condiciones laborales, el acceso a los servicios de salud, entre otros. Pero los problemas no terminan allí: a esta situación se agregó ‒para Uruguay, a partir de marzo de 2020‒ la pandemia por covid-19. Todas estas epidemias juntas conforman lo que Briozzo denominó “pansindemia”.

La crisis originada por la pandemia de covid-19 se suma a las consecuencias de la sindemia global, tanto por la infección por SARS-Cov-2 en sí misma como por los efectos sociales y económicos de las estrategias de los gobiernos para reducir sus impactos. Ese contexto afectó el proceso reproductivo y aumentó las condiciones de riesgo para el embarazo, manifestó el docente. Su afirmación no es una mera conjetura, sino que está basada en evidencia obtenida en la maternidad del hospital Pereira Rossell y comunicada en el artículo publicado.

Artículo: “Impact of mitigation measures against the COVID 19 pandemic on the perinatal results of the reference maternity hospital in Uruguay
Publicación: The Journal of Maternal-Fetal & Neonatal Medicine (enero de 2021)
Autores: Leonel Briozzo, Giselle Tomasso, Stephanie Viroga, Fernanda Nozar, Ana Bianchi.

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