Es imposible no asociar el café con la literatura. Desde escritores adictos, hasta lectores apasionados, cobijados del mal tiempo y con una humeante jarra entre sus dedos, la imagen de un libro y una taza de café parecen ir desde siempre de la mano. Yendo muy atrás en el tiempo es incluso verosímil imaginar, a la luz de un candelabro, a los monjes sufíes leyendo y escribiendo pergaminos junto a la energizante bebida. Y ya en las primeras cafeterías de Constantinopla a intelectuales y letrados redactando y leyendo manuscritos y panfletos revolucionarios. El tiempo pasa, la vida se transforma, pero las letras y los granos del cafeto parecen mantenerse ligados para siempre.
En días de revolución digital, consumo y medios masivos audiovisuales la batalla de los libros por mantenerse dentro de los intereses del consumidor promedio parece destinada a hacer armas nuevamente con la bebida universal. Es así que la propuesta de las librerías café se vuelve una tendencia cada vez más fuerte que logra poner énfasis en algunas de las cosas más apreciadas por los habitués de la lectura. Los ambientes relajados y acogedores, la música suave y sofisticada, y la posibilidad de sentarse a disfrutar de una buena taza de café mientras se hace la valoración y el proceso de decisión de compra parecen estar jugando un papel decisivo a la hora de definir la visita a una librería.
A la hora de la merienda
Buscando fortalecer esta línea de propuestas es que desde hace poco más de un año unieron sus fuerzas la librería Libros del Parque y la cafetería de especialidad The Lab Coffee Roasters en el barrio de Parque Rodó. En un pequeño y agradable local, se combinan las estanterías blancas tapizadas de aventuras, misterios, ternuras y sustos con el rústico ladrillo visto y la madera natural de las sillas y mesas que invitan al disfrute de una buena merienda. Y es que Libros del Parque no es cualquier librería, es una librería especializada en material infantil, juvenil y didáctico y la propuesta de estilo a la que apunta es al encuentro y disfrute familiar, donde grandes y chicos puedan encontrarse entre libros y comestibles para compartir un momento diferente.
Apoyando este concepto, la cafetería que propone The Lab Coffee Roasters tiene una amplia carta de cafés orgánicos de primera calidad con orígenes sudamericanos y africanos, variedades que pueden venir desde Etiopía, la cuna del café, hasta Costa Rica o El Salvador, pasando por Nueva Guinea, Tanzania o Ruanda. Estos granos, atendiendo a su proceso y origen, son tostados en puntos claros, medios u oscuros por la tostaduría que The Lab Coffee Roasters tiene ubicada en su local central en el barrio de Punta Carretas, y que se suma no sólo al de Libros del Parque, sino también a los que tienen funcionando en el Museo Nacional de Artes Visuales, en Ciudad Vieja y en Pocitos.
Asimismo, la carta cuenta con variedad de tés de autor preparados por la sommelier de té Mónica Devoto y con una más que interesante carta de café frío en la que destaca el cold brew, un café extraído en frío durante 24 horas.
Para acompañar estas delicias o un clásico expreso de Nueva Guinea tostado medio y extraído con precisión de laboratorista en La Marzocco manejada por baristas formados en la propia cafetería, ofrecen una amplia variedad de tortas, panes y bollería en general, preparada artesanalmente por ellos mismos en su local central. Visita imperdible para los adeptos a las buenas meriendas, la literatura y los gratos momentos de distensión.