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Municipio B presentará proyecto Casa de Artigas y abrirá el diálogo con vecinos y organizaciones sociales para definir el destino del edificio patrimonial, que será restaurado

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La esquina de Colón y Cerrito, donde funcionó el Bar del Triunfo, es identificada como el Solar de Artigas. A propósito de ese mojón de la Ciudad Vieja, el Municipio B presentará el viernes, en vísperas de las celebraciones por los 256 años del natalicio del héroe patrio, su proyecto Casa de Artigas. La iniciativa recupera como bien patrimonial público el predio donde estuvo emplazada la casa en la que nació José Gervasio Artigas. Para participar en la actividad del 18 de junio es requisito llenar el formulario disponible en cutt.ly/CasaDeArtigas. Esa instancia abrirá un diálogo con organizaciones sociales y vecinales para pensar usos del espacio y diseñar un modelo de gestión comunitaria. Se creará una comisión mixta y está previsto un reconocimiento a la Comisión Pro Solar de Artigas y al Concejo Vecinal 1 “por su incansable lucha que llevó a la recuperación de este bien como patrimonio público”.

“Habría que ver si queda algún cimiento debajo de esta casa que hay ahora, que debe tener unos 150 años. Es de 1870-1880”, dijo Carlos Pascual, a cargo del plan arquitectónico. “Es bastante posterior a la casa natal de Artigas, que era de un siglo antes, seguramente con techo a dos aguas, incluso con tirantería a la porteña, con madera y ladrillo. Debe haber sido esquina comercial casi siempre, por lo menos en el siglo XX no fue vivienda. En los últimos años fue un bar y a partir de la información más reciente, de los años 1970 para acá, fue parrillada, restaurante y ha tenido un montón de reformas”. Básicamente fueron alteradas las ventanas de la fachada, si bien la conformación general está “bastante bien”, indicó. “Le agregaron ventanas y las agrandaron para que tuviera más luz. Adentro destrozaron y le falta buena parte del techo, que han ido cambiando con chapa. La idea, entonces, es recomponer cómo era este edificio, no la casa natal de Artigas, de la que no hay mucha información, no que yo conozca, por lo menos”.

En cuanto a la luminosidad, dice que se puede solucionar con un patio interno, lugar indicado para colocar los equipos de aire acondicionado, por ejemplo, que no deben ir en la fachada, justamente por las restricciones patrimoniales. “Tiene salientes en cada una de las ventanas, que tenían que ver con la retención del agua y la parte estructural que hace a esa lógica. Lo que hicieron en los últimos 50-70 años es absolutamente bestial y además ha generado problemas. La idea es volver a la aberturas originales y, si esto va a ser un salón de conferencias o exposiciones, tampoco resulta útil tener mucho ventanal, acá que pasan ómnibus y vehículos por las dos calles. No es una zona de altísimo tránsito, pero tampoco es el lugar más tranquilo”, observó.

Pascual consigna que el terreno era considerablemente más grande que la propiedad que adquirió la Intendencia de Montevideo (IM). Forma parte de lo que era el solar de Artigas. El resto son edificaciones particulares. “El padrón que compró la intendencia es uno de los que tuvo el solar original, porque los padrones que se repartieron hace unos 250 años eran mucho más grandes; este tiene ocho metros por 17”. El arquitecto dijo estar esperando para hacer un rastreo en los cimientos, junto al grupo de arqueólogos designado, en busca de vestigios de la construcción original. “Era la esquina, pero calculo que era 20 por 20 por cada calle, por Colón y por Cerrito”. Con suerte logren encontrar, como ha sucedido en otras obras en el casco antiguo, parte del pavimento de la época, ese que nadie se molesta en retirar para construir encima. Sin embargo, Pascual aclaró que no guarda demasiada ilusión de hacer grandes hallazgos, más allá de los muros de piedra del perímetro. “Acá no quedan ni los revoques, porque el deterioro interior es tremendo. Habría que ver los marcos de las ventanas de hace 60 años, pero en las paredes, de Artigas ya no queda nada”.

Rescatar y proteger

Pascual, que es arquitecto de la IM, se involucró en este proyecto hace un mes. “Me he dedicado a los monumentos. Fui arquitecto del Mercado Agrícola, del Teatro Solís, del Casino Parque Hotel, de la Junta Departamental, en su momento. Entonces tengo cierta experiencia en el manejo de edificios que fueron declarados monumento histórico, en la restauración de edificios protegidos”, señala, resumiendo sus antecedentes en la materia y razón principal por la que fue convocado por Silvana Pissano, alcaldesa del Municipio B, para que hiciera “una propuesta de acuerdo a la doctrina existente para la intervención en este tipo de edificios”. El profesional recalca que en estos casos “se rescata y se protege” y que la intervención nueva, en la medida de las posibilidades que presenta el inmueble, busca ser reversible o compatible con la construcción original. Se evitará asimismo agregarle hormigón u otros materiales que puedan generar patologías. Hay algunos sistemas constructivos que no son recomendables para este tipo de casas, explicó. “Tampoco vamos a hacer una reconstrucción tal cual era, porque la documentación no es suficiente, como sí pude hacer en el MAM [Mercado Agrícola de Montevideo], donde pude reconstruir una fachada entera que ya no existía, pero de la que había fotos, planos, restos. En este caso, de los interiores no hay casi nada. Es un salón en el vacío que era todo el salón comedor y el estar. Los muros interiores los tiraron hace años y reconstruirlos no tiene sentido. Además, lo que precisan la alcaldía y los vecinos es un gran salón, no todos los cuartitos que tenían generalmente estas construcciones”.

En los nuevos planos se detalla hidrolavado y reparación de revoques, recuperación de molduras y ménsulas, quitar cerámicas y reconstruir el zócalo revocado, atender antepechos y umbrales de mármol de Carrara. Habrá nuevas ventanas, entonces, y una solución de techo, más los baños adecuados y, ya que es necesario desmontar el piso para las pesquisas arqueológicas, se adaptará, bajándolo para permitir el acceso universal. Esas seguramente sean las modificaciones más evidentes para transformar esa vieja esquina de acuerdo a los requerimientos de seguridad y uso contemporáneos. La obra, que Pascual describe como sencilla, será financiada por el municipio y se llamará a licitación a empresas constructoras. Tanto el mantenimiento del edificio como su funcionamiento también contarán con fondos municipales. Cada proceso debe cumplir varias etapas, pero no es imposible que la reforma comience a fines de agosto y que el lugar quede consolidado antes de fin de año. El equipamiento y la electricidad quizás impliquen una segunda licitación.

El primer paso hacia la recuperación estará a cargo de un equipo de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la Universidad de la República –en convenio con el Municipio B– que hará una investigación histórica sobre el solar, el edificio y su evolución, y sobre la vida cotidiana a fines del siglo XVIII, como apoyo a la prospección. También se realizará un estudio arqueológico de identificación del sistema constructivo y sus remodelaciones, recuperación de elementos asociados y una evaluación cronológica y cultural del contexto material. El equipo que integra José López Mazz trabajará durante cuatro meses y al cierre de los estudios se compromete a entregar un informe arqueológico con recomendaciones, un dossier con la información histórica relevada, una selección de fuentes y una propuesta museística con texto e imágenes sobre el inmueble y la vida familiar de Artigas en ese lugar.

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