Frente a la playa San Francisco, en la curva entre Rambla de los Ingleses y Rambla Costanera, funciona la ventanita de Resurrection Café, en el nuevo local del bar Cordón Beer del balneario esteño. Ofrecen café de especialidad, elaboraciones con productos artesanales, e incluso, cerámica.
A finales de noviembre, Cirene Granja y Adrián de Moraes, baristas desde hace seis años, cumplieron el sueño conjunto de tener un café. La pareja cubre el servicio de desayunos y meriendas del local, mientras que Cordón Beer se encarga de los almuerzos y la cervecería por las noches.
El nombre del café surgió de la canción de The Doors, “When the music’s over”. Hace unos cinco años, escuchándola, prestaron atención a la palabra resurrection (resurreción) y pensaron que era un buen nombre para un café, bebida que despierta, resucita. Al llegar la oportunidad, el nombre estuvo claro y hasta tomó más significados. El café bajará su ventana con el fin del verano, por lo que con el nombre se puede jugar con el futuro del emprendimiento. “Un café que nace para morir en marzo”, dice Adrián a la diaria, y agrega: “De repente reviva en otro lado en invierno o reviva la temporada que viene en el mismo lugar”. Está abierto.
Cirene explicó que apuestan al café de especialidad, dentro de lo posible local; también a rotar de tostadores y orígenes del café, “para que la gente que venga siempre tenga un café diferente para probar”. En noviembre, se estrenaron con Forajida Café, producido en Piriápolis, siguieron con Cafetín, de Chihuahua, y ahora están con Café Doré, de la capital.
Los clásicos no faltan. Ya sea en versiones frías o calientes, se puede disfrutar de un americano, cappuccino, flat white, moka y más. Además, hay opciones sin café, como infusiones, chocolate caliente o el popular matcha latte.
La carta de comidas es sencilla, con propuestas dulces y saladas pensadas tanto para comer en el local como para llevar a la playa y disfrutarlas en la arena. Cirene y Adrián elaboran toda la comida, a excepción de los panificados, que son producto de Nómada, panadería artesanal de Piriápolis. En el mostrador se pueden encontrar chipás, brownies, cookies y otros postres. Además, se ofrecen sándwiches con rellenos originales, en los que priman los quesos, verduras y aderezos caseros, así como tostones y croissants.
En Resurrection, la pareja también encontró una oportunidad para fusionar el mundo del café con la cerámica artesanal, un arte que Cirene practica desde hace un par de años. “Cuando se presentó esta posibilidad, ambos dijimos: ‘No vamos a salir a comprar tazas, tenemos que tener nuestras propias tazas’, y así lo hicimos”, comenta Cirene. Así es que las tazas, los platos e incluso los floreros del lugar son creados por ella.
Resurrection Café, en el balneario San Francisco, en Guillermo Rawson y Rambla Costanera, abren de lunes a domingo de 9.00 a 12.00 y de 16.00 a 20.00.