La pasión por el helado de Marcos y Emiliano Geddo nació como un simple gusto que se convirtió, poco a poco, en vocación. Lo que al principio fue un consumo casual, como el de cualquiera, evolucionó hasta convertirse en una suerte de cata que los hallaba cada vez más interesados en la elaboración.
Los hermanos se preguntaban cosas como ¿qué le falta a este helado?, ¿por qué tiene esa textura?, ¿qué hace que a este le falte cuerpo?, hasta que llegó la idea: “¿Y por qué no lo empezamos a hacer nosotros?”, cuenta Emiliano a la diaria.
Entonces empezaron la investigación, los cursos, las consultorías, que Emiliano describe como “una búsqueda incansable” para entender cómo hacer buen helado. Cuando conocieron al maestro heladero Juan Pablo Colubri, recibido de este oficio por la Universidad de Alicante, se empezó a encaminar Nutrilatto, su heladería ubicada en la esquina de Luis Ponce y Palmar, en el barrio Parque Batlle.
El nombre proviene de la fusión de las palabras “nutritivo”, en referencia al uso de materia prima natural y de alta calidad, y “gelato”, en alusión al tradicional método italiano empleado en la elaboración de su helado.
Los hermanos tienen como objetivo ofrecer al público un helado artesanal de calidad, acompañado de una experiencia y atención destacadas, ya que entienden importante que cada cliente perciba la pasión que ponen en su producto.
Emiliano describe con entusiasmo la variedad de sabores disponibles en Nutrilatto, más de 28. Por un lado, están los helados a base de agua, sin lácteos y de sabores frutales, preparados mediante el método sorbet, que les otorga una cremosidad superior, similar a la de los helados de crema.
Más del 50% de los ingredientes de estos helados proviene de fruta natural. Entre los sabores, destaca el sinfonía cítrica, hecho con jugo de mandarina, naranja, su piel, y limón; el limón sorbete, para el que añaden jugo y piel de limón; y, por sobre todos, el nutrilatto, insignia de la heladería, que es una combinación de cuatro frutas: maracuyá, banana, mango y ananá, y es uno de los más elegidos por los clientes, contó el dueño.
En cuanto a los helados de crema, Emiliano también subraya el uso de ingredientes de alta calidad y fieles a los sabores para su elaboración. Para el sambayón, por ejemplo, se emplea yema de huevo natural y vino licoroso, afirma, mientras que el cheesecake se elabora con una base de torta vasca. El sabor kinder, aunque típicamente atractivo para los niños, en Nutrilatto adquiere una dimensión más sofisticada con la incorporación de una crema helada de avellanas.
El sabor chocotorta, por su parte, recrea en su base el clásico postre argentino, utilizando los mismos ingredientes: galletas chocolinas, dulce de leche y queso. El tiramisú es otro de los favoritos, para el cual infusionan la mezcla con granos de café de especialidad durante varias horas, y las plantillas se remojan en un almíbar de café, lo que le otorga notas de café más fuertes.
La misma pasión que llevó a los Geddo a incursionar en el mundo de los helados los motiva a explorar nuevas variaciones, siempre con la perspectiva del amante de los helados. Así que, además de en su forma tradicional, se puede probar el helado en una variedad de postres. Ofrecen waffles y yoyós acompañados de una bocha de helado, y milkshakes elaborados con el sabor de helado que se elija.
Completan la propuesta de Nutrilatto opciones tradicionales de cafetería. “Café y helado van de la mano”, sostiene Emiliano. Trabajan con el café de especialidad colombiano Amor Perfecto. Con él también se prepara el affogato, postre que consiste en una bocha de helado cubierta de espresso caliente.
Además, ofrecen una variedad de opciones tanto dulces como saladas para acompañar desayunos y meriendas, e incluso almuerzos. Casi todas son de elaboración propia y pueden aprovecharse en promoción.
Nutrilatto abre de lunes a sábados de 8.00 a 23.00 y domingos de 12.00 a 22.00, en Luis Ponce 1448 esquina Palmar.