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Y aquella historia era cierta.

Foto: Alejandro Persichetti, difusión

Desplazados: “Y aquella historia era cierta”, de Gustavo Bianchi

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El estadounidense Eugene O’Neill (premio Nobel y ganador de cuatro Pulitzer) profundizó en el realismo escénico que ya habían potenciado autores como Antón Chéjov, Henrik Ibsen o August Strindberg, con una obra que se caracteriza por abordar temáticas sociales, con personajes que viven al margen de la gran ciudad.

Los sábados a las 21.00 y los domingos a las 19.30, en el teatro Circular, se presenta Y aquella historia era cierta, en la que Gustavo Bianchi versiona a Hughie, una de las obras menos conocidas de O’Neill. El protagonista de esta historia es Eric, un huésped alcohólico y mentiroso que conversa con el conserje de un hotel muy venido a menos, que se presenta como alguien que miente de “forma pertinaz, pero no para engañarse a sí mismo, sino porque necesita desesperadamente que el otro le crea sus historias”, en medio de una noche que recuerda la estampa climática de Edward Hooper, y confirma la sentencia del conserje: “Las cosas maravillosas del mundo suceden siempre en otro lado, lejos de acá”.

“Hace mucho tiempo que le insistía a Gustavo Bianchi con que debía dirigir, hasta que se encontró con esta obra de O´Neill, prácticamente desconocida”, cuenta Robert Moré (a cargo del personaje de Eric). Pero como el texto era muy corto, Biachi decidió incluir fragmentos de otras obras de O'Neill que mantuvieran su impronta y su postura existencial.

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