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Lucas Hernández y Fabián Estoyanoff, festejan el tercer gol de Peñarol a Juventud.

Foto: Andrés Cuenca

Buena victoria de Peñarol

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Los carboneros vencieron 4-1 a Juventud y son primeros del Apertura.

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Peñarol tenía que ganar y ganó. Era el único resultado que le servía para mantenerse arriba junto a Cerro Largo y Progreso, tríada de puntos del Torneo Apertura. Los goles carboneros fueron de Gabriel Fernández, del argentino Lucas Viatri, de Lucas Hernández y de Ignacio Lores. Todos después de empezar perdiendo, porque José Alberti había abierto el marcador para Juventud. Salvo por esto, Peñarol dominó todos los aspectos del juego.

1. De menos a más

Cuando apenas se esbozaba algo de lo que podía ser el partido, Juventud encontró el gol. El mérito y la suerte fue de Alberti, quien pateó el tiro libre que se desvió en la barrera y dejó sin reacción a Kevin Dawson. Un premio considerable, si se tiene en cuenta que iban 6 de partido.

Sin meditarlo demasiado, el carbonero se fue arriba. Eso había dado a entender en los minutos iniciales y lo ratificó de ahí en más -y en todo el partido. Walter Gargano y Fabián Estoyanoff fueron los creadores desde el centro de la cancha. Con la movilidad que ellos proyectaron en sus compañeros, Toro Fernández y el argentino Viatri empezaron a pesar en el área. A la prueba la jugada del empate: pase de volea de Viatri, picada del Toro cuando salió Sebastián Britos, hasta ese minuto el gran responsable de que el arco pedrense mantuviera el cero.

2. Ratificación

El penal que fue 2-1 reflejó más el partido. Así arrancó el segundo tiempo y Peñarol jugó a placer. Más allá de que Juventud mostró poco, hay que destacarlo: los laterales se soltaron permanentemente, la influencia de Gargano es tremenda, Estoyanoff se dedicó a asistir y lo hizo bien, los de arriba nunca pudieron ser bancados y, con la pelota prácticamente en la zona del ataque mirasol, Juventud no pudo salir del fondo, salvo por algún contragolpe rebelde.

El golazo de Hernández es para ponerle un marco. También fue determinante porque ensanchó la diferencia, siempre peligrosa cuando el margen es un gol. La frutilla de la torta fue el pase de 30 metros de Estoyanoff para que Lores, que hacía minutos había ingresado, la bajara con calidad y definiera con toque sutil.

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