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Jorge Giordano (archivo, enero de 2020).

Foto: Federico Gutiérrez

La piedra alta: el tronco común de los entrenadores de Nacional y Peñarol

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Leído por Abril Mederos
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De la Avenida hasta el Prado,
desde el Prado a la Estación,
de la Estación a San Cono,
y de San Cono a Ituzaingó.

Y junto a la Piedra Alta
todos juntos cantarán:
Florida, ciudad querida,
Florida nido de amor,
Tus calles feliz recorro
Y admiro tu gran valor.

Así comienza el himno-marcha “A Florida”, el mismo que ahora se podría escuchar en Los Aromos o en Los Céspedes. Por primera vez en décadas de historia, los técnicos principales de Nacional y Peñarol son floridenses, Jorge Giordano y Mauricio Larriera, respectivamente. A excepción de la coincidencia de montevideanos, por la excepcional carga demográfica de la capital de Uruguay, no es ni ha sido muy común que los entrenadores de los clubes con mayor afición y mayores logros sean de una misma ciudad.

Los floridenses, como los vecinos de cada ciudad, no precisan lejanas camisetas ni ajenos héroes para identificarse con la pasión del fútbol. Tanto respiran fútbol en Florida, que uno puede cruzarse a diario por sus calles con un campeón de América y del mundo o llegar hasta una esquina para pararse a conversar con el más grande crack del barrio.

La peculiaridad de la situación de los entrenadores que ahora serán evaluados desde distintas veredas por tres millones de críticos se da en la coincidencia generacional: Giordano es cinco años mayor que Larriera, y eso les permitió ocasionalmente haberse enfrentado a orillas del Santa Lucía Chico, haberse enfrentado en Montevideo en los campeonatos de la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF) y haber sido dirigidos en distintas instancias –Giordano en OFI y Larriera en AUF– por quien, sin dudas, fue el más destacado entrenador floridense del siglo: Gerardo Pelusso. Asimismo, como no es una historia casual, el propio Pelusso se formó, creció y se desarrolló en la forja del inolvidable Mario Patrón, maestro que siguió la idea del profesor José Ricardo de León, floridense por temprana adopción, porque nació en Trinidad pero fue a la escuela y se formó en Florida, donde además inició su carrera deportiva como futbolista y desde donde comenzó sus increíbles desarrollos como entrenador.

Jorge Giordano empezó como entrenador principal en su querido Atlético Florida en 1995. En la AUF su gestión inicial fue como técnico alterno en Villa Española en 2003, y como entrenador principal lo hizo con Danubio en 2009, dirigiendo además a Rampla, Iquitos de Perú, Racing, Juventud, Wanderers y River, entre otros.

Mauricio Larriera (archivo, junio de 2020).

Foto: .

Mauricio Larriera arrancó como técnico principal en El Tanque en 2005, como técnico alterno en Alianza Lima en 2006, y como técnico de primera división en 2013 en Sol de América de Paraguay. Desde ese momento dirigió a Racing, Defensor, Al-Wakrah de Catar, Godoy Cruz, O’ Higgins, Danubio y Wanderers.

Otro caso singular es que ambos trabajaron en el tradicional rival años atrás en condición de ayudantes: Giordano había estado en Peñarol con Gustavo Matosas y Mauricio Larriera, en Nacional con Pelusso.

El patrón del fútbol

Un tiempo atrás le escribí a un entrenador mientras veía un partido: “Alguien, algún día, tendrá que escribir cómo una forma de jugar al fútbol de altísima competición salió de los campitos bañados por el Santa Lucía Chico. Alguien dirá que el profe De León tiró el chico, Mario Patrón lo dejó en construcción permanente y Gerardo Pelusso lo elevó a sus mejores presentaciones. Veo este equipo jugando por cosas tan importantes y los veo a ustedes”. No había en ese equipo que parecía jugar como la mejor Florida ninguno como el mejor de la historia de Florida, el Pato Jorge Omar Ferreri, pero eso es otra historia.

Hay una línea histórica, pero también una desde la filosofía del juego, que arranca en el profesor José Ricardo de León, que a la par de Rinus Michels en Holanda ensayó la revolucionaria teoría del fútbol total –con todo lo que ello representó en el mundo del fútbol–; continuó con Mario Patrón, otro estudioso revolucionario del fútbol, que en sus más variados logros consiguió la más grande gloria como entrenador haciendo a Florida por segunda vez campeón del interior, y tuvo su éxito en flor con Gerardo Cono Pelusso siendo campeón en Uruguay con Danubio y Nacional, en Perú resucitando al gigante Alianza Lima, en Paraguay con Olimpia, y en Colombia, donde llevó a la gloria al Independiente Santa Fe de Bogotá, que fue campeón de la Sudamericana en 2015. El ex entrenador fue además técnico de la selección paraguaya en la clasificatoria mundialista para Brasil 2014.

A fines de los años 70 José Ricardo de León viajó a Europa a ver la realidad del fútbol europeo, y allí tuvo varios encuentros con Rinus Michels. A principios de los 70 el que viajó fue Mario Patrón, que recomendado por De León también observó e intercambió con el creador de La Naranja Mecánica. Muchos años después fue Mario Patrón quien le dio a Pelusso algunas de las herramientas fundamentales para el éxito como entrenador.

A Giordano y Larriera los dirigió Pelusso en Florida, y a Larriera también en Montevideo. De hecho, el hoy entrenador de Peñarol después fue por varios años el entrenador alterno del Mosquito en Nacional, Universidad de Chile, Olimpia y la selección paraguaya. A Giordano, además, lo dirigió Mario Patrón, con quien fue campeón de OFI con Florida.

Hay un método de trabajo que se centra en el estudio de cada una de las instancias del entrenamiento, del partido, del campeonato, en la dedicación plena, permanente y casi obsesiva a su labor. Y también en el juego hay una marca, que a esta altura es difícil de discernir si fue perfeccionada por estos forjadores, que detrás de sus figuras son sostenidos por decenas de sus pares, o si directamente no es más que la evolución de aquellos precursores que en los campos de la Piedra Alta fueron sumando partido a partido esa matriz albirroja –que antes fue rojiverde, porque la camiseta a bastones roja y blanca en homenaje a Paraguay y al médico guaraní radicado en Florida Fernando Abente Haedo apareció en 1930, según la excepcional investigación de Emilio Martínez Muracciole– de esfuerzo, concentración y vigor.

Es novedosa la presencia de un técnico floridense en la primera división de Peñarol que en las últimas décadas nunca lo ha tenido –tal vez no lo haya tenido en el profesionalismo–, pero no en Nacional, que justamente tuvo a Pelusso y antes a José Ricardo de León con Mario Patrón, pero además Rudy Rodríguez fue campeón de la Libertadores sub-20 y Martín Ligüera es el técnico de la tercera división.

La albirroja tricolor, la albirroja aurinegra y la ilusión.

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