Nacional le empató a Peñarol en la última jugada

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El sol fue brillando cada vez más a medida que avanzaba el partido por la tercera etapa del Campeonato Uruguayo Femenino en su 26ª edición. Desde el primer minuto de acción registrado a las 11.00 dominguera, los pocos espectadores permitidos en el estadio Charrúa, y quienes siguieron el encuentro por AUF TV, carecieron de descanso emocional. Cierto: se puede decir que en el segundo tiempo el ritmo fue de menor dinámica y, entre modificaciones de los equipos -demasiadas-, lesiones atendidas y otros enlentecimientos, el partido tuvo sus lagunas. Porque en la segunda parte los momentos emotivos clave llegaron sobre el final y hubo 40 minutos sin que se quebrara el empate en 1 con que terminó la primera etapa.

Yo juego así

Al primer minuto la frágil figura de Belén Aquino tomó su forma de futbolera inquietante, su manera normal, su correr con la pelota atada a sus pies, y Fátima Barone –que sabe jugar, que es más grande y muy fuerte- la vio pasar a su lado, ella centró la pelota y por centímetros nadie la conectó. Así empezó el partido con el que parecía que llegaba de punto marcando que quería ser banca.

Nacional tenía problemas con su línea de tres final. A los 14 la chiquita entró dribliando y casi casi… pero a los 16 todo estalló: quitó Jemina Rolfo, pasó por Lourdes Viana quien -genial- hizo el pase exacto que necesitaba Belén y las aurinegras pasaron a ganar.

Sobre los 25 pareció despertar Nacional. Centro peligroso de Badell, ¿qué pasó, Mica? Y nueve minutos después Luciana Gómez golpeó el parante izquierdo con una buena pelota de media distancia y el rebote, casi abajo del travesaño, Esperanza lo manda para arriba. Se toma la cabeza y sigue. ¡Pero qué gol te comiste, por favor! La coloniense queda nerviosa, toma una amarilla, protesta más y luego se calma. Cinco minutos después encuentra su camino: el gol del empate al tomar de aire una bola que viene de lejos, le pega con empeine y con rabia y es golazo. 1 a 1 y termina el primer tiempo.

Segundas partes

Empieza el segundo tiempo. Hay cambios. Hay inquietudes. Hay córner que Aquino también lo tira al gol, que lo diga la golera helvética Sánchez que salva la situación.

Nacional parece predominar. Esperanza pierde dos chances. A los 25 hace buen control y falla al tirar de zurda, a los 31 directamente le falla el control de pelota. Siempre está ahí, a veces falla…

Peñarol también ataca y llega al gol… anulado. Lola –la defensa Paula Viera- lo hace, se festeja pero es anulado por posición adelantada sin que la golera esté en el arco. En un supuesto post televisivo daría para diez minutos de ir para adelante y para atrás, para verlo de costado y en cámara lenta. Creo que sí, que estaba adelantada la compañera de la ejecutante que toca o quiso tocar la pelota sobre la línea.

Cuatro minutos después llega el gol de verdad. Belén, en otra gran obra de arte futbolística. ¡2-1 gana Peñarol! Y sólo faltan cuatro minuto para los noventa.

Gran final

Cuando parecía que el triunfo de Peñarol estaba asegurado, Nacional lo empató en la última jugada y eso provocó el festejo tricolor y la desazón rival en el final del partido. En esos momentos Nacional tenía dos jugadoras menos, la expulsada Luciana Gómez en tiempo adicionado (cinco minutos) y la lesionada Valentina Morales.

En esa última acción fueron protagonistas fundamentales, otra vez, la duraznense Karol Bermúdez y Espe Pizarro quien cabeceó ganándole la posición a su marcadora Shirley Mederos, que justamente fue la que cometió un error capital. Ella, inocentemente, fauleó en mitad de la cancha. Eso le permitió a Nacional llegar al área con una facilidad que no tendría de otra forma debido a su inferioridad numérica de nueve contra 11. Y de allí llegó el gol del empate: cabeza y adentro desde el área chica.

Al final estuvo bien el empate. Los dos equipos hicieron méritos. El momento hizo que festejaran más las tricolores porque salvaron el partido en la última jugada. Para las de Peñarol fue como decir: ¡vieron que no eran tan favoritas!

Para Nacional se trata de ponerse a pensar en la Copa Libertadores, que está ahí nomás. ¡Después de este ajetreo, que vengan nomás las brasileñas, las argentinas y las paraguayas!