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Wendy Carballo, de Peñarol, tras su gol, en el clásico en el Parque Palermo (26.11.2023).

Foto: Alessandro Maradei

Peñarol superó 2-0 a Nacional y forzó finales para definir el Uruguayo

3 minutos de lectura
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Julieta Morales y Wendy Carballo fueron las artilleras en el segundo triunfo clásico consecutivo de Peñarol.

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Peñarol le ganó el segundo clásico consecutivo a Nacional y forzó dos finales más para definir el Campeonato Uruguayo gracias a los goles de Julieta Morales y Wendy Carballo. El Parque Palermo lució espectacular para albergar el clásico del fútbol femenino, que podría haber definido el campeón del Campeonato Uruguayo si el triunfo hubiera sido tricolor –porque las albas ganaron la Tabla Anual además del Torneo Apertura y el Intermedio–, pero volvió a ganar el aurinegro –campeón del Clausura– y, por ende, se jugarán dos partidos más que proyectan una definición apasionante.

Las dirigidas por Diego Testas no lograron ponerse en partido a pesar de que la tenencia del balón fue compartida y, por el contrario, las de Cecilia Santo encontraron los espacios para construir un juego ofensivo de calidad, superior al de su rival de todas las horas.

El replay

La primera parte del partido comenzó muy disputada y friccionada, digna de un clásico. Poco a poco Peñarol se fue posicionando como el mejor del partido, porque su juego ofensivo tenía mayor contundencia que el de su rival, y desde los primeros minutos parecía que el marcador se estaba por abrir de la mano de las carboneras. De hecho, hubo un claro penal no cobrado a favor del equipo mirasol.

En ese contexto, Andrea Morán estuvo exigida desde el principio. Nacional recién tuvo la primera clara cuando se acercaban los 15 minutos, con una incursión ofensiva de Yamila Badell que no pudo culminar de buena manera.

El encuentro era una réplica del último clásico, en el que el mirasol dominaba a su manera y las albas no podían encontrar la forma de vulnerar al contrincante. Cecilia Gómez y Sofía Ramondegui estaban sólidas en la defensa y eran –en ese momento– las responsables de que la pelota no llegara a la órbita de Morán, aunque cuando eso sucedía la ecuatoriana respondía de buena manera.

A las carboneras les faltaba precisión para convertir cuando llegaban con jugadas construidas de frente al arco, entonces el mayor peligro se generaba de pelota quieta. Y así llegó el primer gol: tras el centro, Morales la mandó guardar luego de un espectacular pase de Pilar González y abrió el marcador merecidamente por lo que venía haciendo y por el desorden que tenía Nacional en el área propia.

Tras el gol aurinegro, las dirigidas por Testas no bajaron los brazos, sino que comenzaron a reaccionar y el partido se tornó de ida y vuelta; Peñarol no se achicó nunca y dio la sensación de que pudo haber otro gol, pero antes llegó el pitazo de cierre de Anahí Fernández.

El complemento

Si se analiza lo hecho por Nacional en estos dos últimos clásicos, da la sensación de que hay un bajón anímico en el equipo. Las tricolores estuvieron erráticas y no hubo buen juego colectivo. No les salieron las cosas y se limitaron a probar desde los tiros de esquina.

En el segundo tiempo, Ángela Gómez mandó un buen centro que no pudo despejar Sburlati, pero el tricolor no la pudo guardar. Y eso fue casi lo único de las de La Blanqueada.

Y cuando Santo comenzaba a preocuparse porque sabía que era el momento para que Peñarol aumentara la ventaja en el marcador y consolidara el resultado a favor, porque cualquiera de los dos equipos podía aprovechar la paridad del encuentro, mientras el partido se pausaba para que las jugadoras se hidrataran producto del calor avasallante que corría por el césped del Palermo, los entrenadores aprovechaban para dar indicaciones.

Nacional necesitaba dejar un poco su clásico juego de toque y salirse del libreto para encontrar por dónde lastimar, mientras que el carbonero precisaba lograr fineza en el último toque para que sus buenas triangulaciones ofensivas cobraran sentido con un último disparo más prolijo.

En ese contexto de partido, quedaba la duda de por qué Testas no mandaba a la cancha a Brescia. Con incertidumbres en el tricolor y mucha intensidad en el aurinegro, una corrida letal de Carballo terminó en el segundo tanto: sacó un disparo con mucha potencia que dejó a Morán sin hacer nada y a las aurinegras forzando dos finales más.

Para colmo de males en un tricolor al que no le salían las cosas, en los minutos finales fue expulsada Ángela Gómez por doble amarilla; esos últimos minutos se vivieron con la adrenalina característica de un clásico y la emoción de las aurinegras, que festejaron su segundo triunfo consecutivo ante Nacional y forzaron dos finales más para definir el campeón del Uruguayo.

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