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Lucas Capalbo y Joaquín Rodríguez Foto: FIBA

Pre Americup: lo que dejó la participación de Uruguay

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El equipo de Gerardo Jauri clasificó a la fase final en la segunda posición del grupo, siguiendo cierta lógica en las estadísticas individuales y colectivas.

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Uruguay es una de las 12 selecciones que participarán en la fase final de la Americup que se disputará entre el 23 y el 31 de agosto en Nicaragua. El torneo será en el Polideportivo Alexis Argüello de la ciudad de Managua.

La celeste clasificó en el segundo lugar del grupo B, atrás de Brasil. Los resultados fueron lógicos: triunfos ante Panamá y Paraguay y derrotas contra la verdeamarela. Lo positivo de las caídas fue la competitividad que logró el equipo de Gerardo Jauri ante un rival de mayor potencial; incluso llegó a finales cerrados en los que la diferencia de experiencia torció el score final para los brasileños.

Recambio a la vista

Gerardo Jauri está en la búsqueda de un recambio generacional e, incluso, de una mutación en la forma de jugar para incorporar mucho más los avances tácticos del deporte a nivel mundial.

La salida de Esteban Batista del equipo eliminó la figura del clásico pívot que jugaba de espalda, posteado. El básquetbol moderno es con cinco jugadores abiertos, los internos son jugadores que hacen cortinas para luego caer hacia el aro con potencia y atletismo. Además, si les queda el tiro largo, lo toman. En ese sentido, Uruguay se nutrió de los rendimientos de Gonzalo Iglesias y Mateo Bianchi; con el correr de los encuentros fue perdiendo participación Kiril Wachsmann, quien parecía el sustituto natural del único celeste en la NBA.

Los posibles referentes, por nivel y edad, jugaron poco en esta fase inicial. Jayson Granger y Bruno Fitipaldo sólo participaron en las victorias ante Panamá, Luciano Parodi únicamente estuvo en las visitas a Paraguay y Brasil, mientras que Mathías Calfani no estuvo convocado. El artiguense, lentamente, se está recuperando de una larga lesión en la rodilla; está teniendo minutos de a poco en Obras Sanitarias, de Argentina.

El referente celeste en esta etapa, sin dudas, fue Joaquín Rodríguez. El escolta llegó a la ACB de España para jugar en Zaragoza y todo su arsenal de recursos ofensivos y crecimiento en la lectura de juego lo puso a la orden del seleccionado nacional. En los últimos días el club decidió enviarlo a préstamo a Estudiantes de Madrid, del ascenso, donde será compañero de Jayson Granger. Sorprendió la decisión, ya que estaba jugando bien en la primera división española. Los tres jugadores que jugaron los seis partidos fueron Nicola Pomoli, Emiliano Serres y Juan Ignacio Ducasse, basquetbolistas de una edad mediana que dieron un paso adelante en sus roles. El primero fue el que mostró mejor rendimiento, generando ventajas ofensivas, con mucha potencia para ir al aro y agregando tiro de tres puntos. El debe: los libres. Tanto Serres como Ducasse son jugadores altos, versátiles y modernos. Hubo irregularidad en sus aportes.

Números globales

Las estadísticas son frías pero sirven como indicadores de aspectos negativos y positivos del juego que pregona Uruguay. El porcentaje de triples es una gran noticia: Uruguay tiró 37%, con lo que es el segundo equipo con mejores números en ese rubro, únicamente atrás de México. Fitipaldo (83%) y Ducasse (63,6%) fueron los mejores exponentes.

Los buenos números de lanzamiento desde los 6,75 metros colaboran con el correctísimo porcentaje de tiros de campo –triples y libres en conjunto–. En ese apartado también la celeste está en el segundo lugar, con 46,8%, en este caso secundando a Estados Unidos.

Otros aspectos positivos para el equipo de Jauri fue quedar segundo en mayor cantidad de robos, con 9,8 por encuentro, sólo superado por República Dominicana. Joaquín Rodríguez, con 2,6 robos por encuentro, fue el mejor de la celeste en ese rubro.

Además, Uruguay fue de los equipos más seguros y quedó penúltimo en pérdidas, únicamente por encima de Argentina; la celeste perdió 10,7 balones por partido.

Dentro de los aspectos negativos hay uno lógico y uno que urge mejorar. Uruguay lanzó 65,9% en libres, con lo que fue la undécima selección del torneo en ese apartado. El 85 de 129 de esta primera fase es alarmante. Va a ser muy difícil competir con potencias sin elevar considerablemente ese número.

Por otra parte, la celeste fue el penúltimo equipo en la toma de rebotes, con 35,5, con lo que solamente superó a Paraguay. El biotipo físico hace compleja la mejora. Además, Jauri apeló a defensas intensas, de cambio de hombres constantes, algo que otorga ventajas en algunas facetas pero que muchas veces relega la pelea de los rebotes, al quedar emparejados jugadores de talla chica con otros enormes. Un riesgo que optó por tomar.

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