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Foto: Rodrigo Viera Amaral

Actividad económica: radiografía del segundo trimestre

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Entre abril y junio el PIB creció 3,8% en términos interanuales y se expandió 2% con relación al primer trimestre del año.

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El PIB aumentó 3,8% interanual durante el segundo trimestre, según informó días atrás el Banco Central del Uruguay (BCU). La cifra se situó por encima de lo anticipado por el Indicador Mensual de Actividad Económica (IMAE), que arrojaba una expansión de 3,4% para ese período. De esta manera, el crecimiento acumulado de la economía uruguaya durante el primer semestre del año ascendió a 2,2% interanual. Por su parte, en términos trimestrales, la expansión durante el segundo trimestre fue de 2,0%, una vez que se depuran los efectos estacionales.

Análisis del PIB desde el enfoque de la oferta

Comparación interanual (frente al segundo trimestre de 2023)

Desde la perspectiva de la oferta, que es la que permite descomponer el crecimiento en función del desempeño de los distintos sectores de actividad, las mayores expansiones corresponden al sector agropecuario y al sector de energía, gas y agua, dada la reversión esperable de los efectos asociados a la sequía (en particular, la producción de energía hidráulica se incrementó y compensó el retroceso en el uso de energía térmica y contribuyó a un salto de las exportaciones). Concretamente, el primer sector se expandió 22,6% con respecto al mismo período del año anterior, en tanto que el segundo registró un crecimiento de 30,4%. En conjunto, el desempeño de ambos sectores aportó dos puntos porcentuales del crecimiento agregado observado durante el segundo trimestre (3,8%). En otras palabras, su incidencia conjunta explicó más de la mitad de la expansión del producto.

Otro de los sectores con buen desempeño fue el del comercio, alojamiento y suministro de comidas y bebidas, que creció 4,5% (con una incidencia de 0,6 puntos porcentuales). A este respecto, el documento pone de relieve el aumento de los servicios comerciales al por mayor y al por menor, especialmente aquellos vinculados con la comercialización de soja, combustibles, productos farmacéuticos y vehículos. Con relación a esto, hay que tener presente la reducción de la brecha de precios con Argentina, que hoy en día se ubica en torno a 80% según el indicador de precios fronterizos de la Universidad Católica (hace un año esa cifra ascendía a 180%).

Al respecto de este sector, la Cámara de Comercio y Servicios informó semanas atrás que las ventas del sector habían crecido 2,4% entre abril y junio, luego de expandirse 4,1% durante el primer trimestre. No obstante, del mismo informe se desprende que menos de la mitad de las empresas y los rubros relevados declararon un aumento de sus ventas: el índice de difusión por empresa se situó en 45% (nivel similar al registrado en el primer trimestre) y el de los rubros, en 47% (cayendo desde 64%). En menor medida, el resto de los sectores crecieron, con dos excepciones: la industria manufacturera y las actividades profesionales y de arrendamiento. En el primer caso, el retroceso de la actividad fue de 0,5%, mientras que en el segundo fue de 0,4%.

Comparación trimestral (frente al primer trimestre de 2024)

Quitando los efectos estacionales, el único sector que se contrajo entre el segundo y el primer trimestre de este año fue la construcción. Desde esta perspectiva, destaca también la mejora en el desempeño industrial (pese al retroceso interanual) y el del sector agropecuario (cuadro 1).

Cuadro 1. Enfoque de oferta: variación trimestral (desestacionalizada)

Primer trimestre 2024 Segundo trimestre 2024
Agropecuario, pesca y minería -1,4% 4,5%
Industria -1,3% 5,0%
Energía, gas y agua 18% 0,5%
Construcción 13% -3,8%
Comercio 1,6% 0,0%
Transporte y almacenamiento 1,9% 0,2%
Servicios financieros 1,1% 0,9%
Otros servicios 0,2% 1,1%

Fuente: en base a BCU.

Análisis del PIB desde el enfoque de la demanda

Comparación interanual

La demanda interna se contrajo durante el segundo trimestre, impulsada por la “desacumulación de existencias” asociada a los granos de la mayor zafra de verano (que comenzó a exportarse durante el segundo trimestre).

Es que, por un lado, el gasto privado de los hogares creció 0,9% (destacándose el mayor gasto en bienes importados, como los vehículos), mientras que el gasto público se expandió 4,4% (empujado, principalmente, por el mayor gasto en servicios de educación, dada la mayor cantidad de días de clase). Y la inversión, por su parte, se mantuvo prácticamente incambiada. En ese marco, fue la variación de existencias la que resultó fuertemente negativa y arrastró toda la demanda interna a terreno negativo.

La demanda externa, en contraste, se expandió entre abril y junio: las exportaciones crecieron 14,4% y las importaciones cayeron 4,3%. En el primer caso, el incremento estuvo asociado a la mayor venta de bienes, en particular soja, celulosa, carne bovina y energía eléctrica, dado que los servicios se contrajeron (incluido el turismo receptivo). En el segundo caso, la caída se explicó por una disminución de las compras de petróleo, energía eléctrica (efectuadas a raíz del déficit hídrico del segundo trimestre del año pasado) y también por el menor gasto de turistas en el exterior, principalmente en Argentina.

Cuadro 2. Enfoque de demanda: variación trimestral (desestacionalizada)

Primer trimestre 2024 Segundo trimestre 2024
Gasto privado 0,0% 0,3%
Gasto público -0,2% 2,6%
Inversión -1,8% 1,4%
Exportaciones 2,1% 4,8%
Importaciones -3,8% 0,3%

Fuente: en base a BCU.

Síntesis

Si bien el dato implicó una mejora con respecto a lo observado durante los tres primeros meses del daño, la dinámica reciente de la actividad estuvo impulsada por algunos factores de naturaleza transitoria, como los que derivan de la reversión de los impactos de la sequía del año pasado y la reapertura de la refinería de Ancap. Además, también incidió un “efecto calendario” positivo asociado a la semana de turismo.

Más allá de lo anterior, la economía acumuló un crecimiento interanual de 2,2% en los primeros seis meses del año, levemente por debajo de algunas estimaciones privadas. De cara al segundo semestre, varios factores podrían contribuir con un mayor dinamismo, entre los que se destaca la expansión del consumo y de las exportaciones, además de una menor fuga de demanda hacia Argentina.

Perspectivas

En clave prospectiva, el contexto internacional muestra tendencias contrapuestas. Por un lado, el escenario financiero podría ser más benevolente, producto del relajamiento de la política monetaria que promovería la Reserva Federal de Estados Unidos durante los próximos meses. Una reducción de la tasa de interés por parte de esta institución (como la que está prevista) generaría condiciones de financiamiento más laxas para países como el nuestro: menor costo de acceso al crédito y mayor atractivo para la captura de flujos de capitales.

En contraposición, la desaceleración de China (el Fondo Monetario Internacional prevé que el PIB crezca 5% y 4,5% en 2024 y 2025, respectivamente) supondría una menor demanda desde el resto del mundo, que se sumaría, además, a la inestabilidad regional producto de la incertidumbre que todavía pesa sobre el devenir de Argentina. A este respecto, según el último relevamiento del Banco Central de la República Argentina la economía se contraería 3,8% este año y rebotaría hacia 2025 (3,5%).

En este marco, según la última encuesta del BCU relevada entre los analistas, la economía uruguaya cerraría este año con un crecimiento de 3,3% y revertiría el estancamiento observado durante el año pasado. A partir de 2025, el crecimiento convergería hacia su nivel potencial, del entorno de 2,5%.

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