El 2 de abril, el presidente de Estados Unidos dio un batacazo al orden comercial del mundo al anunciar un conjunto de tarifas a aplicar a casi todas las importaciones del país que dirige, en lo que llamó el “día de la liberación” de Estados Unidos. Todavía existe mucha incertidumbre respecto a la magnitud y el alcance que las nuevas tarifas tendrán, dado que al anuncio inicial le siguieron varios más, algunos reduciendo y otros profundizando la importancia de las nuevas medidas.
Sin embargo, lo que parece claro es que la forma en que el comercio global se organizaba está cambiando. Lo que puede decirse con relativa certeza sería, primero, que Estados Unidos está tomando medidas fuertes en la dirección de cerrar su economía a las importaciones del resto del mundo.1 Segundo, que otras economías importantes están dispuestas a responder, subiendo también las tarifas que aplican ellos a sus importaciones desde Estados Unidos. La Unión Europea y China ya han hecho anuncios en este sentido. Tercero, que fuera de estas barreras comerciales que se elevan alrededor de Estados Unidos, el resto del mundo parece seguir dispuesto a reforzar el comercio entre el resto de los socios.2
Impacto local
¿Qué efectos pueden esperarse sobre la economía uruguaya este año? Lo primero que hay que destacar es que el efecto directo de las tarifas de Donald Trump sobre la economía uruguaya no aparecería como algo mayor. Si bien los aranceles recíprocos impuestos por Estados Unidos incluyen a nuestro país, su magnitud no vuelve prohibitivas las exportaciones uruguayas.
Por otro lado, Estados Unidos no se ubica entre los socios comerciales más importantes de Uruguay, ya que representa solamente entre el 4% y el 5% de nuestras exportaciones. Cabe resaltar, sin embargo, que para algunos sectores particulares el efecto puede ser notable. De las exportaciones de Uruguay a Estados Unidos, algo más de la mitad se concentran en el rubro ganadero. Uruguay no ha establecido suba de tarifas alguna sobre los productos provenientes de Estados Unidos, por lo que no deberían esperarse efectos directos importantes sobre los precios de los productos que importamos desde ese país (sobre todo, productos farmacéuticos y maquinaria).
Los efectos indirectos pueden ser más interesantes. Que una economía decida en cierta medida aislarse del resto del mundo no necesariamente genera efectos indirectos importantes. Pero, cuando esa economía es tan grande y ocupa un lugar tan central en el comercio internacional, como es el caso de Estados Unidos, los efectos pueden ser significativos. A lo anterior hay que añadir el agravante que supone lo imprevisto de la medida, un hecho que mermó la capacidad de anticipación al shock de los socios comerciales y por esa vía amplificó los efectos potenciales.3
Entonces, ¿cuáles son los efectos indirectos que podemos prever? En primer lugar, habrá una gran cantidad de producción china que planeaba venderse en Estados Unidos, pero que ahora deberá encontrar nuevos mercados, deprimiendo su precio. Esto afectará sobre todo a los artículos electrónicos (computadoras, celulares, tablets) y textiles (ropa), que normalmente ocupan más de la mitad de las exportaciones de China hacia Estados Unidos.
Cabe notar, a este respecto, que estos son también el tipo de productos que Uruguay le compra a China, por lo que podría esperarse una reducción de los precios en el mercado local de estos artículos de consumo.
Por otro lado, China ha penalizado las importaciones desde Estados Unidos, especialmente en la órbita de los productos agropecuarios. Sobre las exportaciones de Uruguay esto tendría dos efectos potenciales. Por un lado, seguramente aumente la demanda china de nuestros productos agropecuarios. Nuestro país ya tiene en China su mayor destino comercial para este tipo de productos. Habría que esperar, entonces, una profundización de nuestras exportaciones agropecuarias hacia China y un incremento de los precios, dada la mayor demanda.
Por otro lado, los productos que Estados Unidos estipulaba colocar en China tienen que terminar en algún lado, y pueden terminar compitiendo con nuestras exportaciones por algunos mercados. En cuáles exactamente, no es claro, ya que dependerá de cómo se asiente el nuevo esquema de tarifas del mundo con respecto a la potencia occidental.
De forma similar, exportaciones de otros productos desde Estados Unidos también encontrarán mercados más cerrados en el mundo. China y la Unión Europea ya han tomado medidas en este sentido, y tal vez otros más se sumen. Esto implica que podría observarse una reducción de precios en Uruguay de productos estadounidenses. En los últimos años, nuestras importaciones desde Estados Unidos se concentran en productos químicos y farmacéuticos, automóviles y autopartes, y maquinaria. Dependiendo de cuántas economías mundiales decidan cerrarse a Estados Unidos, y de que Uruguay decida no hacerlo, podría haber presión para la reducción de los precios de estos productos en la plaza doméstica. En el mismo sentido, productos de este tipo provenientes de Europa podrían llegar más baratos al mercado local al no poder entrar fácilmente a Estados Unidos.
En resumen
La aplicación de tarifas con este alcance y en esta magnitud por parte de una economía que tiene un rol central en la economía global no representa una buena noticia para el mundo. Cadenas globales de valor que se formaron y profundizaron durante décadas reciben con esto un shock negativo importante que forzará la relocalización de actividades entre países, un proceso que será muy costoso. Dado esto, debería esperarse un crecimiento global menor que el que habría sido en ausencia de estas tarifas, como ya comenzaron a anticipar las últimas proyecciones de los organismos internacionales.4
No obstante, para el caso concreto de Uruguay, los efectos negativos pueden verse atenuados. Por un lado, Uruguay seguramente exportará menos a Estados Unidos, pero es esperable que pueda redirigir buena parte de esas exportaciones a otros mercados que ahora aparecerán más abiertos, principalmente China y tal vez también la Unión Europea.
Por otro lado, cabe esperar una presión a la baja sobre los precios de varios productos que normalmente terminaban en Estados Unidos o Europa; dados los nuevos muros comerciales, estos tendrán que encontrar nuevos mercados a precios menores, lo que podría beneficiar al consumidor uruguayo.
Al respecto, sería deseable que se monitoree la diferencia entre el precio de salida desde el país de origen y el precio en plaza uruguaya de este tipo de productos. Si estas diferencias se amplían, sería bueno establecer en qué parte del proceso importador se quedan esos márgenes y qué tipo de medidas pueden tomarse para que los beneficios lleguen a los bolsillos de los uruguayos.
Tomado de Razones y Personas. Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución 3.0 No portada.
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No es claro por cuánto tiempo deberíamos esperar que dure este enfoque proteccionista en Estados Unidos. Esto depende de los objetivos que Estados Unidos persiga. Los objetivos en sí mismos no son claros tampoco. Por un lado, existe un discurso proteccionista, según el cual las tarifas vienen a proteger o impulsar la industria nacional de Estados Unidos. Si esta fuera la razón real, deberíamos esperar que las tarifas duren varios años. Por otro lado, el gobierno del norte también ha expresado que la subida de tarifas busca dar al gobierno de Estados Unidos margen de negociación en diferentes temas internacionales. Si este motivo es importante, las tarifas podrían ser más de corto plazo. En este análisis voy a suponer que las tarifas van a afectar el comercio mundial, por lo menos durante 2025. ↩
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Por lo menos este parece ser el discurso que predomina entre los líderes mundiales. No obstante, existen ciertas preocupaciones que podrían terminar matizando este punto. Por ejemplo, existe en la Unión Europea preocupación por la posibilidad de que China incurra en dumping en Europa de los productos que no encuentran mercado en Estados Unidos, afectando la industria local. ↩
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Si bien es cierto que Trump siempre fue muy explícito respecto a su predilección por los aranceles, es evidente que los mercados internacionales no esperaban medidas con el alcance y magnitud anunciadas el 2 de abril. La prueba más clara la representa la espectacular caída de las bolsas de valores mundiales luego del anuncio de Trump. ↩
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Perspectivas económicas para un mundo proteccionista. la diaria ↩