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Foto: gentileza Instituto de Investigaciones Biológicas Clemente Estable (IIBCE)

La obra de teatro Sólo las alas busca “entretener y emocionar”, basada en el pensamiento de Clemente Estable

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Clemente Estable es conocido por su faceta como investigador y docente en el área de la biología; sin embargo, es menos conocido su rol como pedagogo y filósofo, igualmente trascendente para la educación uruguaya. Con la obra Sólo las alas, escrita y actuada por Ernesto Pérez y dirigida por Julio Persa, los artistas se proponen presentar un espectáculo teatral que “entretenga y emocione jugando en escena con el pensamiento de un referente de la cultura, rescatando el lado más poético de su pensamiento”.

“Las aves no pueden abrir vuelo con las patas quebradas, porque para volar necesitan apoyarse en el suelo, y lo mismo ocurre con el hombre: al que tiene piernas hay que ponerle alas y al que tiene alas hay que darle apoyo”. Esa es la frase de Estable en la que se inspiró Pérez para escribir esta obra en 2006. “Es una obra poética, conmovedora, que aborda su pensamiento pero que está estructurada de una forma en la que no aparece Estable directamente”, comentó a la diaria el autor, que protagoniza la pieza todos los viernes de junio en el teatro Alianza.

Persa explicó que la obra se centra en una fábula en la que todos los seres humanos han recibidos un par de alas. “Llega un decreto que obliga a dejar las alas a todo aquel que no las utilice. Es entonces que aparece Ángel Regalado, un maestro con una sola ala que se encuentra con una entrevistadora de una oficina pública y trata de explicarle por qué no debería de sacarle las alas”, explicó.

El interés por la figura de Estable surgió mientras Pérez cursaba la carrera de maestro: “Me impactó por la amplitud de su pensamiento científico, político, psicológico, todo ello colmado de poesía”, detalló. A pesar de que se trata de una obra sobre un educador que fue pensada originalmente para maestros, apunta a un público general: “El eje central es la relación de la vocación y la educación. Si bien está centrada en un maestro, puede haber contacto con un profesor, un actor, un músico, un enfermero o un policía. Esa relación con las profesiones que han perdido su legitimidad social en los últimos años y la relación que tiene con la vocación. Muchos dejan de lado su pasión por las necesidades del mercado, y Estable plantea los apoyos necesarios para que sigan o tomen vuelo”, señaló Persa. “La figura de Clemente Estable es una excusa. Buscamos despertar a ese espectador que tiene una vocación y no se ha animado a emprender el vuelo, que se estimule desde la psicología de las vocaciones (de hecho, ese es el título de uno de los libros del autor)”, puntualizó.

Más allá del científico

Clemente Estable defendía la idea del trabajo vocacional remunerado, incluyendo a la investigación científica, a la que defendió como profesión. Además, pregonaba la esencia democrática de la educación, insistía en la importancia de que el maestro aprenda a aprender, utilizando métodos como los experimentos y la exploración para conectarse con la realidad y así poder enseñarla.

Fue maestro, profesor de secundaria y de educación terciaria. En 1930 propuso un plan educativo para la enseñanza primaria que incorporaba la metodología científica en la educación. “Creo que Clemente Estable no ha sido valorado y rescatado como merece. El concepto de aprender a aprender es fundamental y es de él, pero cuando se lo menciona no se hace referencia a quien lo acuñó. Estable tiene un sentido político muy particular, y en este momento eruptivo de la educación es muy importante mantenerlo. La idea de la obra es poner sobre la mesa el pensamiento fresco y vivo en toda su riqueza”, afirmó Pérez. Persa coincidió con el autor en que “la figura de Estable no está resaltada: cuando se lo menciona se hace referencia a su aporte como científico, pero no a la educación y la pedagogía; eso, siempre y cuando se conozca siquiera quién era Clemente Estable”.

El director explicó que abordar su figura “fue un pretexto para contar no solamente su lado pedagógico, muchas veces olvidado, sino para abordar desde el teatro muchas características de su pensamiento”. “Es apenas una puerta de entrada para ahondar un poco más sobre él si eso es lo que le interesa al espectador”, resumió.

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