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Fernanda Nicolini, Gabriel Chiricho y Diego Pailos.

Foto: Mariana Greif

¿Cómo participan los jóvenes en la política?

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Un libro propone metodología y actividades para trabajar con adolescentes y jóvenes en el desarrollo de competencias cívicas.

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Según datos de la Encuesta Iberoamericana de la Juventud, de 2015, sólo 30% de los jóvenes uruguayos participa en alguna organización social y 74% cree que la política es complicada. Datos similares, que implicarían una baja participación política de los jóvenes, preocupan en otros países del mundo. Con ese telón de fondo, la organización Gurises Unidos de Uruguay, junto con Human Rights Youth Organization (Italia), el Centro de Estudios Paraguayos Antonio Guasch (Paraguay) y Biderbost, Boscan & Rochin (España), emprendieron el proyecto Ucivic, para compartir buenas prácticas de trabajo con jóvenes y adolescentes en el desarrollo de competencias cívicas, y elaboraron un toolkit, un libro con actividades para docentes, educadores o animadores.

“En las bases del proyecto y en diagnósticos sobre la participación de los jóvenes en espacios democráticos, tanto en Europa como en América Latina, se determina que, principalmente en sectores de alta vulnerabilidad, hay baja participación de los jóvenes. Ahí hay un desafío, y a partir de eso se genera esta herramienta para que los operadores sociales en contacto con los jóvenes puedan promover estas competencias cívicas”, explica Diego Pailos, coordinador del área Educativo Laboral de Gurises Unidos. El libro desarrolla actividades sobre cinco competencias cívicas (ver recuadro). Según Pailos, el concepto de competencias cívicas es una construcción útil para desagregar cada una de las dimensiones vinculadas al ejercicio de la ciudadanía política.

La idea general del proyecto es dar herramientas para “generar espacios donde los jóvenes puedan tener un desarrollo de las competencias, habilidades y capacidades para el ejercicio propio de la ciudadanía en el amplio sentido político, en la vida cotidiana: desde mi centro de estudio o mi comunidad”, añade Gabriel Chirico, educador de Gurises Unidos que participó en el proyecto.

Competencias cívicas

  • Atención política: el nivel de interés de la gente sobre la realidad política y los mecanismos utilizados para seguir los eventos políticos.
  • Participación política: involucramiento de las personas en actividades relacionadas con el sistema político, ya sea directa o indirectamente, con el propósito de influenciar la toma de decisiones políticas, demostrar apoyo a ideas o competir en plataformas políticas.
  • Conocimiento político:cantidad de información sobre una situación política, y la habilidad para interrelacionar esa información.
  • Tolerancia política: tendencia de los individuos a permitir la libre expresión de aquellos grupos o individuos que tienen pensamientos y exigencias opuestas a las suyas.
  • Eficacia política: competencia cívica que está relacionada con la capacidad autodeclarada de entender la realidad política en la cual los individuos están inmersos y con el convencimiento de que las acciones de cada individuo y colectividad política pueden tener impacto en el proceso político.

La iniciativa comenzó en febrero de 2018 y finalizó en agosto de 2019. Una primera etapa consistió en grupos focales con jóvenes, y se desarrolló en distintos centros con los que trabaja Gurises Unidos y de diferentes barrios (en la zona Centro-Cordón, en Manga-Piedras Blancas, en los liceos 65 y Notre Dame y en el Centro Juvenil Piedras Blancas). Con ellos se buscó conocer qué percepciones tenían los jóvenes sobre la democracia, los espacios de participación que conocían y de los que formaban parte, qué interés tenían por su realidad política y su conocimiento sobre el sistema político del país, contó Fernanda Nicolini, otra de las educadoras involucradas en el proyecto. Por otro lado, se organizó un grupo focal con educadores y operadores sociales, para conocer su mirada sobre el tema y las estrategias que utilizan para trabajarlo con los adolescentes.

Pailos sintetizó que el libro intenta dar respuestas a tres desafíos o interrogantes: “Una pregunta sobre la calidad de la democracia, otra sobre cuál es la relación de los jóvenes con la democracia, y la otra sobre cómo promover estas competencias cívicas”, y explicó: “Cuando decimos ‘la calidad democrática’ hablamos de tres dimensiones: el lugar de los ciudadanos, cómo veían los jóvenes el tema de la libertad de expresión y de los derechos de las minorías, y por último, en términos de la calidad democrática, entendemos a internet como un reto, no sólo por los avances en lo que tiene que ver con el gobierno digital, sino también en cómo ellos actúan en esos espacios”.

El rol de internet en términos de participación política sigue siendo un gran interrogante: si bien los jóvenes tienen opinión formada sobre muchos temas, muchas veces “la colocan en redes sociales como algo inmediato y quedan ahí...”, señala Pailos. Pero en clave de participación, para el coordinador de Gurises Unidos, internet y las redes sociales son “una herramienta muy buena de coordinación para un evento político: miles de jóvenes se pueden coordinar para hacerse presentes en un lugar y generar un hecho”.

“Los jóvenes no participan”

La frase se repite en las conversaciones entre adultos, coincidieron los tres integrantes del equipo. “¿Cuáles son esos espacios que no habitan? Nosotros pensamos en los gremios estudiantiles, los que conocemos, y en realidad ellos no los tienen naturalizados, no son los espacios donde se encuentran”, reflexionó Nicolini. En cambio, los jóvenes consideran que sí participan, y uno de los primeros espacios donde se sienten así son las redes sociales. “Traían los hilos de conversación de Instagram como ‘el’ lugar. Sienten que son activistas en las redes, que tienen una posición. A nosotros como operadores nos desafía pensar cuáles son los espacios de participación legítimos que son de su interés, o cómo diseñamos esos dispositivos, que sean atractivos para los jóvenes de hoy y que puedan participar”, añade Nicolini.

Sobre por qué no tienen valor para los jóvenes los espacios tradicionales como los gremios estudiantiles, la educadora lo resume parafraseando a los protagonistas: “Nos dicen que opinemos sobre qué queremos cambiar, pero cuando llega el momento, lo que opinamos no se tiene en cuenta”; “Nos piden opinión sobre el papel higiénico del baño o los colores del salón, pero si queremos hablar del colectivo docente no”. Eso, señala Nicolini, “deslegitima los espacios”.

Fernanda Nicolini, Gabriel Chiricho y Diego Pailos. Foto: Mariana Greif

Las tensiones se ven a todo nivel, y los educadores ponen el ejemplo del impulso estatal que se le ha dado a la descentralización de los niveles de gobierno; sin embargo, en los Concejos Vecinales no hay jóvenes, o si van quedan “tapados por los adultos, entonces van dos o tres veces y dejan”. En este caso el desafío, considera Pailos, es empezar desde las políticas de gobierno “a analizar estos espacios y ver qué características están tomando”, y ante la condena del “no les interesa”, preguntarse siempre “¿cuán atractivo es?”.

En su trabajo, los investigadores se encontraron con jóvenes interesados en la democracia, y las principales causas que los motivaban eran la Marcha de la Diversidad y la del 8M. “Visualizan las expresiones culturales como una estrategia de participación política, donde pueden colocar su base y desde donde generar los cambios que ellos pretenden”, afirma Pailos. Además, al contrario de lo esperado, la investigación apunta a que los adolescentes “sí están interesados, sí valoran el intercambio generacional, sí quieren encontrarse con gente más grande que les pueda contar estrategias de cómo se consiguieron algunos cambios en épocas anteriores, sí les gusta esto de trascender lo curricular”.

Otro factor que incide, señala Pailos, es que la participación política todavía está muy asociada al hecho de cumplir 18 años, tanto en jóvenes como en adultos. Por ejemplo, muchos se sorprenden cuando se les explica que en el Presupuesto Participativo y en otras instancias de decisión municipales pueden intervenir a partir de los 16. Para el coordinador de Gurises Unidos, esto da cuenta de que el fortalecimiento de la democracia “no sólo pasa por el conocimiento de la información: tenemos que pensar en prácticas educativas que cotidianamente habiten los centros educativos formales y no formales, y en ese sentido hay desafíos. Porque los operadores ven las instituciones como un lugar importante donde promover esto, pero cuando vas a cotejar la percepción de los chiquilines se dan estas tensiones. ‘Me piden opinión pero hasta acá, que después decidimos nosotros’”.

Los adultos interpelados

Los tres operadores coinciden en que al trabajar los temas de participación política con los jóvenes los adultos se ven interpelados. “Si hablamos de tolerancia, ¿qué tan tolerante soy a la hora de incluir una propuesta que traigan ellos?”, ejemplifica Chirico. En el mismo sentido, Nicolini cuenta que a algunos educadores les preocupaba que los jóvenes “entendían que el sistema democrático es así, siempre fue así y no va a cambiar”, y enfatizan en la importancia de mostrar otras realidades. Pone el ejemplo de una docente que trabajó en clase la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo: “Trabajó con ellos la tolerancia política, sobre cómo podían fundamentar unos y otros –había posturas diferentes en el grupo–, pero ella como docente también tenía su postura, y ¿cómo trabajar desde lo educativo si piensa que alguno está diciendo un horror?”.

Cómo abordar los temas de actualidad también interpela a los docentes. “Los medios de comunicación surgen como el factor determinante en la formación de opinión de los chiquilines, y eso nos hace cuestionar, como instituciones educativas: ¿trabajás temas de actualidad? ¿qué lecturas hacés de la realidad con ellos? Pensando en la competencia de eficacia política, si siento que además de hacer esta lectura tengo la capacidad de incidir en la realidad, eso lo tengo que ir trabajando. Si siento que no voy a tener ninguna capacidad de transformar la realidad en la que estoy es muy difícil hablar de participación política, de conocimiento, porque ya tengo el chip de que ‘esto siempre pasó y va a seguir pasando’”. Al tocar temas de actualidad, Pailos retoma el concepto de alfabetización mediática: “A los gurises no los podés proteger de todos los contenidos que circulan en internet, lo que tenemos que promover es una reflexión crítica; más que decirles que no, hay que ayudarlos a preguntarse”.

Lo lúdico y lo vivencial

¿Cómo trabajar estos temas con adolescentes o jóvenes? El toolkit, que se puede descargar de la web de Gurises Unidos, plantea decenas de actividades para jóvenes de entre 12 y 30 años, y advierten que son adaptables a los distintos contextos en los que se aplique. La clave son lo lúdico y lo vivencial: “Poder jugar a la técnica del debate con algo que pase en el centro educativo, que sean dinámicas atractivas, que logren interacción entre ellos”, propone Nicolini, que insiste en que estos temas no corresponden únicamente a las materias Ciudadanía o Educación Cívica, sino que se pueden incorporar en cualquier asignatura.

Gurises Unidos aplicó parte de la metodología que propone el toolkit en el Cabildo de Niños, Niñas y Adolescentes que organiza la Red de Infancia y Adolescencia del Municipio B. En conjunto con los técnicos que participan en la red, se adaptaron propuestas para trabajar en tolerancia y participación política, y el resultado fue muy estimulante: “Muestra que los chiquilines participan activamente, promueven y proponen cosas. Reflexionan en los espacios cuando uno les brinda esa posibilidad, y una de las cosas que más plantean es poder ser escuchados”, valora Chirico.

Los centros educativos y la participación

En particular sobre la participación de los jóvenes en los centros educativos, Diego Pailos, coordinador del equipo que desarrolló la investigación y el libro, puntualizó que la normativa existe, y citó la Ley General de Educación, que en 2008 creó los consejos de participación. Pero, ¿cuántos existen? ¿cómo se implementaron? ¿quién los monitorea? “Más allá de la normativa, desde la sociedad civil nuestro interés es seguir aportando para promover el trabajo en estos temas, generando una pequeña experiencia que se pueda compartir. La excusa es poder instalar este tema, porque a nivel de la democracia de nuestro país, si no tenemos ciudadanos empoderados en el conocimiento de cuáles son las reglas del juego democrático, la calidad de la democracia baja”, opinó.

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