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“La verdad es que algunas actitudes suyas ya me estaban haciendo sospechar que no era el aliado de la izquierda que yo pensaba”, confesó el expresidente.
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“Se me cayó un ídolo”. Así resumió José Mujica lo que sintió cuando leyó el jueves pasado en el semanario que Guido Manini Ríos, junto con su esposa Irene Moreira y su suegro Roque Moreira, usufructúan más de dos mil ochocientas hectáreas en Artigas que están afectadas a Colonización, sin residir allí. El ex presidente dijo que tras enterarse de la noticia se sintió “sorprendido y decepcionado”. “Yo siempre pensé que Manini Ríos trabajaba el campo con sus propias manos. Me lo imaginaba al mediodía, con las manos llenas de tierra y la piel agrietada por el sol, entrando a su rancho, donde Irene Moreira lo esperaba con un guiso de arroz modesto, con poca carne porque era un hogar de gente pobre pero honrada”. Pero al leer la nota, Mujica cayó en la cuenta de que el senador cabildante “es un estanciero común y corriente”. “La verdad es que algunas actitudes suyas me estaban haciendo sospechar que no era el aliado de izquierda que yo pensaba. Apoyar casi toda la LUC, por ejemplo. Pero nunca me hubiera imaginado que podía ser un estanciero oligarca. Al final uno ya no sabe en quién confiar. El mundo se ha entreverao de lo lindo”.
El dato: La estancia Manini-Moreira no cuenta con un plan de reparto de tierras entre los más necesitados.
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