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Diluyendo la Formación en Educación

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La Formación en Educación es una institución de carácter terciario con presencia en todos los departamentos del país, con unos 32.000 estudiantes y casi 3.000 docentes; es un centro neurálgico del sistema educativo porque forma a las y los docentes y educadores que trabajan en la enseñanza pública y privada y el ámbito formal y no formal. Los cambios académicos y laborales que se produzcan deberían implicar una profunda reflexión y análisis por parte de las autoridades, así como la escucha e involucramiento de las y los trabajadores, algo que notoriamente no se hizo.

El conflicto que se está desarrollando en Formación en Educación se produce a partir de que la administración quiere modificar las condiciones de trabajo, algo que admite el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS), y al hacerlo va a diluir todos los avances en torno a la especialización del conocimiento que se venían desarrollando en los últimos años.

La creación de una Universidad de la Educación pública autónoma y cogobernada es uno de los reclamos históricos de los sindicatos y gremios de la enseñanza; la existencia de esta nueva institucionalidad permitiría el desarrollo pleno de los tres pilares universitarios: docencia, investigación y extensión. En el proceso hacia su constitución, se vino avanzando en generar modificaciones en el actual Estatuto del Funcionario Docente para posibilitar que se construyera una estructura de cargos docentes, del grado 1 al 5, a los que se accedería por concursos de oposición y méritos; un documento que el actual Consejo de Formación en Educación (CFE) tiene encajonado desde hace casi tres años.

Anteriores administraciones buscaron acercarse a ese objetivo y en el proceso de discusión del plan 2008 se fueron incorporando horas de docencia indirecta (no vinculadas al dictado de clases). Estas horas llamadas “de departamento” mantienen una relación proporcional (del 40% aproximadamente) con respecto a las horas de docencia de aula; su función es permitir que los y las docentes puedan desarrollar los tres pilares universitarios y elevar su formación como profesionales.

A partir de su puesta en funcionamiento, las salas de asignatura de todo el país vienen haciendo, en todos estos años, actividades de difusión, cursos de verano, coloquios o congresos. Son usadas para el desarrollo de la investigación directamente vinculada a la práctica docente o la realización de cursos de perfeccionamiento, maestrías o doctorados. Todos indicadores de que la apuesta a la formación de los profesionales ha venido dando resultado.

Sumado a este desarrollo de la investigación y extensión, desde la docencia se hace el seguimiento y respaldo de las y los estudiantes que están cursando y de aquellos a los que les faltan algunas asignaturas para recibirse; y cada vez más se incorporan actividades de gestión administrativa que son esenciales para el funcionamiento del CFE (conformación de tribunales de evaluación de méritos de pares o evaluación de pedido de reválidas de las y los estudiantes).

Las autoridades políticas del CFE desconocen o subestiman las acciones descriptas y quieren instaurar las llamadas Unidades Horarias de Desempeño Docente (UHDD). El cambio tiene un objetivo político y no pedagógico: cubrir las horas vacantes sin tener en cuenta la especificidad. Las UHDD disminuyen la cantidad de horas de docencia indirecta asignadas y el docente se vuelve cada vez más en un dador de clases. Incluso esta función docente pierde profundidad, ya que la mayoría del tiempo del profesional va a estar cubierto por el trabajo en el aula, sin tener la posibilidad de sumar lecturas o reflexiones sobre su práctica.

La administración quiere solucionar un problema provocado por la implementación del Plan 2023 (creación de materias sin sustento epistémico y semestralización sin cobertura en los derechos laborales), generando un/a “docente atrapa todo”. El conocimiento a mayor grado de formación se especializa, no es lo mismo enseñar matemática, biología o física en el ámbito de la enseñanza primaria, media o terciaria universitaria. A nadie se le ocurre consultar a un ingeniero en sistemas para hacer una represa o a un psiquiatra para hacer una operación, más allá de que uno sea ingeniero y el otro médico. Esto es algo que las autoridades políticas del CFE pretenden ignorar.

La administración quiere solucionar un problema provocado por la implementación del Plan 2023 (creación de materias sin sustento epistémico y semestralización sin cobertura en los derechos laborales), generando un/a “docente atrapa todo”.

En 2019 centenares de profesionales de la educación se presentaron a un concurso por oposición y méritos para lograr la efectividad en una sección o subsección de un departamento académico. Se asentó a un cuerpo de docentes y educadores en determinados campos del conocimiento, lo que les permitió seguir desarrollando su especificidad. Lo que pretende la administración es que un docente que concursó y que siguió profundizando sus saberes en determinada área ahora pueda y deba agarrar las horas vacantes de su departamento académico. Así, puede pasar que un docente especializado en genética pueda llegar a dar clase de biología vegetal o biología animal, o un docente que da gramática termine también dando latín o lingüística, por más que el primero sea docente de Biología y el segundo de Español, el grado de especialización es completamente distinto en cada subsección.

En mi caso, soy docente efectivo de la subsección Historia Contemporánea (en el Departamento de Historia). Mis lecturas, reflexiones y trabajo de profundización se refieren a ese período. A modo de ejemplo, para tratar de explicar el conflicto palestino-israelí, sin caer en la dicotomía de buenos y malos o en un relato basado en una única mirada historiográfica, es imprescindible especializarse. El guion de una clase de nivel terciario sobre el tema necesita mostrar las diferentes posturas historiográficas y sus principales tesis explicativas, observar el mapa desde una mirada geoestratégica, presentar el desarrollo histórico de la región, el surgimiento de los nacionalismos y la incidencia de la intervención de las potencias, explicar las fuerzas en pugna económica, políticas y religiosas, y cómo varían los intereses en función del lugar social de los diferentes actores, entre otros aspectos a tener en cuenta; esto es lo que conlleva conocer en profundidad un tema para poder desarrollarlo en forma didáctica y con diversidad de miradas. La renovación de la investigación en cualquier rama del conocimiento es continua, por lo que abarcar otros campos historiográficos con la misma profundidad, como puede ser la historia del arte en la Antigüedad o América en la época colonial, es algo que escapa a las posibilidades individuales.

El sistema de la UHDD busca que las horas se concentren en los docentes efectivos para asegurar una supuesta estabilidad en el dictado de clases, pero con un claro detrimento de la calidad de la formación que se va a brindar a las y los estudiantes. Lo que puede ocurrir es que los cursos no estén a cargo de los mejor preparados; además, al reducirse la cantidad de docentes por institutos, las salas generales y de asignatura tendrán menos capacidad de generar intercambio académico. Si el problema que ve la administración es la carencia de docentes para cubrir las horas, podría apostar a la calidad académica a través del llamado a concursos de oposición y méritos o en su defecto un llamado a aspiraciones de méritos.

Finalmente, un aspecto al que la administración le presta poca importancia es que, al concentrar las horas en pocas manos, más de 1.000 docentes interinos, que generalmente eligen en Formación en Educación, volverán a los subsistemas en donde son efectivos. Esto provocará un efecto en cadena, generando desempleo en los nuevos docentes que recién ingresan a Secundaria, UTU o Primaria, en un año bastante particular, ya el Consejo Directivo Central (Codicen) plantea hacer concursos de efectividad para el ejercicio 2024.

Frente a esta realidad es cuando uno se pregunta si las acciones del CFE son conocidas y compartidas por todos los consejeros políticos del Codicen y por los directores generales de los subsistemas que van a ser afectados.

Líber Romero es profesor efectivo en Historia Contemporánea (CFE) y en la subunidad Historiografía y Teoría de la Historia (FHCE-Udelar).

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