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Eduardo Bonomi en el Palacio Legislativo.

Foto: Javier Calvelo, adhocFOTOS

Rendición de Cuentas: capítulo dedicado al Ministerio del Interior generó debate en la cámara alta

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Bonomi advirtió sobre el efecto que las malas condiciones carcelarias pueden tener en el surgimiento de grupos de crimen organizado, como ocurrió en Brasil con el Primer Comando Capital.

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Leído por Andrés Alba.
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El segundo eje temático de discusión sobre la Rendición de Cuentas en el Senado fue sobre la seguridad pública y allí el Frente Amplio (FA) lanzó diversas críticas sobre la situación de las cárceles y la falta de recursos para mejorarla.

El senador de la oposición Charles Carrera cuestionó que “la seguridad pública no se priorizó en el Presupuesto y no se prioriza aquí”, en la Rendición de Cuentas. Luego pasó a hablar sobre la baja en los delitos que se registró en el último tiempo y aseguró que “todos los estudios indican que el delito bajó a partir de la pandemia, que tuvo un impacto en el mundo”. Pero, además, cuestionó que “ya se cambió la metodología” que se tuvo durante la gestión de Jorge Larrañaga, “aquella de publicar todos los meses los delitos”. “Hoy no se están publicando todos los meses”, dijo y luego agregó que “dentro de poco” se va a ver, “desgraciadamente”, que los homicidios aumentaron en el último trimestre, que abarca los meses de julio, agosto y setiembre, en los que se registró “un delito de homicidio por día”.

Tras algunos cuestionamientos sobre la situación de varias cárceles en donde las condiciones se consideran deplorables y se registra hacinamiento, el senador nacionalista Carlos Camy reconoció que el tema es “relevante”, “preocupante”, “acuciante” y “vergonzante”, pero “desde hace muchos años”. “Se tuvieron que cerrar 23 módulos del Penal de Libertad porque no tenían ni luz eléctrica, ni agua, ni baño ni cama, y había 1.860 personas privadas de libertad que dormían en el suelo. Esas eran las cárceles con que asumió este gobierno el 1° de marzo de 2020. Y es vergonzante, sí, y es denigrante también”, señaló.

Sin embargo, dijo que “el Plan de Dignidad Carcelaria que se aprobó por unanimidad” permite “mostrar algunos resultados” positivos, y comenzó a comparar: “El 1° de marzo [de 2020] había entre cuatro y cinco hectáreas plantadas en la inmensa cantidad de predios que tienen el Ministerio del Interior y el Instituto Nacional de Rehabilitación desde hace décadas. Se van a culminar este año 110 hectáreas. Eso implica ahorrar hoy dos millones de pesos por mes en comida que no se compra porque se planta, y que la plantan las personas privadas de la libertad. Se llevan construidas 2.500 camas de madera, madera que salió de los árboles plantados en esos predios, no se compró madera, se talaron los montes que estaban plantados. Se compraban ladrillos cuando se necesitaba en cualquiera de las 26 unidades penitenciarias; 100.000 ladrillos se construyeron el año pasado, que se dejaron de comprar”.

A su turno, el senador del FA Eduardo Bonomi también se refirió al tema de las cárceles y cuestionó que, más allá de los anuncios del gobierno, no se destinen recursos. Fue allí cuando alertó de una situación que se generó en Brasil y que hoy, según dijo, afecta a varios países de la región y probablemente a Uruguay. “La organización criminal más fuerte de América Latina es el Primer Comando Capital, y tiene más de 30.000 personas integradas, hombres y mujeres. Y el Primer Comando Capital se creó en las cárceles a partir del maltrato a los presos y la muerte de 110 presos en un motín. Crearon una organización de autodefensa con estatuto firmado por quienes la integraban. Y la autodefensa que se hacía en las cárceles pasó a ser fuera de las cárceles. Respondían a lo que pasaba en las cárceles fuera de ellas: robos, homicidios. Y fue creciendo tanto que hoy tiene presencia en Argentina, Bolivia, Paraguay y probablemente en Uruguay. Si en las cárceles no tomamos medidas que permitan que haya un dique de contención, entonces en la ecuación de la seguridad que tiene en cuenta las cárceles estamos mal parados”, advirtió.

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