Si bien fue una idea que ya había manejado y no había encontrado eco, el secretario nacional de Drogas, Daniel Radío, dijo este lunes que junto a algunas autoridades del Ministerio del Interior se está pensando en la posibilidad de ofrecer marihuana estatal a las personas privadas de libertad, en el marco de un consumo “cuidado” y como alternativa a la pasta base.
En una entrevista con Lado B, de TV Ciudad, Radío dijo que “la realidad es que la droga dentro de la cárcel circula” y que el tema “es quién controla eso, y lo controlan los brazos gordos”. Consideró que la situación que se genera con el cannabis “es más grave” que con otras drogas, “porque es una sustancia que afuera está permitida y adentro no” y “quien quiere pasarla, que muchas veces son las mujeres, presionadas por redes de narcos, terminan presas por pasar una sustancia que afuera es legal”.
Opinó que es necesario “encontrar una solución” y además, si bien dijo que hay que recabar evidencia y cree que el consumo de cannabis no puede sustituir el de pasta base, planteó que “hay que empezar a probar ese tipo de alternativas” y ofrecer, dentro de la cárcel, “la posibilidad de consumos alternativos y cuidados, proporcionados por nosotros y no por los brazos gordos de la cárcel, sino por el Estado”.
En ese sentido, dijo que con “algunas autoridades del Ministerio del Interior” están pensando en “la posibilidad, inclusive, no en el corto plazo pero sí en el mediano plazo, de algún centro, en alguna de las cárceles grandes, en el que podamos ofrecer distintas alternativas terapéuticas que pudieran incluir esta posibilidad”.
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En la entrevista Radío insistió con su perspectiva contra el prohibicionismo de las drogas y a favor de la regulación. “No es un problema ideológico, es de mirar la realidad”, señaló. Aseguró que los que controlan la oferta de drogas “son los narcos”, no el Estado, y que se ha fracasado con el prohibicionismo: “Todas esas cosas que nosotros publicitamos, 'gran golpe al narco: incautamos tantas toneladas', al final del camino no consiguen el objetivo, porque el que quiere consumir consume”, dijo el jerarca.
Aseguró que “no hay ninguna persona en el mundo que quiera consumir droga que se quede sin consumir”, y dijo que esto “pega muy fuerte en la moral de la gente que trabaja en el control de la oferta”. “A mí me tocó escuchar a un policía, en un departamento del interior, que pidió la palabra en la junta local de drogas de ahí, y dijo: 'Por favor, probemos otra cosa, porque yo estoy a punto de jubilarme y me doy cuenta de que lo que hice toda mi vida, arriesgando mi vida incluso, no sirvió para nada'”, contó.