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Sesión de Mesa Nacional y lectura proclama del movimiento Un Solo Uruguay, este lunes, en el hotel NH Columbia.

Foto: Martín Varela Umpiérrez

Un Solo Uruguay anunció que no será un partido político, pero seguirá en busca de “un cambio cultural donde la política no sea un tema de colores”

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En un nuevo acto en Montevideo, con menos de 100 personas, el movimiento afirmó que el sistema político está “enfermo” y el país “endeudado hasta la médula”

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Leído por Andrés Alba
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“La sociedad está enferma porque el sistema político lo está. El ejemplo que derrama es malo y contagia”, afirmó Norberto Pereyra, miembro de Un Solo Uruguay (USU) desde los orígenes del movimiento y encargado de leer la proclama. Este año, por primera vez, el tradicional acto del 23 de enero de USU fue en Montevideo, en el hotel NH Columbia, a metros de la Torre Ejecutiva. Asistieron menos de 100 personas.

De pie, delante de una pancarta con la máxima “USU es el derecho a la protesta pero el deber a la propuesta”, Pereyra leyó la proclama en un entorno muy diferente al de aquella primera movilización de “autoconvocados” que en enero de 2018 reunió a miles de personas en el predio de la Sociedad Rural de Durazno, aunque muchos de los viejos reclamos de 2018 se repitieron en 2023.

Aseguró que hay “inoperancias” que se mantienen pese al cambio de gobierno, como el “crecimiento desmedido del Estado”, el “endeudamiento” y la “extranjerización”. “En estos cinco años hemos hablado y propuesto con el fin de lograr cambios en las estructuras del funcionamiento del país”, manifestó. Porque, según USU, no existe una “estrategia de país”, sino autoridades que sólo “apagan incendios” que “el mismo sistema ha creado”. Mientras tanto, “fanfarronean con discusiones estériles que bajan hasta los fieles y distraen de lo importante”.

Lo importante, mencionó Pereyra, es que Uruguay está “endeudado hasta la médula”. Aseguró que cada año la deuda externa crece 8%, lo cual, “si lo dividimos entre los habitantes y definimos una familia con cuatro componentes”, “nos endeudan en 115.000 pesos uruguayos por año”. Cuando termine este período de gobierno, agregó, “cada familia en nuestro país estará endeudada con los bancos internacionales en más de medio millón de pesos”.

Por otra parte, cuestionó que actualmente hay “prestaciones de hambre” que afectan a “muchos jubilados” que cobran la jubilación mínima. Afirmó que en algunos casos dejan de comprar medicación para ayudar a su entorno cercano, “por amor a su familia”. En cambio, “el Estado y el sistema político uruguayo desde hace tiempo no actúan por amor”.

A diferencia de otros actos de USU, en este casi no hubo dirigentes políticos. Fueron el senador y líder de Cabildo Abierto, Guido Manini Ríos, y la diputada Elsa Capillera.

En 2018 la oratoria estuvo marcada por la figura de las “diez mochilas” que “cargaba” el sector agropecuario: dólar bajo, inflación alta, valor de los combustibles, carga tributaria, infraestructura deficiente, salarios, precio de la tierra, deudas, altos aranceles y “prejuicios” contra el productor rural.

“El movimiento no será un partido político”

En las últimas elecciones del Banco de Previsión Social (BPS), en noviembre de 2021, los representantes de USU acumularon alrededor de 432.000 votos. No consiguieron la representación de los trabajadores ni la de los jubilados, pero sí la de los empresarios. José Pereyra derrotó por un margen de 25.000 votos al candidato de las cámaras empresariales, Marcelo Ríos, y obtuvo un lugar en el directorio.

En diálogo con la diaria, Federico Holzmann, referente de USU, había señalado previo al acto que ese resultado electoral era una muestra de la representatividad y la vigencia del movimiento. De hecho, aventuró que si USU “decide dar un paso más, yo no sé si esos 400.000 votos no se multiplican”. “Esa campaña del BPS se ganó justamente diciendo lo que nadie decía: que el BPS era un desastre. Si el movimiento pasa a otro plano, de pronto puede llegar a dar una sorpresa”.

Sin embargo, la opción de la política partidaria fue rechazada en el evento. “Nuestra respuesta es unánime: no. El movimiento no será un partido político”, afirmó Pereyra, y fue interrumpido por algunos aplausos.

De todos modos, Pereyra manifestó que USU continuará tratando de “cambiar” el país, “generando un cambio cultural donde la política no sea un tema de colores”, sino “una actividad racional practicada por quienes quieren la superación individual de cada uno de los uruguayos, sin exigirle al Estado más que el arbitraje de lo injusto”.

Iván Rebello, Federico Holfman y José Pereyra durante la sesión de Mesa Nacional y lectura proclama del movimiento Un Solo Uruguay, ayer, en el hotel NH Columbia.

Foto: Martín Varela Umpiérrez

Sin pronunciarse todavía formalmente sobre la reforma jubilatoria, aunque su director en el BPS ya se ha posicionado en contra, USU expresó en su sexta proclama que “apoyará todas las reformas donde la raíz esté en mejorar la calidad de vida de los uruguayos”. Pero “nunca acompañará ningún cambio que siga sosteniendo el actual modelo, que beneficia a quienes son parte del actual negocio familiar de los partidos y sindicatos”.

En primera persona, Pereyra expresó que “la identidad propia” de USU lo “aleja de los fanatismos político partidarios” y lo ayuda a “comprender que los cambios deben ser estructurales y no de gestión”. Estas cosas, en suma, “me hacen libre y parte de este movimiento social”.

Este fue el primer acto de USU sin Marcelo Nougué, fundador y referente del movimiento, que falleció en marzo del año pasado. Al comienzo de la lectura de la proclama, cuando Pereyra recordó su figura, el público presente se levantó de los asientos y aplaudió durante un minuto.

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