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Julio María Sanguinetti, Luis Alberto Lacalle Herrera, Luis Lacalle Pou y José Mujica, el 27 de junio, en Torre Ejecutiva.

Foto: Mara Quintero

A 50 años del golpe de Estado, Lacalle Pou, Lacalle Herrera, Sanguinetti y Mujica dieron mensaje conjunto por el “nunca más”

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El presidente reunió a los exmandatarios y llamó a “construir” más democracia, con la advertencia de que “destruir es un instante”.

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Leído por Andrés Alba.
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El presidente Luis Lacalle Pou reunió este martes a los exmandatarios Luis Alberto Lacalle Herrera, del Partido Nacional, Julio María Sanguinetti, del Partido Colorado, y José Mujica, del Frente Amplio. La instancia tuvo lugar en el marco de la conmemoración de los 50 años del golpe de Estado del 27 de junio de 1973, recuerdo que motivó diversas actividades en los últimos días en todo el territorio nacional.

El primero en tomar la palabra en la conferencia de prensa posterior fue Sanguinetti, quien justo en el momento de subir a la tarima de la sala de conferencias de la Torre Ejecutiva tropezó y fue ayudado a levantarse por Lacalle Pou. El líder colorado dijo que todas las actividades registradas en los últimos días, incluida esta cumbre, implican “un gran acto de confirmación democrática”.

Sanguinetti recordó que “esta nación” se “generó en los campamentos artiguistas cuando aún no éramos ni provincia y luego nos fuimos configurando como tal, para terminar como esta orgullosa república que somos hoy”, y destacó “lo que ha crecido socialmente, económicamente, culturalmente y tecnológicamente”.

En este sentido, pidió un “compromiso cívico” para que “este ‘nunca más’ que seguimos pronunciando todos tenga un profundo contenido”, incluyendo “el nunca más a la violencia, el nunca más a los mesianismos autoritarios, el nunca más a las utopías revolucionarias, el nunca más a la intolerancia, el nunca más a la descalificación del adversario, el nunca más al desprecio a las instituciones liberales”.

Lacalle Herrera, en tanto, destacó que “tres octogenarios, tres veteranos de guerra”, se hayan reunido con el presidente para dar este mensaje. Y si bien señaló que el fin es que haya más democracia, reconoció que “lo más complicado es decir cómo se llega a ello”. Consideró que “cada uno de nosotros” debe “asumir en su fuero íntimo y su conducta nunca más descalificar al otro porque piensa distinto ni pensar que es una mala persona porque vota a otro partido o candidato”.

Además, afirmó que “las coincidencias y los acuerdos” en política partidaria “fueron los grandes momentos del progreso nacional”. “¿Qué debemos hacer para que esto dure y perdure? Siempre dejar un lugar para el entendimiento a través del respeto, que no va en contra de la lucha política fuerte en materia de ideas”, dejando de lado la lucha “de personas”.

Mujica, en tanto, dijo que “la democracia no es perfecta ni nunca lo será, porque no son las instituciones las que fallan” sino “los humanos que cometemos errores” al manejarlas, “pero hasta ahora no hemos encontrado algo mejor para el funcionamiento de la sociedad”. “No es perfecta, es perfectible”, ratificó.

Aseguró que “una manera de afirmar la democracia es que la responsabilidad política dé respuesta a los problemas más dramáticos”, lo que se hace más importante en “el continente más injusto que hay arriba de la Tierra y probablemente el más rico”, como es Sudamérica. Por tanto, “defender la democracia es asumir la responsabilidad social que tenemos y entonces las grandes contradicciones hay que sublimarlas en causas nacionales. Necesitamos una causa nacional que nos unifique por encima de nuestros antagonismos”.

Por su parte, Lacalle Pou comenzó destacando el encuentro con los expresidentes y recordó a los fallecidos Jorge Batlle y Tabaré Vázquez. Entonces apuntó: “Seguramente, si leyéramos el libro de historia hacia atrás, encontraríamos motivos suficientes y razonables para no ponernos de acuerdo”. Sin embargo, resaltó que sí serían capaces de acordar “en el presente y en el futuro”, a lo que agregó: “Estoy seguro que perfectamente el próximo presidente de la república, sea del partido que sea, estaría sentado acá en conjunto con nosotros”.

“Para que el ‘nunca más’ sea cierto tiene que haber para siempre democracia y la democracia se basa en los derechos electorales, en un gobierno democrático, en una separación de poderes, en la representación de las minorías, en los resortes institucionales para el reclamo, en la sana convivencia de los partidos políticos, pero también en la democracia como instrumento”, dijo y agregó que “debe servir para que la gente sea libre en la crianza de sus hijos, en la obtención de educación y de un techo, para tener salud al alcance de todos”.

Apuntó que en Uruguay “democracia es construcción permanente de síntesis, porque si hay algo que al uruguayo lo caracteriza es que los polos nunca están lo suficientemente lejos para no interactuar”, y señaló que “la democracia se construye en un boliche, en un lugar de trabajo, en un almacén, y por supuesto con el ejemplo de los dirigentes políticos, y como casi todo en la vida, construir es muy difícil, destruir es un instante”.

Posteriormente, Mujica y Sanguinetti se dirigieron a una actividad organizada por la Asociación de la Prensa Uruguaya que se desarrolló en el Parlamento, donde volvieron a hablar del mismo tema, aunque con mayor profundidad dado que tuvieron más tiempo. Allí el líder colorado destacó el “clima de unidad nacional” en estas últimas horas, lo cual entiende necesario porque “basta ver nuestra América” para percibir las consecuencias de la caída de la confianza en las instituciones y los partidos.

Para Sanguinetti, “en estos 50 años” desde el golpe de Estado hasta hoy “hemos hecho mucho en el país”. “Afuera nos respetan mucho y nos ven bastante mejor de lo que nos vemos nosotros”, expresó.

Mujica explicó que en el mundo contemporáneo “es inevitable que las complejidades de las sociedades modernas multipliquen los puntos de desacuerdo”, al tiempo que los estados están “cada vez más socavados en materia de poder porque han aparecido gigantescos poderes trasnacionales, fruto de la concentración de los recursos”, con empresas que “superan largamente cualquier PBI de un país de las dimensiones del Uruguay”.

Así las cosas, entendió fundamental “mantener la relación política con altura”. “Si pudiéramos tener unanimidad no precisamos democracia ni complicarnos con parlamentos, pero como eso es más que quimérico tenemos que cuidar esta democracia, sus leyes de juego, porque visto y considerando las otras fórmulas, terminan siendo mucho peores”, dijo y luego agregó en referencia a su juntada con Sanguinetti: “Por eso estamos acá, tenemos que demostrar que se puede discrepar somáticamente pero se puede convivir”.

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