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Instituto de Higiene (archivo, julio de 2016).

Foto: Ricardo Antúnez, adhocFOTOS

Médicos y usuarios del Servicio de Enfermedades Infectocontagiosas que funciona en el Instituto de Higiene de ASSE piden que el servicio se mantenga

3 minutos de lectura
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También hay voces que manifiestan que “el modelo es antiguo” y que la intención es descentralizar y naturalizar la atención de las enfermedades.

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Leído por Mathías Buela.
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El Servicio de Enfermedades Infectocontagiosas (SEIC) se inauguró en 1987. En aquella época fue un centro de referencia, sobre todo para personas con VIH. Funciona en el Instituto de Higiene de la Universidad de la República (Udelar) y depende de la Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE).

“El centro comenzó atendiendo a personas vulnerables”, contó a la diaria Daniel Escanellas, coordinador del equipo de salud mental del servicio. “Contábamos con tres salas de internación y era de los lugares más completos, con neurólogos, odontólogos y muchas otras especialidades”, agregó. Al principio, el SEIC funcionó en conjunto con la Cátedra de Enfermedades Infectocontagiosas de la Udelar, pero luego el servicio se trasladó. Hace aproximadamente cinco años también se trasladaron las salas de internación y el SEIC siguió funcionando pero sólo como policlínica.

Según Escanellas, al mismo tiempo que se trasladó el servicio de internación, se empezó a “rumorear” la posibilidad de cerrar toda el área “sin una causa clara”. “En un principio pareció que la intención era de la cátedra de Udelar, luego se descartó, pero el rumor continúa basado en otros motivos”, dijo. El coordinador expresó que le preocupan “los 5.000 pacientes que se atienden allí y que quieren seguir yendo, por el punto en el que se ubica y porque no quieren atenderse en sus localidades [quienes son del interior]”, entre otras cosas, “porque los discriminan”. Escanellas evaluó positivamente la continuidad de la atención en ese centro de salud, porque aunque se cerraron las salas de internación, el espacio se transformó en policlínica y “está dada la infraestructura para que siga funcionando”.

“El equipo es excelente y lo quieren desmantelar”, expresó a la diaria Maureen Rivas, una de las usuarias que se atienden en el SEIC desde 1992. Agregó que“hace un tiempo empezaron a descentralizar el área” y que algunos de los pacientes que se empezaron a atender en otros centros “volvieron [al SEIC] porque no se sintieron cómodos con la atención”. Para la usuaria, en el caso de que el motivo de cierre fuera descentralizar la atención, la solución debería ser “sumar atención para más enfermedades, pero no dejar de atender a quienes ya se atienden”.

Por último, comentó que el grupo de usuarios que se atiende en el SEIC envió hace una semana una carta a diferentes autoridades nacionales –ASSE, el Ministerio de Salud Pública y Presidencia– y de momento aguardan una respuesta.

Descentralizar y naturalizar

“Hace muchísimos años el SEIC fue un centro de referencia [para pacientes con VIH], pero en la actualidad no, entre otras cosas, porque el modelo de atención cambió”, expresó a la diaria la infectóloga Zaida Arteta, presidenta del Sindicato Médico del Uruguay (SMU) y exintegrante del equipo del SEIC, cuando la cátedra de Udelar funcionaba allí.

Arteta explicó que la referencia de este centro, entre otras cosas, estuvo asociada a que hace aproximadamente 50 años la infectología no era una especialidad tan conocida o no estaba igual de segmentada que otras especialidades; pero con el paso de los años, eso cambió y las enfermedades asociadas se empezaron a atender en diversos centros del país.

“Una vez hicimos una evaluación y estaban ocupadas las diez camas de internación en el SEIC y habían 17 camas más en otros centros”, ejemplificó. Agregó que cuando la cátedra de la Udelar se trasladó fue “a pedido de los propios integrantes, porque las condiciones no estaban dadas para continuar”.

En cuanto al cierre del área en el Instituto de Higiene, consideró que “no da la impresión de que se quiera suprimir la atención” y que, al igual que en tantos otros casos “en los que funcionarios y usuarios también se resistieron”, lo que se quiere hacer es que “el mismo servicio y los usuarios con enfermedades como el VIH se atiendan en diversos centros de salud”. Opinó que si bien es más común encontrar a una persona trans en una fila del SEIC, “debemos trabajar para que así sea en todos los centros y no en uno, de referencia”.

“La resistencia que están teniendo quienes forman parte del centro es normal, pero necesitamos preguntarnos si en 2022 aún hay que contar con un solo servicio referente o si lo que se necesita es descentralizar y naturalizar la atención en otros servicios”, agregó Arteta.

María José Fraga, una de las referente de las personas con VIH en Uruguay, exusuaria del SEIC, se manifestó en diálogo con la diaria en la misma línea que Arteta: “El modelo de atención es antiguo”, dijo Fraga. Si bien comprende que un posible cierre pueda generar rechazo en los pacientes, es preciso que “sobre todo los funcionarios [médicos] les brinden la confianza de que serán bien atendidos en otros centros”, ya que “eso no siempre sucede”.

“En 1991 [en el SEIC] te miraban un poco mejor que en otros lugares, pero ahora es necesario desestigmatizar y ampliar la atención”, concluyó Fraga.

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