Este martes, en el marco de una recorrida por el Hospital Maciel, Gerardo Eguren, el director del centro de salud, junto a las autoridades de la Administración de los Servicios de Salud (ASSE), encabezadas por el presidente, Marcelo Sosa, anunció que ya está en el país el tomógrafo que el hospital tendrá en funcionamientos los próximos días.
Se trata de un aparato de última generación, para el cual ASSE abrió licitación hace aproximadamente un año, que se sumará al tomógrafo con el que ya cuenta el hospital, pero, a diferencia de este, permitirá aumentar el número de procedimientos e incluir a otro tipo de pacientes, por ejemplo, quienes padecen obesidad, porque tiene una capacidad de hasta 230 kilos, algo fundamental para quienes están en proceso de realizarse una cirugía bariátrica.
Según las autoridades, el tomógrafo significó una inversión de 400.000 dólares. El búnker, una sala cubierta de plomo, está listo y se están realizando pruebas de electricidad. El Hospital Maciel actualmente hace entre 2.700 y 3.000 tomografías por mes.
Balance de gestión
La presentación del aparato fue seguramente la última presentación de Eguren como director del centro, ya que pretende seguir al frente del hospital hasta que se designe a un nuevo jerarca, en un plazo de aproximadamente un mes, según manifestó en diálogo con la diaria.
La gestión de Eguren duró un año. En marzo de 2023, cuando asumió como director del Maciel, el exjefe de cirugía de ASSE sustituyó a Aníbal Dutra, quien se desempeñaba en el cargo desde 2020.
Dos meses después de asumir, en entrevista con la diaria, Eguren enumeró una serie de metas de las cuales hoy, casi al final de su mandato, destacó aquellas que fueron cumplidas.
En principio, mencionó la resolución del conflicto no declarado con los anestesistas y el buen funcionamiento actual del sector quirúrgico, que se renovó con la compra de carros de anestesia y torres laparoscópicas. A su vez, se adquirió un tomógrafo de última generación que, en algunos casos, permite observar órganos como el hígado sin necesidad de hacer una punción.
También mencionó la reforma del anfiteatro, que está en desuso desde hace un buen tiempo y se reactivó para ser utilizado como sala de eventos del hospital. Otra de las iniciativas concluidas fue la compra de un local sobre la calle Juan Lindolfo Cuestas, destinado a pacientes de salud mental, para que tengan lugares cómodos, de buen nivel y que puedan mejorar en el tratamiento de su patología en lugares específicos, algo similar a un hospital de día. El predio se adquirió y el acondicionamiento queda para la próxima administración.
El centro de diálisis, con atrasos, finalmente quedó pronto y se están haciendo las pruebas del sistema de agua.
Si bien faltó ampliar la farmacia y concluir procesos para los cuales no dio el tiempo, así como pensar algunos protocolos –por ejemplo, de seguridad–, “modernizamos lo que se pudo en el tiempo que nos quedó”, dijo. “Me voy con el deber cumplido” y con el hospital “encaminado hacia el futuro”, concluyó Eguren.