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Sebastián Gómez (i) durante los cursos para finalizar la educación secundaria, el sábado, en AEBU.

Foto: Ricardo Antúnez

AEBU aspira a que todos los trabajadores del sector financiero terminen la secundaria por programa del CES

3 minutos de lectura
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Proces permitió que 3.200 terminaran ciclo básico y 1.900 bachillerato en modalidades semipresenciales.

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El sábado comenzó el segundo y último cuatrimestre del año. 21 trabajadores del sector financiero se sumaron a esta segunda ola del programa “Con Aebu sigo estudiando” en el marco del Programa de Culminación de Estudios Secundarios (Proces), que posibilita egresar de ciclo básico y bachillerato a trabajadores de los sectores público y privado.

Iniciado en 2007, el Proces funcionó primero en el ámbito estatal, por medio de convenios con las intendencias de Montevideo y Canelones y la Administración Nacional de Educación Pública. En 2012 se sumó la primera agencia paraestatal –el Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria– y luego pasó a servir al sector privado por medio de acuerdos con sindicatos, como los de Bimbo, la Federación Uruguaya de la Salud, Acodike y, a partir de este año, la Asociación de Bancarios del Uruguay (Aebu).

Dirigentes del sindicato que reúne a trabajadores del sector financiero contaron a la diaria que, ante los procesos de automatización del trabajo, terminar la secundaria constituye una necesidad imperante para los empleados del sector. “Es parte de la historia de la sociedad y del sistema capitalista. Continuamente estos cambios tecnológicos significaron trabajadores desplazados de sus puestos, pero también la aparición de nuevas ramas y campos laborales a cubrir”, consideró el secretario del Consejo del Sector Financiero Privado, José Iglesias. Para Juan Fernández, integrante del mismo consejo, “parte de la estrategia” sindical ante esto es “sensibilizar y actualizar a nuestros compañeros, ponerlos en un nivel de emparejamiento”.

Iglesias sostuvo que “la base” es “alcanzar que todos los trabajadores afiliados al sindicato tengan la enseñanza secundaria terminada”. Por este motivo, se gestionó una comisión en Aebu que contactó al Instituto Nacional de Empleo y Formación Profesional (Inefop) para solicitar financiamiento para cupos en el programa, pero, al no estar contemplados en los fondos de este año, la demanda superó la oferta. Consiguieron unos 30 lugares en el primer cuatrimestre y se sumaron 21 en el que comenzó el sábado, entre más de 50 que manifestaron su intención. En el correr de agosto el sindicato va a hacer un relevamiento formal, que permitirá tener una idea más aproximada de la realidad del sector, para en setiembre –cuando el Inefop arme su presupuesto para 2019– solicitar los cupos.

Freddy Ramos, integrante del Consejo del Sector Financiero Privado, contó que la comisión de Aebu trabaja en el “seguimiento personalizado” de cada uno de los integrantes, en particular, durante el primer cuatrimestre –cuando aumenta la posibilidad de deserción–, ya que, “de los que siguen, entre 90 y 95% terminan el liceo”. Aebu apoya además, por medio de lo logístico subvencionando, a quienes vienen en ómnibus al encuentro presencial que se hace un sábado al mes de 8.30 a 15.00, con una bandeja de desayuno y colación a media mañana y la compra de una computadora portátil que rota entre quienes la necesitan.

Según contó a la diaria la coordinadora académica del Proces, Marlene Mila, el programa permitió que 3.200 trabajadores terminaran ciclo básico y casi 1.900 bachillerato a diciembre del año pasado. También se observó que 33% de los egresados continuaron con estudios universitarios y de nivel terciario. “Son personas que a veces hace 20 años que dejaron de estudiar y que, si bien esto les posibilita a nivel laboral, principalmente los enriquece como seres humanos, culturalmente y a nivel de autoestima, para sentirse dueños de sus propios proyectos”, consideró.

En cuanto al perfil de los estudiantes, Mila contó que en los primeros años eran más que nada trabajadores administrativos y en los últimos se amplió la convocatoria a otros sectores. También bajó el promedio de edad, de 40 a 35 años, pero sigue habiendo una característica que permanece: la mayoría son mujeres.

Desde Aebu, quienes se sumaron son en su totalidad trabajadores de sectores no bancarios, de entre 26 y 37 años, 60% reside en el interior del país y el resto en el área metropolitana, y 80% son mujeres. Elbio Monegal, presidente del consejo del Sector Financiero Privado, consideró que “en los nuevos sectores, no bancarios, se da la particularidad de que es toda gente joven. Muchos fueron obligados por las necesidades a salir a trabajar y dejaron sus estudios sin culminar”. Al ser las ramas con menores salarios y más inestabilidad en el sector financiero, “es donde tenemos que priorizar”.

El secretario general de Aebu, Fernando Cabrera, consideró que la sustitución de mano de obra, la desactualización de los trabajadores y, por ende, inequidad de oportunidades son “una preocupación a lo largo y ancho del movimiento sindical”. “La tecnología facilita la vida al usuario, por lo que ponernos contra ella es una estrategia desinteligente desde el punto de vista de la lucha sindical. Pero cuando hay un problema, ahí es donde aparece la necesidad de una respuesta, de contactar con una persona, y ahí es donde tiene que haber un trabajador suficientemente calificado, con la habilidad de entender y empatizar con el otro”, afirmó. Por esto, desde el PIT-CNT se propone “contribuir a cambiar la cabeza del empresariado”, que, “históricamente, en la negociación colectiva ha tratado el tema de la formación continua como un gasto en vez de como una inversión”, y apostar a priorizar el tema en las discusiones tripartitas de los próximos meses.

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