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Sandino Núñez en Prohibido pensar.

Foto: Diego Martino

Bichos de laboratorio

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Cómo difundir el conocimiento científico y no morir en el intento.

La Agencia Nacional de Investigación e Innovación (ANII) y la Universidad Católica del Uruguay (UCU) organizaron la jornada “Ciencia y comunicación”. En el encuentro, realizado el martes, se destacó la figura del argentino Adrián Paenza, conductor del programa Alterados por Pi, con quien se comunicaron a través de una videoconferencia. Con ejemplos sencillos, el carismático invitado planteó la importancia de difundir el conocimiento científico para que la gente esté más informada, preparada y educada.

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Editar

En la apertura del encuentro, que tuvo lugar en la sala Bauzá de la UCU, se hizo una puesta a punto del vínculo que mantienen los uruguayos con la ciencia y la tecnología a partir de la investigación realizada en Uruguay en 2008 con el apoyo de la ANII, titulada “Primera encuesta de percepción pública sobre ciencia, tecnología e innovación”. Seguidamente expusieron sus ideas las periodistas con trayectoria en el área científica Cristina Canoura y Daniela Hirschfeld. Luego se efectuó la videoconferencia con Paenza y posteriormente expuso Leo Lagos, productor del programa Prohibido pensar, que conduce Sandino Núñez y se emite por Televisión Nacional del Uruguay (TNU). Finalmente lo hizo Gianfranco Grompone, investigador del Sistema Nacional de Investigadores, miembro del consejo directivo del Instituto Pasteur.

Si bien los uruguayos en 2008 se manifestaron interesados en la ciencia y la tecnología (21%) y aproximadamente 80% considera que lo que se investiga es útil para el país, el nivel de desinformación sobre la temática es muy elevado: 72% de la población está poco o nada informada. Falta de entendimiento del tema, falta de interés y desconocimiento del modo de acceso a la información son las barreras principales que se encuentra.

En la jornada “Ciencia y comunicación” se analizó el rol de los comunicadores al momento de difundir el conocimiento científico, como también las dificultades existentes y la distorsión que muchas veces sufre el mensaje original.

Quitarse el miedo

Adrián Paenza, conductor del programa Alterados por Pi, que en nuestro país se emitía por TNU, quien se encontraba en Estados Unidos, comenzó la videoconferencia reflexionando sobre la necesidad de utilizar un lenguaje claro y accesible para transmitir el conocimiento científico. Planteó utilizar términos que resulten familiares a quien escucha.

Para su exposición eligió ejemplos sencillos como la división de una pizza o las probabilidades que hay de ganar un chancho en el juego de elegir puertas, que en Uruguay se realizaba en el Castillo de la suerte, programa conducido por Cacho de la Cruz, y en Estados Unidos, en el programa de Monty Hall.

Desde su óptica es necesario que “socialicemos el conocimiento porque cuanto más informada esté la gente, mejor”. Asimismo, consideró de vital importancia ampliar el alcance del conocimiento matemático y científico, “el privilegio del conocimiento no puede estar reducido a un grupito de personas”. También con el propósito de modificar la imagen que se tiene popularmente de los matemáticos, que, según Paenza, son vistos como “nerds”.

En cuanto a la labor de los comunicadores de divulgar el conocimiento científico, el conductor de Alterados por Pi aclaró: “Muchas veces reproducimos lo que nos dicen y estamos repitiendo sin saber. ¡La ciencia está llena de esos casos!”. Preguntar y repreguntar, incluso fingir que no se entendió para que el investigador se esfuerce por expresarse en un lenguaje más sencillo y entendible para después poder transmitir la idea sin errores parece ser la clave del asunto.

Buscando a Livingstone

La presentación sobre periodismo científico a cargo de Canoura y Hirschfeld (esta última curiosamente actual editora de la revista Galería) estuvo centrada en cómo buscar a Livingstone en Uruguay. Livingstone fue un médico misionero escocés que viajó por África y permaneció en la región un tiempo considerable como para que se lo diera por perdido; el periodista Henry Stanley tuvo la tarea de buscarlo hasta encontrarlo, la búsqueda llevó más de dos años.

Algunas de las interrogantes con las que dieron apertura a la presentación fueron: ¿quiénes buscan a Livingstone en Uruguay?; ¿cuáles son los recursos para buscarlo?; ¿cómo es la búsqueda en Uruguay?; ¿a quién le interesa que lo encontremos?; ¿Livingstone quiere ser hallado? Hirschfeld explicó que muchas personas están interesadas en el periodismo científico pero no reconocen el carácter de las noticias como tal. Destacó la importancia de especializar a profesionales de la comunicación en esa área, cosa que no sucede hasta ahora en ninguna de las carreras universitarias de periodismo.

Distribuyó culpas sobre la falta de información en la temática: “Está en nosotros y en los científicos acercar la ciencia al público”. Por otra parte, ambas destacaron las dificultades que presenta la materia. Básicamente, en Uruguay es muy joven la tarea de investigación y se suma que hay poca tradición en la divulgación de los procesos y resultados obtenidos. El uso del lenguaje también representa un problema para el comunicador, que, por un lado, tiene que bajar a tierra los conceptos para que el lector los entienda y, por otro, tiene que respetar el lenguaje aplicado en el ámbito y lidiar con el científico que se expresa con frases técnicas. “Lo que para el periodista puede ser claridad, para el científico puede ser simplificación excesiva”, detallaron.

A pesar de que en el imaginario popular todavía está la referencia del científico loco, encerrado entre las paredes de su laboratorio, lentamente se apuesta a una profesionalización para la divulgación del conocimiento que en la mayoría de los casos es desconocido por los ciudadanos; sin embargo, son quienes lo financian mediante los impuestos que pagan al Estado, (importante promotor de investigación).

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