Este domingo hay elecciones presidenciales en Venezuela y concitan una atención especial, empezando por el hecho de que las ha permitido un gobierno caracterizado por su creciente autoritarismo envuelto en una catastrófica crisis social.
El gobierno de Nicolás Maduro, además, ha realizado una serie de acciones, como anunciar que habrá un “baño de sangre” si es derrotado en las urnas y “desinvitar” a observadores internacionales, que lo ha alejado aun de los líderes regionales que podrían operar como facilitadores luego del resultado electoral, los presidentes de Brasil y de Chile.
Es muy difícil prever quién ganará las elecciones: las encuestas arrojan resultados extremos y opuestos según el bando que las promociona. También es muy difícil confiar en que existirán las garantías mínimas de un proceso electoral justo, dado que el gobierno venezolano sólo ha permitido el ingreso de cuatro veedores de la ONU y un puñado de técnicos del Carter Center. Lo más probable, con todo, es que luego de estas elecciones comience una transición hacia otro estado de cosas.
El canciller uruguayo, en tanto, expresó su preocupación por la situación en Venezuela y no ocultó su simpatía por la oposición, y su líder, María Corina Machado, conversó con el presidente Lacalle Pou.
Por mi parte, como uruguayo nacido en la década de 1970, no puedo dejar de mencionar que “la unión cívico-militar-policial perfecta” (Maduro dixit) es material de mis pesadillas, aunque, por eso mismo, también concibo otras.
También pasó
Hace una semana, el presidente estadounidense, Joe Biden, renunció a postularse a la reelección y ahora el Partido Demócrata se alinea con entusiasmo detrás de la vicepresidenta, Kamala Harris, lo que da un gran giro a la campaña electoral.
Hablamos de Venezuela y Estados Unidos, también tenemos elecciones en Uruguay, aunque desde las internas no dan grandes novedades. De todos modos, consignemos que el Frente Amplio sigue demostrando haber aprendido de la derrota de 2019 y ahora su candidato a la presidencia no debatirá en inferioridad numérica con integrantes de la coalición gobernante, que los delitos del intendente de Artigas y su sobrina siguen causando temblores en el Partido Nacional y que la elección de vice no ha sido del todo consensuada en Cabildo Abierto.
El presidente Lacalle Pou creó expectativa sobre la decisión que tomaría respecto del Casmu, pero cuando habló el viernes lo hizo durante una actividad ajena al tema y lo que dejó entrever –habló de intervenir la mutualista, pero mantener a sus autoridades– no parece firme ni asegura que no se le agregará un conflicto sindical a la crisis financiera.
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Este análisis de Gabriel Papa y esta entrevista a Aciel Alí López ayudan a entender lo que pasa en Venezuela. También están linkeadas más arriba, pero por las dudas…
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