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Yamandú Orsi durante el acto del 1° de mayo.

Foto: Rodrigo Viera Amaral

Primer carnet

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El gobierno de Yamandú Orsi cumplió tres meses y es casi obligatoria su evaluación por parte de distintos analistas. No es tarea sencilla, porque, como cuando un estudiante empieza a remontar justito antes de la reunión de profesores, algunos rendimientos recientes pueden llegar a marcar tendencias distintas de las que se observaban al principio del año lectivo.

Espantado por los problemas que dejó el gobierno de Luis Lacalle Pou, entreverado por errores propios y empantanado mientras espera acuerdos con la oposición, el oficialismo parecía encerrado. Algo empezó a cambiar la semana pasada cuando recuperó algo de aliento gracias a una maniobra distractiva (de ajedrez apurado, podría decirse), la de nombrar figuras opositoras controvertidas para el servicio exterior. En esta semana, en cambio, los oficialistas asumieron el protagonismo. Primero, porque asomaron medidas que no se limitan al juego discursivo: los subsidios a las familias con escolares, el alivio fiscal para los comerciantes de la frontera norte y, aunque todavía no muy detallado, el plan del Ministerio de Transporte para transformar la locomoción en el área metropolitana.

En el boletín anterior también mencionábamos los efectos que produce la distribución de fuerzas en el Parlamento, donde el oficialismo carece de mayoría en la Cámara de Diputados. El primer desafío en ese ámbito, la reforma de la Caja de Profesionales, todavía se sigue discutiendo, lo que indica que lograr la aprobación de leyes importantes no será cosa sencilla en los próximos años. Sin embargo, en estos días el Ejecutivo dio señales de que puede avanzar por otro camino. Por un lado, derogó los decretos del gobierno anterior que flexibilizaban las normas sobre consumo de tabaco. También se derogó otro que otorgaba mayores potestades a las universidades privadas. Y, último pero no menos importante, se propone elevar los controles al lavado de dinero, que habían sido reducidos en el período de Lacalle Pou.

Por otra parte, ante presiones contrapuestas, el presidente encontró un camino creativo para pronunciarse respecto de la masacre israelí en Gaza: anunció que el gobierno buscará la forma de hacer llegar ayuda humanitaria a la población palestina.

Son iniciativas de alcances y finalidades muy distintas, pero entre todas, y son unas cuantas, marcan que el gobierno está abandonando la actitud reactiva para comenzar a imponer la agenda por la que fue elegido. Debería reflejarse en el próximo carné.

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