Hace casi un año, en julio de 2023, la planta frigorífica de la empresa Rondatel, instalada en Rosario, cerró sus puertas debido a las voluminosas deudas con sus proveedores, y dejó a 250 personas sin empleo. Lo mismo ocurrió con la planta frigorífica Lorsinal, de Canelones, que pertenece al mismo grupo empresarial de origen chino.
En febrero de este año, representantes de esa empresa anunciaron el inicio de negociaciones con los acreedores para saldar las deudas generadas, que podría concluir en la reapertura de esas plantas industriales “posiblemente en el primer semestre de este año”, según expresó Gonzalo Calviño, vocero de la empresa, en una entrevista realizada por Radio Rural.
Según Calviño, mediante estos acuerdos “nadie será perjudicado en sus derechos”, porque “la idea de la empresa es recuperar la confianza que hemos perdido” por la falta de pagos.
El representante de la empresa china reconoció la existencia de una deuda total cercana a los siete millones de dólares entre ambas industrias frigoríficas instaladas en los departamentos de Colonia y Canelones.
Si bien la empresa manejó la posibilidad de reabrir a mediados de 2024, eso no ocurriría, según comentó el presidente de la Federación de Obreros de la Industria Cárnica y Afines (Foica), Martín Cardozo, a la diaria. “La situación sigue incambiada”, lamentó Cardozo, y relató que a comienzos de abril un representante de la empresa multinacional china vino a Uruguay” para negociar con los consignatarios de ganado y otros acreedores con los cuales la empresa mantienen deudas”, mientras que “en paralelo se solicitó al Ministerio de Ganadería y al Instituto Nacional de Carnes la autorización para operar en las plantas frigoríficas”. No obstante, esas gestiones no habrían generado los frutos esperados.
“No hay mucho optimismo para que la operativa se retome este año”, comentó Cardozo, y explicó que la Foica lleva adelante gestiones para prolongar los seguros de desempleo de los trabajadores que vencerán a fines de junio”.