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¡Bien de vianda!, una guía y recetario para involucrar a los niños en su alimentación

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Anna Bonino y Lucía Agulla, una pediatra que disfruta inculcando buenos hábitos en el primer nivel de atención y una nutricionista que defiende la comida casera, publicaron ¡Bien de vianda! (Grijalbo), una guía y recetario que busca apuntalar los años de crecimiento.

Las primeras páginas listan consejos de prácticas saludables, como evitar las calorías vacías de las bebidas azucaradas o hacer deporte, crean un orden con sentido al agrupar los alimentos que hacen falta en verano, que serán otros distintos en invierno, a la vez que derriba mitos al afirmar, por ejemplo, que la comida calórica (que no significa caliente, como una sopa o un té) no da calor sino que aporta calorías; además, comparte estrategias que darán contexto y familiaridad al niño con la comida al incluirlo al momento de ir a la feria y tomar esta salida como un paseo didáctico.

La regularidad en los horarios, la organización de la alacena y el armado nutricionalmente equilibrado y visualmente atractivo de las viandas, así como su correcta higienización diaria (sugieren que en lo posible sean recipientes aptos para microondas), no escapan a este manual convencido de que una dieta saludable se transmite. Las autoras apuntan que conviene que el niño se involucre con su alimentación y aprenda no sólo qué comer sino también cuándo debe dejar de hacerlo, ya que es un vínculo que lo acompañará toda la vida. En ese sentido, comentan la riqueza de las conversaciones que las maestras registran en los comedores escolares.

En cuanto a las recetas, aseguran que llevan entre 15 y 30 minutos de preparación de acuerdo a la experiencia del cocinero, dicen qué sustituir para lograr versiones aptas para celíacos y gradaciones más o menos calóricas agregando o quitando ingredientes.

La irritante pregunta ¿qué comemos? encuentra en este colorido libro con fotografías intervenidas por dibujos respuestas como guisito de pollo, hamburguesa de lentejas y coliflor, tomates rellenos, fainá de zapallo y quinoa, pan de carne, frola de pescado o una muy sincera tortilla requeche al horno (fondo de heladera pero sano). Hay una cantidad de tentaciones dulces actualizadas, entre ellas barritas y cupcakes, y dedican un capítulo al menú de cumpleaños, tan apreciado cuando la hinchada infantil no se olvida de comer por ir a jugar.

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