Con la llegada de diciembre, el aire de Montevideo se transforma. A medida que los stands se van armando en diferentes puntos de la ciudad, van marcando el inicio de una temporada llena de festividades y tradiciones. Estas ferias, que cuentan con apoyos de sus respectivos municipios, ofrecen una variedad de productos, desde artesanías hasta gastronomía, y se desarrollan en horarios extendidos, y con fechas que van desde el 1° de diciembre hasta el 5 de enero.
La feria nocturna del Parque Rodó es organizada por Uruguay Se Muestra. Inició sus actividades como una pequeña propuesta de artesanos y emprendedores locales. Hoy reúne a más de 250 emprendimientos y se viene desarrollando desde 2005. Esta es la 20ª edición de La Nocturna, que comenzó el 1° de diciembre y se extenderá hasta el 5 de enero, de 18.00 a 0.00.
“La idea surgió en 2004 a partir de un congreso organizado por la Intendencia de Montevideo sobre mujeres en proyectos económicos. Un año después, esa idea se hizo realidad y comenzó con 17 emprendimientos en el parque Rodó. Hoy cuenta con una plaza gastronómica, un espacio para culturas y una amplia zona de emprendimientos de producción nacional y diseño”, destacó Gracia Rodríguez, directora de Uruguay Se Muestra. Agregó que “la feria se distingue por la diversidad de proyectos creados por personas de diferentes profesiones, como decoración del hogar, vestimenta, juegos y hasta productos para mascotas”.
La feria Paseo del Lago comenzó como una periferia de la feria PaseArte, sin permiso oficial. Laura Camino, una de las organizadoras, recordó que en ese entonces eran “un grupo de personas que ponía sus cosas y trabajaba como podía”. Enfrentaron problemas con los inspectores de la Intendencia, lo que llevó a una protesta y la decisión de presentar un proyecto formal. Finalmente, lograron regularizarse en 2015, obteniendo permisos y cumpliendo con los requisitos de la Intendencia, donde cada emprendimiento debía tener su empresa regularizada. En la actualidad, la feria cuenta con 156 stands, distribuidos en carpas de tres por dos metros, ubicados en la vereda del Castillo del Parque Rodó, sobre la calle Julio Herrera y Reissig.
Por otra parte, la feria nocturna del Buceo surgió hace 22 años, gracias a los feriantes de Biarritz y Parque Rodó, quienes formaron la Asociación de Feriantes de Ferias Especiales (AFFE). Silvia Ávalos, vicepresidenta de AFFE, explicó que “un grupo de 50 compañeros decidió organizar una feria nocturna. La feria comenzó en un espacio pequeño, frente a unas viviendas, con los feriantes llevando lo que podían, incluso generadores para iluminar el lugar. Desde el primer año, la respuesta fue positiva, lo que permitió el crecimiento de la feria, cuyo objetivo era ofrecer a los feriantes una oportunidad adicional de ingresos, especialmente en tiempos en los que las ferias diurnas no funcionaban tan bien”, detalló.
Actualmente cuenta con alrededor de 140 puestos, la mayoría gestionados por socios de AFFE. En ese aspecto, Silvia resaltó que las ferias pertenecen a una asociación sin fines de lucro, lo que las diferencia de otras ferias nocturnas gestionadas por empresas. “Con el paso del tiempo, algunos feriantes han pasado sus puestos a sus hijos o nietos, garantizando la continuidad de este proyecto colectivo y manteniendo viva la tradición”, agregó.
Mientras que la feria nocturna del parque Batlle comenzó 18 años atrás, cuando se comprobó un gran interés por estos eventos, pero pocos espacios disponibles. Gabriela Calandria, presidenta de la comisión de la feria, dijo a la diaria que conversaron con la intendencia y lograron que Parque Batlle se convirtiera en una feria nocturna tradicional. Es una feria comunitaria, organizada por una comisión sin fines de lucro, siendo un espacio colaborativo y accesible para todos. “Todos los participantes, incluyendo los miembros de la comisión, pagamos lo mismo, lo que nos diferencia de otros modelos de ferias”, aseguró Calandria.
El espacio en Parque Batlle cuenta con 68 puestos. Antes tenían más de 120, pero Calandria comentó que la obra del puente de Avenida Italia hizo que muchos dejaran su lugar, ya que perjudicaban las ventas, y se trasladaran a otras ferias. A pesar de los imprevistos, se están recuperando y apuntan a seguir creciendo en cantidad de stands. “Queremos que todos los que participen puedan trabajar bien y ofrecer una propuesta atractiva al público”, agregó.
Parque Rodó
Foto: Gianni Schiaffarino
Cómo ser parte
la diaria consultó a las principales ferias nocturnas de Montevideo para conocer el procedimiento que deben seguir los emprendedores interesados en participar en estos eventos. Uno de los requisitos fundamentales, común a todas, es que los emprendedores estén formalizados, es decir, que cuenten con una empresa registrada y activa.
Gracia comentó que, para aquellos que recién están comenzando o que aún no se han formalizado, existen instituciones públicas que brindan apoyo. “El proyecto 8M, del Ministerio de Industria, liderado por Patricia Romero, ofrece herramientas para formalizar emprendimientos, especialmente aquellos con enfoque de género. Además, la Unidad Mypes de la Intendencia de Montevideo organiza talleres sobre gestión empresarial, manejo de redes y otros temas relevantes”, señaló.
Rodríguez explicó que los costos de la feria son muy accesibles. “Lo recaudado cubre los gastos del evento, ya que no hay una empresa privada detrás. Nosotros mismos gestionamos todo: las carpas, las luces, los enchufes”, afirmó.
Sin embargo, el Paseo del Lago se diferencia ya que sólo deben ser productos artesanales o intervenidos de alguna forma, es decir, aceptan piezas armadas por quienes compran insumos y los ensamblan, buscando dar oportunidad a todos los que quieran participar. En ese aspecto, Camino sostuvo que el costo del stand cambia todos los años, dependiendo de los servicios ofrecidos (luz, baños, piso, etcétera). Como referencia, este año el costo por los nueve días en torno a la celebración de Reyes es de 9.000 pesos por stand.
Por otra parte, Calandria señaló que son fáciles los requisitos para ingresar a la feria de Parque Batlle. “Los interesados deben presentar su cédula de identidad, una dirección que certifique su residencia y la documentación formalizada para ser incluidos en el registro enviado a la Intendencia de Montevideo”, destacó.
En sintonía, Ávalos remarcó que también son simples los requisitos para la feria del Buceo. “Lo principal es querer formar parte de nuestra asociación, que es sin fines de lucro”, explicó. En cuanto a los puestos, cada uno tiene una medida estándar de tres metros por dos. A pesar de este formato, Ávalos señaló que se aspira a modernizar las carpas, ya que “el armado y desarme diario puede ser agotador, especialmente para quienes viajan desde lugares a larga distancia”.
En cuanto al costo, sostuvo que por los 38 días de trabajo es de 0.000 pesos. “Si lo divides, el costo diario es muy bajo y refleja nuestro enfoque sin fines de lucro. Este dinero se destina a cubrir los gastos de seguridad, electricidad y otros servicios necesarios para el funcionamiento del evento”, indicó.
Las ferias ya están operativas en distintos puntos y permanecerán activas hasta la primera semana de enero, como es habitual. Los días 24, 25, 31 de diciembre y 1º de enero estarán cerradas, ya que son fechas reservadas para compartir en familia.
Desde los puestos
Miguel Pouy lleva 17 años en la nocturna del Parque Rodó, donde comenzó vendiendo churros y hoy ofrece shawarma y kebab. “La feria empezó pequeña y se agrandó con los años. Estar aquí es una oportunidad única, porque nos da visibilidad tanto a nivel local como internacional”, comentó. Para él, uno de los mayores desafíos es innovar cada año. “Empezamos con stands de chapa y ahora trabajamos con foodtrucks. También tuvimos que adaptarnos al mundo digital”, explicó.
Destacó el sentido de comunidad entre los feriantes: “La feria es como una gran familia, nos conocemos y compartimos todo el mes juntos”. Además de este evento, tiene la churrería del Parque Lecocq y otros eventos, aunque reconoce que estas actividades lo limitan para estar con su familia en fines de semana y feriados.
Valentina Torrado, fundadora de Valentina Artesana, destacó la historia de su emprendimiento como herramienta de sanación. “El arte me ayudó mucho, ya que soy disléxica e hiperactiva, y siempre fue mi cable a tierra”, dijo. Con 11 años en el rubro, Valentina ofrece en el Parque Rodó artesanías utilitarias y decorativas para el hogar, como bandejas, cajas de té y mates, productos que se destacan por su diseño artesanal.
La feria fue un impulso fundamental para su negocio. “Es un encuentro cultural que espero con ansias cada año. La gente valora mucho lo hecho a mano y siempre regresa a mi stand”, remarcó. “Quiero que las personas se lleven un regalo especial, hecho con el corazón”.
Además, valora el apoyo de su núcleo: “Mi esposo, hijo y padres me acompañan en cada etapa. Valentina Artesana no es solo mi nombre, es un equipo familiar”, concluyó.