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Juana y los Heladeros del Tango. Foto: @gonzaperazza

Dos por cuatro contemporáneo: el colectivo de tango SULOV se presenta sábado y domingo en el Teatro Solís

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Hoy y mañana se desarrollará en el Teatro Solís el espectáculo doble Solís à la SULOV, en el que actuarán diferentes bandas que forman parte del colectivo SULOV, que según su propia definición “crean, interpretan y versionan el tango desde miradas actuales y diversas”.

En la primera fecha, desde las 20.00 se presentarán los Hermanos Hernández, Sin Palabras, el dúo Mira la Rama y Juana y los Heladeros del Tango. Al otro día y con el mismo horario, llegará el turno de Cuarteto Morelia, Malbaraje, Otros Indios y Orquesta Las Señoras. “Los dos días serán imperdibles”, advierten sus organizadores sobre la presentación doble, que incluirá apoyo visual y bailarines, y que es definida como “un plato fino con ingredientes de estación”.

SULOV, cuya sigla no tiene un significado concreto, nació a principios de 2018 cuando un grupo de músicos y cantantes de tango se hizo una pregunta: “¿Por qué no generamos espacios alternativos, propios, independientes y autogestionados, en los que nuestro tango se pueda desarrollar? En cierta medida, salir de los circuitos turísticos donde uno tiene que hacer un tango aceptado por el establishment, acartonado, de traje y corbata”. Así lo recordaba Gonzalo Irigoyen en charla con la diaria.

Para hablar de esta fecha doble y de este tango “nuevo”, que no lo es tanto, conversamos con Juana y los Heladeros del Tango. Más exactamente, con Juana. “Esto empezó como un solo concierto, y gracias al Teatro Solís, que le pareció muy valiosa la propuesta, terminó en dos fechas. Podemos participar casi todos los músicos que conforman SULOV, así que estamos muy contentos y contentas por eso. Entonces, puede que sea más una fiesta que un festival”.

Durante la pandemia el grupo no se quedó quieto. “Estuvimos ensayando mucho y componiendo. Tomamos ese tiempo para que circularan ideas musicales y de letras, y tratar de capitalizarlo en música. Salió bastante bien”, dice.

Sus composiciones “siempre tienen algo del día a día, o algo que tiene que ver con el humor. Nunca aparecen letras demasiado trágicas. A veces aparecen y no las dejamos vivir mucho, porque cuando nos ponemos a buscarles música empieza a aparecer el lado B de esa letra trágica, cuando la tragedia se va al extremo y sufrís tanto que es gracioso”.

¿Dónde están parados en el panorama del tango? La respuesta rápida: “¡Andá a saber!”. Luego aclara: “En 1920 ya había tangos cómicos, así que por la comedia no inventamos absolutamente nada. También había tangos teatralizados, que es lo otro que podés encontrar con nosotros. Sí volvimos a esa fuente, y volvimos con tal libertad que a veces no entramos en los cánones preestablecidos que te trata de heredar a la fuerza el tango. Nosotros estamos en el extremo más rebelde, ese que mucho no nos importa si nos querés o no. Si te gustamos, fantástico, y si no, vamos a seguir haciendo esto, que es lo que nos gusta y lo que nos representa”.

En todo caso, no hay problema con el tango tradicional: “Tiene mucho público, mucho bailarín, mucha gente que le gusta escuchar los clásicos. Tiene que haber música y espectáculos para esas personas. Y nosotros también somos esas personas cada dos por tres”.

“Todos nosotros pasamos por los clásicos. Primero de escuchar, después de cantar, después de conocer. Todos hicimos el mismo proceso, y creo que a la gente le pasa eso. También puede pasar que un día se cruce con nosotros alguien que odie el tango, que nos escuche a nosotros, que hacemos algo que puede tener un condimento de alguna otra música, o que por la risa te acercás, y que le encante. Esa persona no sabe muy bien por qué, ni nosotros, pero pasa también ese enamoramiento”, dice Juana.

Cada vez que tocan “es un guion distinto que se construye. Nunca vas a ver el mismo espectáculo. Está todo súper guionado, y tenemos la artista visual que trabaja con nosotros y nos ayuda en el diseño de los espectáculos. La concepción de la música es una cuestión integral, también cuando venimos a trabajar en conjunto con SULOV. Se tiene que tener cuidado con lo que se ve, con lo que se siente, con cómo te conmueve. Esa es una visión que comparte todo SULOV, más allá del estilo de tango que haga cada una y cada uno”.

“Entonces ves esa construcción de espectáculo como quien gustaba de escuchar discos. Viste que se decía que era como una unidad, que ponés play en el tema uno y vas escuchando uno atrás del otro. Acá pasa lo mismo: está construido para ser parte de un espectáculo integral donde cada uno tiene una partecita”.

Si tiene que mencionar a algún colega, Juana opta por quienes se les parecen menos. “Los que están en las antípodas de nuestra concepción son Malbaraje. Es un quinteto como nosotros, que hacen tangos instrumentales y cantados, pero que hacen tangos propios con una sonoridad muy clásica, muy fina. Son muy elegantes y son como un reloj: tocan específicamente todo lo que pensaron que iban a tocar y cuando los ves también sentís eso”.

Además de esta actividad puntual, el colectivo se presenta los martes en La Cretina (Soriano 1236). “También interactuamos con otros grupos, no es que está la grilla cerrada y los martes vas a ver sólo grupos SULOV. Van un montón de artistas que en general son de un perfil muy parecido al nuestro. Así estamos creando un nuevo público que esté más abierto a las nuevas composiciones y a las escuchas más laxas, con menos requerimiento formal. Juntos estamos armando un nuevo público de gente que se acostumbra a escuchar esto y se acostumbra a curtir esta movida. De a una banda sola no se podría”.

Solís à la SULOV, sábado 4 y domingo 5 de setiembre desde las 20.00. Entradas a $ 300 y $ 450. Suscriptores de la diaria tienen 2x1.

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